SWAMI escribió:La definición del DRAE se derrumba.
What's in a name? A rose by any other name would smell as sweet.
Como dijo Chéspir, que hablaba así (Qué hay en un nombre? Una rosa con cualquier otro nombre tendría el mismo aroma).
Cupón!, con tal enzarzamiento definicional, las ideas se mueven menos que don Pimpón en una cama de velcro.
La existencia de dios no es una falsedad, es una falsedad trivial. Pero supongamos que fuese una falsedad complicadísima de rebatir; a veces la situación es de emergencia y no hay tiempo para valorar todos los aspectos de una hipótesis, hay que actuar ya. En tales casos se valora primero las consecuencias de una elección en cada escenario posible, como un médico de urgencias valora la gravedad de los trastornos compatibles con los datos que tiene y las consecuencias con la medicación que va a usar, y no se sienta a consultar libros hasta dar con el diagnóstico preciso de un paciente muerto. Todos somos pacientes de urgencias, vamos a morir y nos parecerá que es demasiado pronto. Tenemos que hacer algo ya.
Por fortuna, el ateísmo es un antibiótico de amplio espectro. Sí que destruye la religión, pero ésta casi siempre (y perdón por el casi) causa daños mayores que el mal que pretende remediar. Y aun en el peor escenario posible, si existe un dios, es nuestro enemigo y debemos rebelarnos y destruirlo. Podrá mandarnos al infierno pero no hacer que le riamos la gracia de un universo que es una suma de errores y horrores. Sería el ser supremo menos en una cosa: no alcanza la altura moral de la humanidad.
"Doce pruebas de la inexistencia de Dios" (Sebastián Faure) en ateosteistas.com es una lectura interesantísima que recomendó otro usuario de este foro que ahora no me acuerdo y no guardé ficha para los créditos.
Para mí la última opción fue entre ateísmo o malteísmo, más o menos como Woody Allen, "Señor, después de varios milenios, ¿no podrías crearte otra humanidad a la que joder?"