dos llaves para interpretar el Apocalipsis

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DOS LLAVES PARA INTERPRETAR EL APOCALIPSIS


Josué Mouliá

PRIMERA LLAVE: EL CAPÍTULO 20


El capítulo 20 trata de tres acontecimientos: encadenamiento de Satanás, liberación de Satanás “por un poco de tiempo”, y Juicio Final.

Una interpretación demasiado literal lleva a la teoría “milenarista”, en que se defiende que después de la Segunda Venida de Cristo será encadenado Satanás, reinará Cristo con los santos, después será liberado el Maligno, y después el Juicio Final.

Otra interpretación, más simbólica, es esta: El “encadenamiento” de Satanás ya se produjo cuando Cristo, tras expirar, descendió a los infiernos. El “ángel” del versículo 1 puede tratarse, bien de Cristo, bien de algún ángel bueno. La “liberación” de Satanás es un concreto momento de la historia, cercano al Juicio Final, en que Satanás tiene mayor poder para tentar a los hombres, y el “Juicio Final”, es, lógicamente, el “Juicio Final”. Los “mil años” son una cifra mística, mucho tiempo. La “primera resurrección” es la vida de gracia, que se recibe por el bautismo. La “segunda resurrección” es la resurrección de los cuerpos en el Juicio Final.

Esta última interpretación es “llave” para interpretar otras partes del Apocalipsis.

A) Capítulo 17, 8 “La bestia que has visto era, y ahora no es; está para subir del abismo, y va a su perdición”.
B) Capítulo 9,1-2 “Y tocó la trompeta el quinto ángel, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo. Abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo se obscurecieron el sol y el aire.”


A) Capítulo 17, 8 “La bestia que has visto era, y ahora no es; está para subir del abismo, y va a su perdición”.

La bestia de siete cabezas y diez cuernos simboliza dos cosas: Satanás, y el imperio anticristiano. ¿Por qué esta confusión? Porque así se pone de relieve la identidad entre el padre y los hijos, entre el Maligno y sus hijos.

Satanás, como bestia de siete cabezas y diez cuernos aparece en el capítulo 12, 3 “Y vióse otra señal en el cielo y he aquí un gran dragón de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” En el versículo 9 se identifica este dragón con Satanás.

El Imperio Anticristiano, también como bestia de siete cabezas y diez cuernos aparece en el capítulo 13,1: “Y del mar vi subir una bestia con diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez diademas, y en sus cabezas nombres de blasfemia.”

La relación entre Satanás y el imperio anticristiano aparece en Ap 13,2 “…y el dragón le pasó su poder y su trono y una gran autoridad”, Ap.13,4 “Y adoraron al dragón, porque él había dado la autoridad a la bestia…”

Esta relación resuelve el misterio del capítulo 17, 9-11 “Esto para la mente que tiene sabiduría: las siete cabezas son…siete reyes: cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar. Y la bestia que era y no es, el octavo, y es de los siete, y va a perdición”

2 enigmas plantean estos versículos:

En primer lugar, la bestia que “era y no es”, de siete cabezas y diez cuernos, tal y como aparece en capítulo 17,3. ¿Cómo puede ser el octavo rey? ¿No tiene siete cabezas, y las cabezas son siete reyes? ¿Cómo puede ser la misma bestia sea el octavo?

En segundo lugar, ¿Por qué se concreta el momento de la profecía en la sexta cabeza? “…Cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido, y cuando venga, poco ha de durar…”

La solución del primer enigma es esta: La bestia de siete cabezas y diez cuernos simboliza, como ya se ha dicho, dos cosas: a Satanás y al imperio anticristiano. Y eso provoca esa confusión, pero debe entenderse así: el imperio anticristiano tiene siete “reyes”, que son siete anticristos, y Satanás es llamado el “octavo”, pues es otro rey, el príncipe de los demonios, quien instiga a los siete sin ser de los siete. Estos “siete” son sus hijos y ministros. “Es de los siete”, es decir, es padre, inductor y rey “de los siete”

La solución del segundo enigma es esta: Se concreta el momento de la profecía en la sexta cabeza porque será el momento en que Satanás será “desencadenado”. Por eso dice el versículo 8: “La bestia que has visto era y ahora no es; está para subir del abismo y va a su perdición.”

En cuanto al imperio anticristiano, dice Ap. 13,2 “La bestia que vi era semejante a una pantera; sus patas eran como de oso, y su boca de león…” Refiere probablemente a Daniel 7, 3-8: “Daniel tomó la palabra y dijo: Yo miraba en mis visiones nocturnas, y vi los cuatro vientos del cielo que agitaban el gran mar. Y cuatro animales enormes, diferentes entre sí, emergieron del mar. El primero era como un león y tenía alas de águila. Yo estuve mirando hasta que fueron arrancadas sus alas; él fue levantado de la tierra y puesto de pie sobre dos patas como un hombre, y le fue dado un corazón de hombre. Luego vi otro animal, el segundo, semejante a un oso; él estaba medio erguido y tenía tres costillas en su boca, entre sus dientes. Y le hablaban así: "¡Levántate, devora carne en abundancia”. Después de esto, yo estaba mirando y vi otro animal como un leopardo; tenía cuatro alas de pájaro sobre el dorso y también cuatro cabezas, y le fue dado el dominio. Después de esto, yo estaba mirando en las visiones nocturnas y vi un cuarto animal, terrible, espantoso y extremadamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro, comía, trituraba y el resto lo pisoteaba con las patas. Era diferente de todos los animales que lo habían precedido, y tenía diez cuernos. Yo observaba los cuernos, y vi otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos. Tres de los cuernos anteriores fueron arrancados delante de él, y sobre este cuerno había unos ojos como de hombre y una boca que hablaba con insolencia”

Cuatro bestias: si el undécimo cuerno lo contamos como cabeza, y juntamos las cuatro bestias en una, da siete cabezas y diez cuernos. Téngase en cuenta Ap. 13,2 “La bestia que vi era semejante a una pantera; sus patas eran como de oso, y su boca de león” las cuatro bestias de Daniel son un león, un oso, un leopardo y una bestia informe de diez cuernos.

Es razonable, por tanto, complementar el Apocalipsis con la interpretación de Dan. 7, para entender más sobre este imperio anticristiano.

Capítulo 13,3 “Y vi una de sus cabezas como si se le hubiere dado muerte; mas fue sanada de su golpe mortal, y maravillóse toda la tierra, en pos de la bestia.”

El “encadenamiento” de Satanás puede referirse a esta “herida”, que “fue sanada”, con la “liberación” de Satanás. Ap 13,5 “Y se le dio una boca que profería altanerías y blasfemias, y le fue dada autoridad…” Parece referirse aquí a Dan 7, 8 “Yo observaba los cuernos, cuando divisé otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos… y sobre este cuerno había unos ojos como de hombre y una boca que profería cosas horribles” Según la correlación antes establecida entre la bestia de siete cabezas y diez cuernos y las cuatro bestias de Dan 7, este cuerno sería la séptima cabeza de la bestia.

La “herida” puede ser el “obstáculo” que refiere el Apóstol en 2 Tes 2, 7

B) Capítulo 9,1-2 “Y tocó la trompeta el quinto ángel, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo. Abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo se obscurecieron el sol y el aire.”

Se suele considerar a esta “estrella caída del cielo” como un apóstata, pero no tiene por que ser así. Pues dice que “le fue dada la llave del pozo del abismo”. ¿Y para que fue al abismo? Para “desencadenar” a Satanás, según Ap 20,3 “y lo arrojó al abismo (a Satanás) que cerró y sobre el cual puso sello para que no sedujese más a las naciones, hasta que se hubiesen cumplido los mil años, después de los cuales has de ser soltado por un poco de tiempo.”

Las consecuencias de esta “liberación” son:

Primero, el “humo de Satanás” entra en la Iglesia. El sol y el aire (la buena doctrina) se obscurecen.

Segundo, plaga de langostas. Muchos autores entienden que se refiere aquí a los falsos apóstoles. Siempre ha habido falsos apóstoles, pero con la “liberación” de Satanás estas langostas tendrán poderío mayor, según lo que dice el versículo 7 “… y sobre sus cabezas llevaban algo como coronas parecidas al oro…”

Tercero, Ap 9,6 “En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán, desearán morir, y la muerte huirá de ellos". Una interpretación literal llevaría a entender que “en aquellos días” los hombres serían unos suicidas bastante chapuceros. Parece más correcto entender que esta “muerte” se refiere a la “muerte” de la vida espiritual, a acallar la voz de la propia conciencia, lo cual les resulta infructuoso, pues “la muerte huirá de ellos”. ¿Y cómo “buscarán la muerte”? A través de las diversiones que el mundo les ofrece. Así intentarán callar la voz de la conciencia, los remordimientos, las consideraciones sobre la muerte y el Juicio, etc…Posiblemente esto concuerde con lo que el Apóstol dice en 2 Timoteo 4,3 “Porque vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina”.

SEGUNDA LLAVE: LAS SIETE IGLESIAS

Una interpretación más literal considera que las siete cartas están destinadas a las siete comunidades determinadas de Asia, sin perjuicio del fruto que los cristianos de todas las épocas puedan sacar provecho de estas cartas.

Una interpretación más simbólica, con cierto consenso doctrinal, lleva a entender las siete iglesias como siete “edades” de la Iglesia, separadas cronológicamente de un modo más o menos claro.

Esta última interpretación es “llave”.

Las siete iglesias son Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

Efeso significa “ímpetu”. Es la edad apostólica, en que los primeros apóstoles predicaron el Evangelio con tal “ímpetu” que hicieron resonar por todo el Imperio Romano el Nombre de Cristo. Ap 2, 2-6: “Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos. Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo. Fíjate bien desde dónde has caído, conviértete y observa tu conducta anterior. Si no te arrepientes, vendré hacia ti y sacaré tu candelabro de su lugar preeminente. Sin embargo, tienes esto a tu favor: que detestas la conducta de los nicolaítas, lo mismo que yo”.

“Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo.” Sobre este entibiamiento parece referirse Jesucristo en Mt 24, 12 “y por efecto de los excesos de iniquidad, la caridad de los más se resfriará”. Hay que notar que Mt 24 trata del discurso escatológico de Jesús, en que Cristo responde a la vez a sus discípulos a dos preguntas: ¿Cuándo será destruído el Templo? Y ¿Cuándo será el fin del mundo?. Mt 24, 12, por su situación textual, parece encuadrarse en la primera respuesta, por lo cual concordaría con Ap 2, 4, sin perjuicio de que las señales que precederían a la destrucción del templo se volvieran a reproducir al fin del mundo, y de ahí la confusión de las respuestas. Así, este entibiamiento se vuelve a mencionar en la carta a la Iglesia de Laodicea, séptima y última iglesia, y, por lo tanto, correspondiente a la última edad de la Iglesia. Así, dice Ap 3, 15-18: "Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista.”


Esmirna significa “mirra”. La mirra es amarga, como amargos fueron los sufrimientos de los mártires, en la segunda edad de la Iglesia. Ap 2, 9-10: “Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rica, así como también la maledicencia de los que se llaman judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás. No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de vosotros para que seáis puestos a prueba, y tendréis que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida”

La “cárcel” puede entenderse de dos maneras: más simbólicamente, como representación de los sufrimientos en general que tuvieron que sufrir los mártires, o de manera más literal, como uno de los medios que utilizaron los romanos para hacer apostatar a los cristianos: se les encerraba durante largos períodos de tiempo en la cárcel, para que así “reflexionaran” y accedieran ofrecer incienso a los ídolos, salvando su vida. Muchos “reflexionaron”. Dice en efecto el versículo 10 “el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de vosotros para que seáis puestos a prueba, y tendréis que sufrir durante diez días.”. Nótese la referencia al martirio “Sé fiel hasta la muerte”

Pérgamo puede significar dos cosas “pergamino” o “ciudadela”. Siguiendo a la época de los mártires sigue la época en que la religión católica con Constantino se vuelve la religión oficial. Algunos expositores católicos llaman a esta edad la de “los doctores”, en correlación con el significado de “pergamino”. Ap 2, 13-15 “Sé que tú habitas donde está el trono de Satanás. A pesar de todo, permaneces fiel a mi Nombre y no has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás. Sin embargo, debo reprocharte algo, y es que tienes adictos a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac cómo debía seducir a los israelitas para que se prostituyeran, comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. Tienes además partidarios de la doctrina de los nicolaítas.”

Con el “trono de Satanás” quizás se refiere al mundo. Una vez que la Iglesia ha superado la fase de martirio y persecución, y se asienta en el Imperio, el riesgo viene de otro lado: las seducciones del mundo, “trono de Satanás”. “No has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás” Antipas parece significar “igual al padre” o “superior al padre”. Quizás aquí se dice que los cristianos de Esmirna fueron iguales o superiores en santidad que los de Éfeso, o dignos de misma estima. “Testigo Fiel”, que es lo mismo que “mártir fiel”. “Pero tengo algo contra ti…” aquí Cristo echa en cara a Pérgamo el tolerar a los corruptores de la fe, mientras, que a Éfeso le alabó por lo contrario, por no tolerar a los falsos apóstoles. En efecto, tras la consolidación de la Iglesia, se multiplican las “iglesias” heterodoxas, cientos, con enseñanzas auténticamente desviadas de la Fe.

El combate entre la pequeña y mansísima Iglesia naciente y el poderosísimo y feroz Imperio Romano, entre David y Goliat, se saldó con la esplendorosa victoria de la Iglesia. Ap 12, 1: “Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza” Esta “mujer” parece símbolo de la Iglesia: el sol y la luna simbolizan la santa doctrina, y las doce estrellas quizás los doce apóstoles. Ap 12,4: “El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.” El “hijo” simboliza a los cristianos, que nacen a la vida de la gracia con el bautismo, y se hacen “hijos de Dios”. La intención del Dragón podría referirse (aunque esto reconozco que es totalmente inseguro) a la furia con que el Imperio Romano se ensañó contra los cristianos, buscando su exterminio. Ap 12, 14-16 “Pero la Mujer recibió las dos alas de la gran águila para volar hasta su refugio en el desierto, donde debía ser alimentada durante tres años y medio, lejos de la Serpiente”. Las “dos alas de águila real” posiblemente (de manera muy insegura) puedan identificarse al poder imperial. Esto no lo digo gratuitamente, pues en la profecía de las cuatro bestias de Daniel, la primera bestia, que parece referirse al Imperio Romano, aparece con dos alas de águila, que “le fueron arrancadas”.

Tiatira es una palabra de difícil interpretación. Se ha interpretado como “sacrificio continuo”, “triunfo”, o con referencia a “Tiara”, símbolo del poder eclesiástico. Sea como sea, esta Iglesia corresponde a la Iglesia medieval. Ap 2, 20-23: “debo reprocharte que toleras a Jezabel, esa mujer que pretende ser profetisa, la que engaña a todos mis servidores, y les enseña a prostituirse comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. Yo le he dado tiempo suficiente para arrepentirse, pero ella no quiere dejar de fornicar. Por eso, la arrojaré en un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras, y haré morir a sus hijos.”

Jezabel parece una referencia al gran vicio de la Iglesia Medieval: La corrupción del poder eclesial en su confusión con el poder temporal, en contra con la doctrina evangélica: “A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”. El “largo tiempo para que se arrepienta” hace referencia a los largos siglos en que este vicio no fue depurado de manera completa. “Por eso, la arrojaré en un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras, y haré morir a sus hijos.” Aquí parece referirse a las grandes calamidades que azotaron a la Cristiandad de entonces, especialmente a la terrible peste negra, que diezmó Europa. También puede referirse, en un sentido espiritual, a la Reforma Protestante. En efecto, una de las causas de la Reforma fue el vicio de Tiatira “jezabel”, la corrupción de la jerarquía eclesiástica. “Haré morir a sus hijos” quizás refiera a la muerte espiritual de los cristianos que tuvieron la desgracia de vivir en los países “reformados”. La Reforma parece estar referida en Ap 8, 10-11: “Cuando el tercer Ángel tocó la trompeta, una grande estrella que ardía como una antorcha cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales.
La estrella se llamaba "Ajenjo". La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y murieron muchos hombres que bebieron de esas aguas, porque se habían vuelto amargas.” La estrella que cae del cielo, por lo general, parece simbolizar la apostasía. Esta “estrella ardiente” es Lutero: ardiente por su carácter totalmente explosivo, y porque incendió a la “tercera parte” de Europa en la apostasía. “Ajenjo” refiere a algo doloroso y amargo. La doctrina de Lutero significa la preponderancia del sentimiento sobre la luz de la razón. Así, las cosas “son verdad” si “yo” las siento así. Lutero abomina de la razón, y le dirige imprecaciones terribles. Pues bien, este error es catastrófico, es el que ya tuvieron los hebreos al despreciar el maná, pues lo despreciaron porque “pedían comida según su gusto”. El sentimiento nos lleva a hacer lo que deseamos, mientras que la razón nos lleva a hacer lo que es mejor para nosotros. Lo que deseamos nos lleva a la muerte, y lo que es mejor para nosotros nos lleva a la vida. “La tercera parte de los ríos y de los manantiales” Simbolizan a los sacramentos. Lutero buscó destruir especialmente el Sacramento de la Misa, pero como temía escandalizar a la gente, lo que hizo fue corromperlo poco a poco. Básicamente hubo un tránsito entre la misa católica, que es esencialmente un sacrificio, y la misa protestante, que es esencialmente una cena. “convirtiese la tercera parte de las aguas en ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de esas aguas pues se habían vuelto amargas. En efecto, una tercera parte de Europa sucumbió a la Reforma. “Muchos” murieron a causa de las aguas amargas, es decir, de los sacramentos corruptos.

Por otra parte, Lutero parece ser la tercera cabeza de la Bestia, o la primera cabeza de la tercera bestia de Daniel: “Después de esto, yo estaba mirando y vi otro animal como un leopardo; tenía cuatro alas de pájaro sobre el dorso y también cuatro cabezas, y le fue dado el dominio.” Al mundo protestante “le fue dado el dominio”. Este dominio, que efectivamente recibió el mundo protestante especialmente con el desarrollo capitalista y tecnológico, tiene las siguientes causas:

Primera: El carácter hogareño de los pueblos nórdicos, a causa del clima más frío, que los llevaba a estar más tiempo en sus casas. Muchos inventaban cosas, y otros llevaban a cabo emprendimientos económicos, mientras que los Españoles e italianos “pelaban la pava”.

Segunda: El espíritu calvinista, que es la esencia del capitalismo. Calvino defendía la doctrina de la predestinación, según la cual, Dios, independientemente de las obras de cada uno, ya ha determinado quién se va a condenar, y quién se va a salvar. Indicios de salvación, para Calvino, es la prosperidad material. Este espíritu llevó a muchos a buscar la prosperidad material. Nota Hilaire Belloc como en la Europa Medieval el espíritu competitivo, el afán de lucho, se veía como un vicio, y en la Europa protestante, al contrario, se ve como una virtud.

Tercera: El creciente desarrollo tecnológico, que llevó a total preponderancia con la carrera armamentística. Fíjese la situación de España, emperadora en el siglo XVI, a la situación en que se encuentra en el siglo XIX.

Hijos de Lutero son: el racionalismo, el liberalismo y el comunismo. Éstas tres parecen simbolizar las tres restantes cabezas del leopardo de Daniel, o las cabezas cuatro, cinco y seis de la bestia de siete cabezas y diez cuernos. Si se concretan estas doctrinas en hombres concretos, quizás el racionalismo podría determinarse en la persona de Voltaire, pero ni el liberalismo ni el comunismo se puede encontrar con claridad al principal propalador de estas doctrinas, pues en verdad son muchos.
Recuérdese Ap 12 “cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar”, y que estando en el poder la sexta cabeza, la “bestia que era y que no es” “sube del abismo”. Esta sexta cabeza corresponde, como se ha dicho, al comunismo. Es de notar que la época en que tuvo mayor preponderancia el comunismo, en que incluso parecía que iba a prevalecer sobre el capitalismo occidental, ya pasó. Ahora el espíritu comunista parece en franca debacle, y en su lugar toma forma otro espíritu, el “New Age”.

Sardes significa “sardónica” piedra preciosa, haciendo con esto referencia a “riquezas”. Siguiendo a la Iglesia Medieval, Sardes posiblemente sea la Iglesia del Renacimiento. Ap 3,2 “Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de morir; porque no he hallado tus obras cumplidas delante de mi Dios”.

Filadelfia puede significar “amiga”, “hermana”, o “hermanos reunidos”. Parece ser la Iglesia desde la Revolución Francesa hasta la “liberación” de Satanás. Ap 3,10: “Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.”

Esta “hora de la tribulación” parece significa el momento de la “liberación” de Satanás. Razones:

1 El momento de este suceso está entre el fin de Filadelfia y el comienzo de Laodicea. Ateniéndonos al criterio cronológico, parece concordar con Ap 20, 3 “… después de (los mil años) debe ser soltado (Satanás) por un breve tiempo”, el tiempo de Laodicea, la última edad de la Iglesia antes del Juicio Final.

2 Si ha de ser liberado Satanás, según Ap 20,3 ¿no ha de ser un acontecimiento bastante importante para tener relevancia en otros lugares del Apocalipsis? Parece que tal acontecimiento puede servir para separar cronológicamente Filadelfia de Laodicea.

3 Laodicea es Iglesia tibia, y la tibieza, en correlación con la iglesia de Éfeso, es consecuencia del aumento de la iniquidad. ¿Acaso Satanás suelto no provocará aumento de iniquidad?

Carece de fundamento considerar que esta “prueba” o “hora de la tribulación” se refiere a la parusía (según los milenaristas) o a una gran catástrofe mundial. No es la parusía porque la parusía sucede con el Juicio Final, no antes. No es una gran catástrofe mundial, porque parece que más provocaría un aumento del fervor religioso que un entibiamiento.

Laodicea significa “el juicio del pueblo” (laos-pueblo, diké-justicia). Es la Iglesia que conocerá el Juicio Final. Sobre su tibieza;

Mt 24, 37-39: “Y como sucedió en tiempo de Noé, así será la Parusía del Hijo del Hombre. Porque así como en el tiempo que precedió al diluvio, comían, bebían, tomaban en matrimonio y daban en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la Parusía del Hijo del Hombre.”

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Josué Mouliá

PRIMERA LLAVE: EL CAPÍTULO 20


El capítulo 20 trata de tres acontecimientos: encadenamiento de Satanás, liberación de Satanás “por un poco de tiempo”, y Juicio Final.

Una interpretación demasiado literal lleva a la teoría “milenarista”, en que se defiende que después de la Segunda Venida de Cristo será encadenado Satanás, reinará Cristo con los santos, después será liberado el Maligno, y después el Juicio Final.

Otra interpretación, más simbólica, es esta: El “encadenamiento” de Satanás ya se produjo cuando Cristo, tras expirar, descendió a los infiernos. El “ángel” del versículo 1 puede tratarse, bien de Cristo, bien de algún ángel bueno. La “liberación” de Satanás es un concreto momento de la historia, cercano al Juicio Final, en que Satanás tiene mayor poder para tentar a los hombres, y el “Juicio Final”, es, lógicamente, el “Juicio Final”. Los “mil años” son una cifra mística, mucho tiempo. La “primera resurrección” es la vida de gracia, que se recibe por el bautismo. La “segunda resurrección” es la resurrección de los cuerpos en el Juicio Final.

Esta última interpretación es “llave” para interpretar otras partes del Apocalipsis.

A) Capítulo 17, 8 “La bestia que has visto era, y ahora no es; está para subir del abismo, y va a su perdición”.
B) Capítulo 9,1-2 “Y tocó la trompeta el quinto ángel, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo. Abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo se obscurecieron el sol y el aire.”


A) Capítulo 17, 8 “La bestia que has visto era, y ahora no es; está para subir del abismo, y va a su perdición”.

La bestia de siete cabezas y diez cuernos simboliza dos cosas: Satanás, y el imperio anticristiano. ¿Por qué esta confusión? Porque así se pone de relieve la identidad entre el padre y los hijos, entre el Maligno y sus hijos.

Satanás, como bestia de siete cabezas y diez cuernos aparece en el capítulo 12, 3 “Y vióse otra señal en el cielo y he aquí un gran dragón de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” En el versículo 9 se identifica este dragón con Satanás.

El Imperio Anticristiano, también como bestia de siete cabezas y diez cuernos aparece en el capítulo 13,1: “Y del mar vi subir una bestia con diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez diademas, y en sus cabezas nombres de blasfemia.”

La relación entre Satanás y el imperio anticristiano aparece en Ap 13,2 “…y el dragón le pasó su poder y su trono y una gran autoridad”, Ap.13,4 “Y adoraron al dragón, porque él había dado la autoridad a la bestia…”

Esta relación resuelve el misterio del capítulo 17, 9-11 “Esto para la mente que tiene sabiduría: las siete cabezas son…siete reyes: cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar. Y la bestia que era y no es, el octavo, y es de los siete, y va a perdición”

2 enigmas plantean estos versículos:

En primer lugar, la bestia que “era y no es”, de siete cabezas y diez cuernos, tal y como aparece en capítulo 17,3. ¿Cómo puede ser el octavo rey? ¿No tiene siete cabezas, y las cabezas son siete reyes? ¿Cómo puede ser la misma bestia sea el octavo?

En segundo lugar, ¿Por qué se concreta el momento de la profecía en la sexta cabeza? “…Cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido, y cuando venga, poco ha de durar…”

La solución del primer enigma es esta: La bestia de siete cabezas y diez cuernos simboliza, como ya se ha dicho, dos cosas: a Satanás y al imperio anticristiano. Y eso provoca esa confusión, pero debe entenderse así: el imperio anticristiano tiene siete “reyes”, que son siete anticristos, y Satanás es llamado el “octavo”, pues es otro rey, el príncipe de los demonios, quien instiga a los siete sin ser de los siete. Estos “siete” son sus hijos y ministros. “Es de los siete”, es decir, es padre, inductor y rey “de los siete”

La solución del segundo enigma es esta: Se concreta el momento de la profecía en la sexta cabeza porque será el momento en que Satanás será “desencadenado”. Por eso dice el versículo 8: “La bestia que has visto era y ahora no es; está para subir del abismo y va a su perdición.”

En cuanto al imperio anticristiano, dice Ap. 13,2 “La bestia que vi era semejante a una pantera; sus patas eran como de oso, y su boca de león…” Refiere probablemente a Daniel 7, 3-8: “Daniel tomó la palabra y dijo: Yo miraba en mis visiones nocturnas, y vi los cuatro vientos del cielo que agitaban el gran mar. Y cuatro animales enormes, diferentes entre sí, emergieron del mar. El primero era como un león y tenía alas de águila. Yo estuve mirando hasta que fueron arrancadas sus alas; él fue levantado de la tierra y puesto de pie sobre dos patas como un hombre, y le fue dado un corazón de hombre. Luego vi otro animal, el segundo, semejante a un oso; él estaba medio erguido y tenía tres costillas en su boca, entre sus dientes. Y le hablaban así: "¡Levántate, devora carne en abundancia”. Después de esto, yo estaba mirando y vi otro animal como un leopardo; tenía cuatro alas de pájaro sobre el dorso y también cuatro cabezas, y le fue dado el dominio. Después de esto, yo estaba mirando en las visiones nocturnas y vi un cuarto animal, terrible, espantoso y extremadamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro, comía, trituraba y el resto lo pisoteaba con las patas. Era diferente de todos los animales que lo habían precedido, y tenía diez cuernos. Yo observaba los cuernos, y vi otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos. Tres de los cuernos anteriores fueron arrancados delante de él, y sobre este cuerno había unos ojos como de hombre y una boca que hablaba con insolencia”

Cuatro bestias: si el undécimo cuerno lo contamos como cabeza, y juntamos las cuatro bestias en una, da siete cabezas y diez cuernos. Téngase en cuenta Ap. 13,2 “La bestia que vi era semejante a una pantera; sus patas eran como de oso, y su boca de león” las cuatro bestias de Daniel son un león, un oso, un leopardo y una bestia informe de diez cuernos.

Es razonable, por tanto, complementar el Apocalipsis con la interpretación de Dan. 7, para entender más sobre este imperio anticristiano.

Capítulo 13,3 “Y vi una de sus cabezas como si se le hubiere dado muerte; mas fue sanada de su golpe mortal, y maravillóse toda la tierra, en pos de la bestia.”

El “encadenamiento” de Satanás puede referirse a esta “herida”, que “fue sanada”, con la “liberación” de Satanás. Ap 13,5 “Y se le dio una boca que profería altanerías y blasfemias, y le fue dada autoridad…” Parece referirse aquí a Dan 7, 8 “Yo observaba los cuernos, cuando divisé otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos… y sobre este cuerno había unos ojos como de hombre y una boca que profería cosas horribles” Según la correlación antes establecida entre la bestia de siete cabezas y diez cuernos y las cuatro bestias de Dan 7, este cuerno sería la séptima cabeza de la bestia.

La “herida” puede ser el “obstáculo” que refiere el Apóstol en 2 Tes 2, 7

B) Capítulo 9,1-2 “Y tocó la trompeta el quinto ángel, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo del abismo. Abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y a causa del humo del pozo se obscurecieron el sol y el aire.”

Se suele considerar a esta “estrella caída del cielo” como un apóstata, pero no tiene por que ser así. Pues dice que “le fue dada la llave del pozo del abismo”. ¿Y para que fue al abismo? Para “desencadenar” a Satanás, según Ap 20,3 “y lo arrojó al abismo (a Satanás) que cerró y sobre el cual puso sello para que no sedujese más a las naciones, hasta que se hubiesen cumplido los mil años, después de los cuales has de ser soltado por un poco de tiempo.”

Las consecuencias de esta “liberación” son:

Primero, el “humo de Satanás” entra en la Iglesia. El sol y el aire (la buena doctrina) se obscurecen.

Segundo, plaga de langostas. Muchos autores entienden que se refiere aquí a los falsos apóstoles. Siempre ha habido falsos apóstoles, pero con la “liberación” de Satanás estas langostas tendrán poderío mayor, según lo que dice el versículo 7 “… y sobre sus cabezas llevaban algo como coronas parecidas al oro…”

Tercero, Ap 9,6 “En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán, desearán morir, y la muerte huirá de ellos". Una interpretación literal llevaría a entender que “en aquellos días” los hombres serían unos suicidas bastante chapuceros. Parece más correcto entender que esta “muerte” se refiere a la “muerte” de la vida espiritual, a acallar la voz de la propia conciencia, lo cual les resulta infructuoso, pues “la muerte huirá de ellos”. ¿Y cómo “buscarán la muerte”? A través de las diversiones que el mundo les ofrece. Así intentarán callar la voz de la conciencia, los remordimientos, las consideraciones sobre la muerte y el Juicio, etc…Posiblemente esto concuerde con lo que el Apóstol dice en 2 Timoteo 4,3 “Porque vendrá el tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina”.

SEGUNDA LLAVE: LAS SIETE IGLESIAS

Una interpretación más literal considera que las siete cartas están destinadas a las siete comunidades determinadas de Asia, sin perjuicio del fruto que los cristianos de todas las épocas puedan sacar provecho de estas cartas.

Una interpretación más simbólica, con cierto consenso doctrinal, lleva a entender las siete iglesias como siete “edades” de la Iglesia, separadas cronológicamente de un modo más o menos claro.

Esta última interpretación es “llave”.

Las siete iglesias son Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

Efeso significa “ímpetu”. Es la edad apostólica, en que los primeros apóstoles predicaron el Evangelio con tal “ímpetu” que hicieron resonar por todo el Imperio Romano el Nombre de Cristo. Ap 2, 2-6: “Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos. Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo. Fíjate bien desde dónde has caído, conviértete y observa tu conducta anterior. Si no te arrepientes, vendré hacia ti y sacaré tu candelabro de su lugar preeminente. Sin embargo, tienes esto a tu favor: que detestas la conducta de los nicolaítas, lo mismo que yo”.

“Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo.” Sobre este entibiamiento parece referirse Jesucristo en Mt 24, 12 “y por efecto de los excesos de iniquidad, la caridad de los más se resfriará”. Hay que notar que Mt 24 trata del discurso escatológico de Jesús, en que Cristo responde a la vez a sus discípulos a dos preguntas: ¿Cuándo será destruído el Templo? Y ¿Cuándo será el fin del mundo?. Mt 24, 12, por su situación textual, parece encuadrarse en la primera respuesta, por lo cual concordaría con Ap 2, 4, sin perjuicio de que las señales que precederían a la destrucción del templo se volvieran a reproducir al fin del mundo, y de ahí la confusión de las respuestas. Así, este entibiamiento se vuelve a mencionar en la carta a la Iglesia de Laodicea, séptima y última iglesia, y, por lo tanto, correspondiente a la última edad de la Iglesia. Así, dice Ap 3, 15-18: "Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista.”


Esmirna significa “mirra”. La mirra es amarga, como amargos fueron los sufrimientos de los mártires, en la segunda edad de la Iglesia. Ap 2, 9-10: “Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres rica, así como también la maledicencia de los que se llaman judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás. No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de vosotros para que seáis puestos a prueba, y tendréis que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida”

La “cárcel” puede entenderse de dos maneras: más simbólicamente, como representación de los sufrimientos en general que tuvieron que sufrir los mártires, o de manera más literal, como uno de los medios que utilizaron los romanos para hacer apostatar a los cristianos: se les encerraba durante largos períodos de tiempo en la cárcel, para que así “reflexionaran” y accedieran ofrecer incienso a los ídolos, salvando su vida. Muchos “reflexionaron”. Dice en efecto el versículo 10 “el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de vosotros para que seáis puestos a prueba, y tendréis que sufrir durante diez días.”. Nótese la referencia al martirio “Sé fiel hasta la muerte”

Pérgamo puede significar dos cosas “pergamino” o “ciudadela”. Siguiendo a la época de los mártires sigue la época en que la religión católica con Constantino se vuelve la religión oficial. Algunos expositores católicos llaman a esta edad la de “los doctores”, en correlación con el significado de “pergamino”. Ap 2, 13-15 “Sé que tú habitas donde está el trono de Satanás. A pesar de todo, permaneces fiel a mi Nombre y no has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás. Sin embargo, debo reprocharte algo, y es que tienes adictos a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac cómo debía seducir a los israelitas para que se prostituyeran, comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. Tienes además partidarios de la doctrina de los nicolaítas.”

Con el “trono de Satanás” quizás se refiere al mundo. Una vez que la Iglesia ha superado la fase de martirio y persecución, y se asienta en el Imperio, el riesgo viene de otro lado: las seducciones del mundo, “trono de Satanás”. “No has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron en el lugar donde habita Satanás” Antipas parece significar “igual al padre” o “superior al padre”. Quizás aquí se dice que los cristianos de Esmirna fueron iguales o superiores en santidad que los de Éfeso, o dignos de misma estima. “Testigo Fiel”, que es lo mismo que “mártir fiel”. “Pero tengo algo contra ti…” aquí Cristo echa en cara a Pérgamo el tolerar a los corruptores de la fe, mientras, que a Éfeso le alabó por lo contrario, por no tolerar a los falsos apóstoles. En efecto, tras la consolidación de la Iglesia, se multiplican las “iglesias” heterodoxas, cientos, con enseñanzas auténticamente desviadas de la Fe.

El combate entre la pequeña y mansísima Iglesia naciente y el poderosísimo y feroz Imperio Romano, entre David y Goliat, se saldó con la esplendorosa victoria de la Iglesia. Ap 12, 1: “Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza” Esta “mujer” parece símbolo de la Iglesia: el sol y la luna simbolizan la santa doctrina, y las doce estrellas quizás los doce apóstoles. Ap 12,4: “El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera.” El “hijo” simboliza a los cristianos, que nacen a la vida de la gracia con el bautismo, y se hacen “hijos de Dios”. La intención del Dragón podría referirse (aunque esto reconozco que es totalmente inseguro) a la furia con que el Imperio Romano se ensañó contra los cristianos, buscando su exterminio. Ap 12, 14-16 “Pero la Mujer recibió las dos alas de la gran águila para volar hasta su refugio en el desierto, donde debía ser alimentada durante tres años y medio, lejos de la Serpiente”. Las “dos alas de águila real” posiblemente (de manera muy insegura) puedan identificarse al poder imperial. Esto no lo digo gratuitamente, pues en la profecía de las cuatro bestias de Daniel, la primera bestia, que parece referirse al Imperio Romano, aparece con dos alas de águila, que “le fueron arrancadas”.

Tiatira es una palabra de difícil interpretación. Se ha interpretado como “sacrificio continuo”, “triunfo”, o con referencia a “Tiara”, símbolo del poder eclesiástico. Sea como sea, esta Iglesia corresponde a la Iglesia medieval. Ap 2, 20-23: “debo reprocharte que toleras a Jezabel, esa mujer que pretende ser profetisa, la que engaña a todos mis servidores, y les enseña a prostituirse comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. Yo le he dado tiempo suficiente para arrepentirse, pero ella no quiere dejar de fornicar. Por eso, la arrojaré en un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras, y haré morir a sus hijos.”

Jezabel parece una referencia al gran vicio de la Iglesia Medieval: La corrupción del poder eclesial en su confusión con el poder temporal, en contra con la doctrina evangélica: “A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”. El “largo tiempo para que se arrepienta” hace referencia a los largos siglos en que este vicio no fue depurado de manera completa. “Por eso, la arrojaré en un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras, y haré morir a sus hijos.” Aquí parece referirse a las grandes calamidades que azotaron a la Cristiandad de entonces, especialmente a la terrible peste negra, que diezmó Europa. También puede referirse, en un sentido espiritual, a la Reforma Protestante. En efecto, una de las causas de la Reforma fue el vicio de Tiatira “jezabel”, la corrupción de la jerarquía eclesiástica. “Haré morir a sus hijos” quizás refiera a la muerte espiritual de los cristianos que tuvieron la desgracia de vivir en los países “reformados”. La Reforma parece estar referida en Ap 8, 10-11: “Cuando el tercer Ángel tocó la trompeta, una grande estrella que ardía como una antorcha cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales.
La estrella se llamaba "Ajenjo". La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y murieron muchos hombres que bebieron de esas aguas, porque se habían vuelto amargas.” La estrella que cae del cielo, por lo general, parece simbolizar la apostasía. Esta “estrella ardiente” es Lutero: ardiente por su carácter totalmente explosivo, y porque incendió a la “tercera parte” de Europa en la apostasía. “Ajenjo” refiere a algo doloroso y amargo. La doctrina de Lutero significa la preponderancia del sentimiento sobre la luz de la razón. Así, las cosas “son verdad” si “yo” las siento así. Lutero abomina de la razón, y le dirige imprecaciones terribles. Pues bien, este error es catastrófico, es el que ya tuvieron los hebreos al despreciar el maná, pues lo despreciaron porque “pedían comida según su gusto”. El sentimiento nos lleva a hacer lo que deseamos, mientras que la razón nos lleva a hacer lo que es mejor para nosotros. Lo que deseamos nos lleva a la muerte, y lo que es mejor para nosotros nos lleva a la vida. “La tercera parte de los ríos y de los manantiales” Simbolizan a los sacramentos. Lutero buscó destruir especialmente el Sacramento de la Misa, pero como temía escandalizar a la gente, lo que hizo fue corromperlo poco a poco. Básicamente hubo un tránsito entre la misa católica, que es esencialmente un sacrificio, y la misa protestante, que es esencialmente una cena. “convirtiese la tercera parte de las aguas en ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de esas aguas pues se habían vuelto amargas. En efecto, una tercera parte de Europa sucumbió a la Reforma. “Muchos” murieron a causa de las aguas amargas, es decir, de los sacramentos corruptos.

Por otra parte, Lutero parece ser la tercera cabeza de la Bestia, o la primera cabeza de la tercera bestia de Daniel: “Después de esto, yo estaba mirando y vi otro animal como un leopardo; tenía cuatro alas de pájaro sobre el dorso y también cuatro cabezas, y le fue dado el dominio.” Al mundo protestante “le fue dado el dominio”. Este dominio, que efectivamente recibió el mundo protestante especialmente con el desarrollo capitalista y tecnológico, tiene las siguientes causas:

Primera: El carácter hogareño de los pueblos nórdicos, a causa del clima más frío, que los llevaba a estar más tiempo en sus casas. Muchos inventaban cosas, y otros llevaban a cabo emprendimientos económicos, mientras que los Españoles e italianos “pelaban la pava”.

Segunda: El espíritu calvinista, que es la esencia del capitalismo. Calvino defendía la doctrina de la predestinación, según la cual, Dios, independientemente de las obras de cada uno, ya ha determinado quién se va a condenar, y quién se va a salvar. Indicios de salvación, para Calvino, es la prosperidad material. Este espíritu llevó a muchos a buscar la prosperidad material. Nota Hilaire Belloc como en la Europa Medieval el espíritu competitivo, el afán de lucho, se veía como un vicio, y en la Europa protestante, al contrario, se ve como una virtud.

Tercera: El creciente desarrollo tecnológico, que llevó a total preponderancia con la carrera armamentística. Fíjese la situación de España, emperadora en el siglo XVI, a la situación en que se encuentra en el siglo XIX.

Hijos de Lutero son: el racionalismo, el liberalismo y el comunismo. Éstas tres parecen simbolizar las tres restantes cabezas del leopardo de Daniel, o las cabezas cuatro, cinco y seis de la bestia de siete cabezas y diez cuernos. Si se concretan estas doctrinas en hombres concretos, quizás el racionalismo podría determinarse en la persona de Voltaire, pero ni el liberalismo ni el comunismo se puede encontrar con claridad al principal propalador de estas doctrinas, pues en verdad son muchos.
Recuérdese Ap 12 “cinco cayeron, el uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, poco ha de durar”, y que estando en el poder la sexta cabeza, la “bestia que era y que no es” “sube del abismo”. Esta sexta cabeza corresponde, como se ha dicho, al comunismo. Es de notar que la época en que tuvo mayor preponderancia el comunismo, en que incluso parecía que iba a prevalecer sobre el capitalismo occidental, ya pasó. Ahora el espíritu comunista parece en franca debacle, y en su lugar toma forma otro espíritu, el “New Age”.

Sardes significa “sardónica” piedra preciosa, haciendo con esto referencia a “riquezas”. Siguiendo a la Iglesia Medieval, Sardes posiblemente sea la Iglesia del Renacimiento. Ap 3,2 “Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de morir; porque no he hallado tus obras cumplidas delante de mi Dios”.

Filadelfia puede significar “amiga”, “hermana”, o “hermanos reunidos”. Parece ser la Iglesia desde la Revolución Francesa hasta la “liberación” de Satanás. Ap 3,10: “Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.”

Esta “hora de la tribulación” parece significa el momento de la “liberación” de Satanás. Razones:

1 El momento de este suceso está entre el fin de Filadelfia y el comienzo de Laodicea. Ateniéndonos al criterio cronológico, parece concordar con Ap 20, 3 “… después de (los mil años) debe ser soltado (Satanás) por un breve tiempo”, el tiempo de Laodicea, la última edad de la Iglesia antes del Juicio Final.

2 Si ha de ser liberado Satanás, según Ap 20,3 ¿no ha de ser un acontecimiento bastante importante para tener relevancia en otros lugares del Apocalipsis? Parece que tal acontecimiento puede servir para separar cronológicamente Filadelfia de Laodicea.

3 Laodicea es Iglesia tibia, y la tibieza, en correlación con la iglesia de Éfeso, es consecuencia del aumento de la iniquidad. ¿Acaso Satanás suelto no provocará aumento de iniquidad?

Carece de fundamento considerar que esta “prueba” o “hora de la tribulación” se refiere a la parusía (según los milenaristas) o a una gran catástrofe mundial. No es la parusía porque la parusía sucede con el Juicio Final, no antes. No es una gran catástrofe mundial, porque parece que más provocaría un aumento del fervor religioso que un entibiamiento.

Laodicea significa “el juicio del pueblo” (laos-pueblo, diké-justicia). Es la Iglesia que conocerá el Juicio Final. Sobre su tibieza;

Mt 24, 37-39: “Y como sucedió en tiempo de Noé, así será la Parusía del Hijo del Hombre. Porque así como en el tiempo que precedió al diluvio, comían, bebían, tomaban en matrimonio y daban en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la Parusía del Hijo del Hombre.”
Muy poco ke decir, mejor hablamos de caperucita roja y el lobo feroz :D

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Re: dos llaves para interpretar el Apocalipsis

Mensaje sin leer por Zeta »

Xenko escribió:Muy poco ke decir, mejor hablamos de caperucita roja y el lobo feroz :D
El de caperucita sí me lo sé :D
Zeta

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Xenko
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Re: dos llaves para interpretar el Apocalipsis

Mensaje sin leer por Xenko »

Zeta escribió:
Xenko escribió:Muy poco ke decir, mejor hablamos de caperucita roja y el lobo feroz :D
El de caperucita sí me lo sé :D
Es más graciosa, o no???? :D :D :D

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