La absurda sumisión a Dios
La absurda sumisión a Dios
Antaño, los jerarcas, los emperadores, los césares y, en general, cualquier jefe de tribu ostentaba un poder ilimitado respecto de sus súbditos, olvidándose frecuentemente de la dignidad que posee cualquier individuo. Los abusos de poder formaban parte casi inseparable del poder de turno. Se usaba de ese poder no sólo para dirigir y gobernar, sino para la satisfacción personal de los sentimientos más perversos de los líderes que se permitían ordenar la tortura o la muerte para su regocijo personal.
En la actualidad, las democracias occidentales han ido eliminando el exceso de poder de los jefes de Estado poniendo por encima de ellos otros poderes constitucionales que amparan los derechos más fundamentales de los individuos impidiendo que las autoridades puedan cometer ciertos atropellos, eliminando, asimismo, muchos de los privilegios que antiguamente se autoconcedían. Los presidentes son elegidos de entre la propia masa de ciudadanos y representan la voluntad del pueblo que espera de ellos que defiendan sus intereses dentro de la legalidad.
Todo ese cambio ha sido posible gracias a la evolución del pensamiento humano que ha permitido recuperar la dignidad del individuo que antaño fue pisoteada por el abuso de poder y de autoridad de aquellos líderes salvajes que daban rienda suelta a sus más bajas pasiones.
Hoy por hoy, la autoridad obedece a la necesidad de organización y disciplina interna de la sociedad sin más requisitos que los necesarios para tal menester. La dignidad de un presidente de una nación se ha igualado con la dignidad del ciudadano. No se obedecen a las autoridades más allá de la estricta limitación que los propios ciudadanos les imponen, ya que el poder emana del propio pueblo.
¿Qué otra justificación podría tener una autoridad que no fuera la de la necesidad de organización y disciplina en una sociedad? Ninguna.
No obstante, la mayoría de religiones otorgan un poder ilimitado a sus dioses, y la razón radica en el hecho de que cuando se inventaron los dioses, éstos fueron “antropomorfizados”, esto es, se les atribuyeron todas aquellas características tanto positivas como negativas que poseían las autoridades de aquellos tiempos. De esa manera, cualquier dios podía abusar del poder. Podía ser tanto vengativo, como celoso, misericordioso, justo o injusto. En esa vorágine de atribuciones, se olvidó ponerles un límite. Y es que ese límite no existía ni siquiera en la autoridad humana.
Con el tiempo se ha dado por hecho –y como normal- que un Dios puede tener toda la autoridad que le dé la gana, pudiendo extralimitarse en sus funciones. Todo le está permitido a Dios. No importa que atropelle los derechos más elementales y fundamentales del ser humano. A Dios se le permite eso y mucho más. No obstante, dicho abuso de poder no está en absoluto justificado como ya hemos visto. Así, pues, si existiera Dios no tendría por qué someter a la humanidad ni obligarla a cumplir las órdenes por él dictadas.
No hay superioridad de ningún tipo que justifique la sumisión de un grupo de individuos más allá de las necesidades del propio grupo. La sumisión a Dios está completamente fuera de lugar y la desobediencia a su autoridad estaría siempre sujeta a la conciencia individual del individuo.
En la actualidad, las democracias occidentales han ido eliminando el exceso de poder de los jefes de Estado poniendo por encima de ellos otros poderes constitucionales que amparan los derechos más fundamentales de los individuos impidiendo que las autoridades puedan cometer ciertos atropellos, eliminando, asimismo, muchos de los privilegios que antiguamente se autoconcedían. Los presidentes son elegidos de entre la propia masa de ciudadanos y representan la voluntad del pueblo que espera de ellos que defiendan sus intereses dentro de la legalidad.
Todo ese cambio ha sido posible gracias a la evolución del pensamiento humano que ha permitido recuperar la dignidad del individuo que antaño fue pisoteada por el abuso de poder y de autoridad de aquellos líderes salvajes que daban rienda suelta a sus más bajas pasiones.
Hoy por hoy, la autoridad obedece a la necesidad de organización y disciplina interna de la sociedad sin más requisitos que los necesarios para tal menester. La dignidad de un presidente de una nación se ha igualado con la dignidad del ciudadano. No se obedecen a las autoridades más allá de la estricta limitación que los propios ciudadanos les imponen, ya que el poder emana del propio pueblo.
¿Qué otra justificación podría tener una autoridad que no fuera la de la necesidad de organización y disciplina en una sociedad? Ninguna.
No obstante, la mayoría de religiones otorgan un poder ilimitado a sus dioses, y la razón radica en el hecho de que cuando se inventaron los dioses, éstos fueron “antropomorfizados”, esto es, se les atribuyeron todas aquellas características tanto positivas como negativas que poseían las autoridades de aquellos tiempos. De esa manera, cualquier dios podía abusar del poder. Podía ser tanto vengativo, como celoso, misericordioso, justo o injusto. En esa vorágine de atribuciones, se olvidó ponerles un límite. Y es que ese límite no existía ni siquiera en la autoridad humana.
Con el tiempo se ha dado por hecho –y como normal- que un Dios puede tener toda la autoridad que le dé la gana, pudiendo extralimitarse en sus funciones. Todo le está permitido a Dios. No importa que atropelle los derechos más elementales y fundamentales del ser humano. A Dios se le permite eso y mucho más. No obstante, dicho abuso de poder no está en absoluto justificado como ya hemos visto. Así, pues, si existiera Dios no tendría por qué someter a la humanidad ni obligarla a cumplir las órdenes por él dictadas.
No hay superioridad de ningún tipo que justifique la sumisión de un grupo de individuos más allá de las necesidades del propio grupo. La sumisión a Dios está completamente fuera de lugar y la desobediencia a su autoridad estaría siempre sujeta a la conciencia individual del individuo.
La dignidad humana está por encima de cualquier dios
Re: La absurda sumisión a Dios
Estoy bastante de acuerdo con esta conclusión:
Pero me gustaría matizar un par de puntosxasto escribió:No hay superioridad de ningún tipo que justifique la sumisión de un grupo de individuos más allá de las necesidades del propio grupo. La sumisión a Dios está completamente fuera de lugar y la desobediencia a su autoridad estaría siempre sujeta a la conciencia individual del individuo.
En realidad, los "jefes" de los pequeños grupos primitivos no ostentan un poder ilimitado respecto a sus súbditos. Al contrario, son personas especialmente válidas y dedicadas a los intereses del grupo. Su poder descansa en el respeto, agradecimiento y admiración que despierta en los demás. Es después, cuando el grupo crece y se producen excedentes que se evoluciona a la "jefatura" propiamente dicha. Los excedentes pueden servir para dar grandes banquetes, mantener a una "casta" militar o para acomenter obras faraónicas. Aquí el individuo comienza a ser algo insignificante por la simple razón de que hay muchos.xasto escribió:Antaño, los jerarcas, los emperadores, los césares y, en general, cualquier jefe de tribu ostentaba un poder ilimitado respecto de sus súbditos, olvidándose frecuentemente de la dignidad que posee cualquier individuo. Los abusos de poder formaban parte casi inseparable del poder de turno. Se usaba de ese poder no sólo para dirigir y gobernar, sino para la satisfacción personal de los sentimientos más perversos de los líderes que se permitían ordenar la tortura o la muerte para su regocijo personal.
La evolución de las religiones suele ir aparejada a la evolución de las sociedades. Los primeros dioses tiene una base animista y politeista, y están especializados; sus poderes están repartidos. Es con las primeras civilizaciones y sus enfrentamientos que se va moldeando el dios nacional, machote y guerrero. Este dios acabará dominando a los demás hasta hacerlos desaparecer en tiempos más recientes.xasto escribió:No obstante, la mayoría de religiones otorgan un poder ilimitado a sus dioses, y la razón radica en el hecho de que cuando se inventaron los dioses, éstos fueron “antropomorfizados”, esto es, se les atribuyeron todas aquellas características tanto positivas como negativas que poseían las autoridades de aquellos tiempos. De esa manera, cualquier dios podía abusar del poder. Podía ser tanto vengativo, como celoso, misericordioso, justo o injusto. En esa vorágine de atribuciones, se olvidó ponerles un límite. Y es que ese límite no existía ni siquiera en la autoridad humana.
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Re: La absurda sumisión a Dios
Reficul:
Sí, de acuerdo con tus matizaciones. En realidad no tienen mucha importancia en el contexto en el que he desarrollado mi escrito. Al fin y al cabo, en los tiempos en los que se inventó el dios bíblico -el monoteísta-(hace unos cuatro mil años, aproximadamente, o menos) seguramente los líderes que había eran muy absolutos y muy parecidos a como los describo.
Tiempos atrás, los dioses eran diosas. Era la época de la "diosa madre" ya que dominaba lo femenino al desconocer el macho su "participación" en la procreación. El hombre, al ignorar cómo funcionaba la fecundación del óvulo por el espermatozoide, creía que la mujer tenía un poder especial, el de crear vida, algo que el macho no tenía. Por todo ello, todo lo relacionado con el mundo femenino tuvo una especial relevancia hasta que el hombre se enteró de que él también tenía algo que ver en la fecundación. Y a partir de ahí surgieron los dioses machos. Sea como fuere, no deja de ser un antropomorfismo más: la adaptación de los dioses a las necesidades de cada momento.
Sí, de acuerdo con tus matizaciones. En realidad no tienen mucha importancia en el contexto en el que he desarrollado mi escrito. Al fin y al cabo, en los tiempos en los que se inventó el dios bíblico -el monoteísta-(hace unos cuatro mil años, aproximadamente, o menos) seguramente los líderes que había eran muy absolutos y muy parecidos a como los describo.
Tiempos atrás, los dioses eran diosas. Era la época de la "diosa madre" ya que dominaba lo femenino al desconocer el macho su "participación" en la procreación. El hombre, al ignorar cómo funcionaba la fecundación del óvulo por el espermatozoide, creía que la mujer tenía un poder especial, el de crear vida, algo que el macho no tenía. Por todo ello, todo lo relacionado con el mundo femenino tuvo una especial relevancia hasta que el hombre se enteró de que él también tenía algo que ver en la fecundación. Y a partir de ahí surgieron los dioses machos. Sea como fuere, no deja de ser un antropomorfismo más: la adaptación de los dioses a las necesidades de cada momento.
La dignidad humana está por encima de cualquier dios
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Re: La absurda sumisión a Dios
Lamentablemente no soy tan optimista como xasto, al pensar que hoy en día nuestros líderes son escogidos por la mayoría e insinuando que es una razón más para dejar de creer en dioses totalitarios e impetuosos (ojo, no es algo textual de lo que dijo xasto, sólo es la interpretación que yo le hago a sus palabras). Por el contrario, creo que en muchos países (especialmente de suramérica y áfrica) las situaciones de pobreza y desesperanza, están llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo), quien les ofrece una vía para aspirar a un mañana mejor.
No me tomen por creyente, simplemente soy pesimista en cuanto a la desaparición de las religiones, creo que todos los ateos coincidimos en que mientras exista pobreza, desigualdad y sobre todo falta de educación, las religiones seguirán llenas de acólitos.
Saludos.
No me tomen por creyente, simplemente soy pesimista en cuanto a la desaparición de las religiones, creo que todos los ateos coincidimos en que mientras exista pobreza, desigualdad y sobre todo falta de educación, las religiones seguirán llenas de acólitos.
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Re: La absurda sumisión a Dios
¿Y qué harían esos millones de oprimidos si no tuvieran esa esperanza?Lancelottt escribió:... creo que en muchos países (especialmente de suramérica y áfrica) las situaciones de pobreza y desesperanza, están llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo), quien les ofrece una vía para aspirar a un mañana mejor.
Muchos se hundirían.
Y muchos se rebelarían contra la opresión.
Por eso existen las religiones, no para dar esperanza, sino para mantener quietos y callados a los desesperados y poder seguir explotándoles.
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Re: La absurda sumisión a Dios
vale, no te tomaré por creyente pero matiza ésto o de lo contrario se te puede entender como lo que dices no serLancelottt escribió:No me tomen por creyente,
Tal como a mi me llega percibo que, aunque tú te autodefines como ateo, crees de hecho en "los valores morales" cristianos. ¿Es así? ¿Piensas que, aunque un mito, Jesucristo es un mensaje de amor? Seguramente te he malinterpretado y lo dices en sentido figurado.Lancelottt escribió:llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo)
P.S.: No me malintepretes la palabra malinterpretar. Por supuesto tienes el derecho de creer o pensar en lo que quieras y de decirlo aquí.
“Decirle a un ateo que respete la religión es como decirle a un negro que respete el KU KLUX KLAN" Andre Oliver
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Re: La absurda sumisión a Dios
Shé escribió:¿Y qué harían esos millones de oprimidos si no tuvieran esa esperanza?
Muchos se hundirían.
Y muchos se rebelarían contra la opresión.
Por eso existen las religiones, no para dar esperanza, sino para mantener quietos y callados a los desesperados y poder seguir explotándoles.
Shé, no lo pudiste haber dicho mejor. Ese a sido siempre el único objetivo de la religión, mantener al pueblo sumiso y tranquilo para poder seguir explotándolo sin que nadie se de cuenta siquiera.
Otros factores que cumplen esta función (si se me permite salirme del tema un poco) son (al menos en Colombia) el fútbol y la televisión nacional.
Es increíble ver pandillas de jóvenes matándose entre si por un equipo de fútbol cuando existen miles de cosas mejores por que luchar.
Los medios de comunicación nacionales no son mas que medios para volver estúpidas a las personas. La gente se preocupa mas por no perderse la novela que por el miserable aumento del salario mínimo de este año.
Cuando una persona sufre de un delirio la llamamos loca, cuando muchas personas sufren el mismo delirio lo llamamos religión
Re: La absurda sumisión a Dios
Pues sí, me malinterpretaste. No he querido insinuar en ningún momento que el hecho de que nuestros líderes sean escogidos por el pueblo sea un motivo para dejar de creer en dioses.Lancelottt escribió:Lamentablemente no soy tan optimista como xasto, al pensar que hoy en día nuestros líderes son escogidos por la mayoría e insinuando que es una razón más para dejar de creer en dioses totalitarios e impetuosos (ojo, no es algo textual de lo que dijo xasto, sólo es la interpretación que yo le hago a sus palabras). Por el contrario, creo que en muchos países (especialmente de suramérica y áfrica) las situaciones de pobreza y desesperanza, están llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo), quien les ofrece una vía para aspirar a un mañana mejor.
No me tomen por creyente, simplemente soy pesimista en cuanto a la desaparición de las religiones, creo que todos los ateos coincidimos en que mientras exista pobreza, desigualdad y sobre todo falta de educación, las religiones seguirán llenas de acólitos.
Saludos.
Lo que he hecho, simplemente, es hacer un poco de historia de la autoridad y demostrar que la sumisión o la obediencia a Dios no tiene ninguna justificación.
La dignidad humana está por encima de cualquier dios
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Re: La absurda sumisión a Dios
Cuando me refiero al dios de amor, estoy hablando del origen histórico del cristianismo (sus primeros 200 años), donde el pueblo oprimido por el poder imperial (Roma), buscaba una vía de salvación colocando su otra mejilla. Con esto también le respondo a She, ya que hoy en día es muy facil hablar de rebelarse contra el opresor, pero en tiempo de barbarie, esto significaba la muerte inmediata del oprimido.estintobasico escribió:vale, no te tomaré por creyente pero matiza ésto o de lo contrario se te puede entender como lo que dices no ser
Tal como a mi me llega percibo que, aunque tú te autodefines como ateo, crees de hecho en "los valores morales" cristianos. ¿Es así? ¿Piensas que, aunque un mito, Jesucristo es un mensaje de amor? Seguramente te he malinterpretado y lo dices en sentido figurado.Lancelottt escribió:llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo)
Saludos.
Última edición por Lancelottt el Dom Feb 14, 2010 4:03 pm, editado 1 vez en total.
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Re: La absurda sumisión a Dios
Disculpa xasto por malinterpretarte, pero debes entender que de un análisis tan extenso, se pueden extraer diferentes conclusiones.xasto escribió:Pues sí, me malinterpretaste. No he querido insinuar en ningún momento que el hecho de que nuestros líderes sean escogidos por el pueblo sea un motivo para dejar de creer en dioses.
Lo que he hecho, simplemente, es hacer un poco de historia de la autoridad y demostrar que la sumisión o la obediencia a Dios no tiene ninguna justificación.
Saludos.
Re: La absurda sumisión a Dios
Efectivamente.Lancelottt escribió:Cuando me refiero al dios de amor, estoy hablando del origen histórico del cristianismo (sus primeros 200 años), donde el pueblo oprimido por el poder imperial (Roma), buscaba una vía de salvación colocando su otra mejilla. Con esto también le respondo a She, ya que hoy en día es muy facil hablar de rebelarse contra el opresor, pero en tiempo de barbarie, esto significaba la muerte inmediata del oprimido.estintobasico escribió:vale, no te tomaré por creyente pero matiza ésto o de lo contrario se te puede entender como lo que dices no ser
Tal como a mi me llega percibo que, aunque tú te autodefines como ateo, crees de hecho en "los valores morales" cristianos. ¿Es así? ¿Piensas que, aunque un mito, Jesucristo es un mensaje de amor? Seguramente te he malinterpretado y lo dices en sentido figurado.Lancelottt escribió:llevando a miles de personas a refugiarse en un dios de amor (Jesucristo)
Saludos.
A pesar del riesgo, muchos se manifestaron en contra de la iglesia y de otros poderes opresores, sufriendo represalias de todo tipo, torturas y muerte incluidas. Hoy sigue ocurriendo.
Pero gracias a muchos de nuestros antepasados hoy la situación es diferente. Sigue habiendo opresión, pero en muchos lugares del planeta hay al menos libertad de expresión. Sin el avance logrado por los que nos precedieron estaríamos igual que antes, y sin el esfuerzo que podamos seguir haciendo hoy, quedaríamos estancados o más bien retrocederíamos. En la contienda contra el poder, los que lo detentan buscan constantemente cualquier resquicio o debilidad para recuperar el terreno perdido, y cuando lo encuentran retrocedemos.
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