Puesto que le prometí a Aw (le siga interesando o no) algunas visiones de distintos pensadores de la historia acerca de Dios, me dispongo a exponer la concepción espiritualista de Dios de Orígenes, uno de los Padres Apologistas. Estos autores se dedicaban a defender alrededor del siglo II d.C. el cristianismo ante los emperadores romanos, exigiendo derechos de ciudadanía, legitimidad de la religión, etc. Eran grandes conocedores tanto de la filosofía griega, de la cual aun quedaban escuelas, como del derecho romano.
Fuente: José Antonio Merino, Historia de la filosofía medieval.
Entiendo que en algunas partes se complica un poco, pero si alguien le interesa y tiene alguna duda yo mismo se la solucionaré con lo que sé o buscando donde sea necesario. Por lo demás procuraré meter (aunque no sé con qué frecuencia) otras concepciones de Dios que no tienen porqué ser exclusivamente medievales.La gran preocupación de Orígenes fue la de demostrar a los herejes la espiritualidad de Dios. Dios no es cuerpo ni tiene cuerpo, porque su naturaleza es puramente espiritual y simplicísima. Dios es superior a la misma sustancia, ya que no participa de ella. Del Logos se puede afirmar que es el ser de los seres, la sustancia de las sustancias, la idea de las ideas. Dios está más allá de todas las cosas. Con las interpretaciones alegóricas de la Biblia, Orígenes trata de evitar y superar cualquier tipo de antropomorfismo del Antiguo Testamento. Dios es omnipotente, pero encuentra un límite en su misma perfección, es decir, puede hacer todo aquello que no sea contrario a su naturaleza, como podría ser el cometer una injusticia, por ejemplo. Frente a la trascendencia divina, el Logos se encuentra en una posición subordinada. Es ciertamente coeterno con el Padre, quien no sería tal si no generase al Hijo, pero no es eterno en el mismo sentido, ya que la eternidad del Hijo depende de la voluntad del Padre. Dios es la vida y el Hijo recibe la vida del Padre. El Hijo "siendo superior a tantos y tan grandes seres por su sustancia, su dignidad, su poder, su divinidad -siendo el Logos viviente- y su sabiduría, no obstante, no puede compararse en nada con el Padre". El Espíritu Santo ha sido creado no diréctamente por Dios, sino mediante el Logos.
¡Un saludo!