Para este tema del Opus Dei me quedo sin palabras y sin comentarios.
Saldos para todos de parte de unique de https://catalogosdemujer.com/.
OPUS DEI - UNA SECTA PELIGROSA PROTEGIDA
Re: OPUS DEI - UNA SECTA PELIGROSA PROTEGIDA
Interesante el tema, pero hoy me quedé sin comentarios.
Re: OPUS DEI - UNA SECTA PELIGROSA PROTEGIDA
Sin comentarios...ManuelB escribió: ↑Sab Dic 24, 2011 7:50 pmHe visto este hilo sobre el Opus Dei y quiero contar una experiencia que tuve con “la Obra”. He tenido más pero ésta es la más interesante.
Estaba realizando unos cursos en Madrid a finales de los 80 y teníamos que exponer nuestra autobiografía. Yo terminaba la mía diciendo: “no me considero demasiado inteligente (había puesto “excesivamente”, pero mi mujer con muy buen criterio me aconsejó que lo cambiara por “demasiado”) pero sí lógico, intuitivo y fundamentalmente racional”. ¡Como si hubiera soltado una bicha! Algunos de mis compañeros de curso me invitaron a que visitara una casa del Opus en la que había uno que conocían y que querían que yo fuera a hablar con él. Les dije que sí, y un día lluvioso allá me fui con uno de ellos a un piso cerca de Ópera con un perfecto suelo de madera y una mucama con uniforme y cofia incluida que nos abrió la puerta y nos recogió las gabardinas y los paraguas. Pasamos por un pasillo y entreví una capilla alargada con el Cristo de Dalí presidiéndola y devotos en oración. Me llevaron a una especie de celda con una cama empotrada y me presentaron a mi interlocutor que era un joven moscovita, licenciado en física nuclear, que hablaba perfectamente el castellano…
Estuvimos aproximadamente dos horas charlando y, de cuando en cuando, se oían “chisteos” desde la capilla toda vez que mi interlocutor, llevado por la pasión, exteriorizaba excesivamente en sus pretendidos argumentos. Al final, le dije: mira, majete, ya he sacado todo lo que tenía que sacar de ti, así que doy por finalizada la entrevista. Entonces me dijo que teníamos que reunirnos en primavera, en la Casa de Campo, al aire libre para seguir charlando. Le dije: “ya sé por qué quieres estar al aire libre… ¡para poder gritar a gusto sin que nadie te lo impida! Exclamó: ¡¡¡¡Síííí, eso!!!! Al final, cuando nos despedimos , me dijo que yo estaba muy enterado en relación con el universo, con el cosmos, pero que me faltaba una cosa: la Fe. ¡Menos mal!, creí que me iba a decir algo serio…
Por supuesto, no lo he vuelto a ver.