Don Fulgencio escribió:Luego está la motibilidad. ¿Qué sentido tiene levantarse por la mañana sin un objetivo trascendente? Yo no le encontraría sentido. Además, con frecuencia el ateo se ve obligado a renegar de buena parte de lo que fue y de lo que es. En ocasiones supone una ruptura, una quiebra de los valores familiares en los que se formó. Hay valentía en esa ruptura pero, ¿alguien se ha parado a pensar a qué precio? ¿ Alguien no se siente traidor a la esencia de lo que fue?
Otra pregunta más: ¿ Como llega el ateo a su ateísmo? ¿ Es una frustración, una mala experiencia religiosa, un conflicto personal entre una fe que vivio y la "realidad"? Todo esto es muy complejo.
Pero volviendo al tema de referencia, los científicos pueden ser perfectamente creyentes. No se llega al ateísmo desde la ciencia porque ésta no tiene el conocimiento de todas las cosas. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que la ciencia tiene la limitación del acceso a una parte de los conocimientos y se muestra incapaz de acceder al conocimiento total y absoluto. De ahí que desde la ciencia no se pueda afirmar que Dios no existe.
Lo primero, un saludo, que no sé si me he pasado por tu presentación.
Voy a decir yo algo que se ha repetido muchas veces en este foro ante una afirmación como la tuya. No es lo que todos piensan (cada cual ve las cosas a su manera, no existe una doctrina atea) pero te servirá para que te hagas una idea y no sigas por ahí.
Tú no puedes ver un sentido a la vida sin tus creencias, no eres capaz siquiera de imaginar la vida sin esa visión que tienes de la Realidad. Precisamente esto es lo que te impide ver nuestro punto de vista. No existe un sentido de la vida, no tiene una razón de ser (ni mística ni de ninguna otra clase). Tiene causas (o sea, la vida sucede debido a ciertas condiciones y procesos físicos), pero no motivos.
Por lo tanto, ¿por qué levantarse? Coño, respuesta bien fácil, porque vivir es cojonudo (si no lo fuese, te pegarías un tiro ¿no? Por muy chungo que lo veas, siempre hay un buen motivo para seguir viviendo excepto en casos muy extremos), porque cada nuevo día nos traerá cosas nuevas. Unas malas, que procuraremos olvidar, y otras buenas, o muy buenas, que procuraremos recordar. Ya está, no es tan difícil, ¿no? Viviremos porque es lo mejor que hay, viviremos para hacer felices a los que queremos, ¿te parecen pocos y malos los motivos para vivir sin necesidad de fe ni de creencias místicas?
Por cierto, yo soy ateo desde que tengo uso de razón, ¿qué quieres decir con que a menudo me he visto obligado a renegar de lo que soy? En ningún momento de mi vida me ha sucedido algo así. En el tema en cuestión, las creencias religiosas, en ningún momento las he tenido ni las he necesitado. Ni siquiera, no lo has dicho pero es lo que dicen todos, en experiencias cercanas a la muerte o la muerte o sufrimiento de seres queridos. Las he tenido (de las tres clases) y en ningún momento, ni por un instante, desee tener creencias religiosas. Es que ni siquiera pensé en eso hasta que más tarde, algunos creyentes, me preguntaron por ello.
Por ello jamás me he sentido un traidor a lo que soy, como dices. He cambiado como todos cambian con los años (de joven más loco, más tonto e ingenuo, que ahora. La experiencia enseña), pero en el tema en cuestión no he cambiado nada. Simplemente con el correr de los años he ido aprendiendo más sobre la física del Universo (es un tema que no soy experto ni mucho menos pero me encanta leer sobre ciencia una barbaridad) lo cual la única cosa que ha conseguido es que mi respuesta a la típica pregunta del creyente sobre mis creencias sea dada con mayor seguridad.
Por cierto, espero que no cometas el error de la mayoría de creyentes. Nunca hablo en términos rotundos porque siempre hay un resquicio. Pero no es el resquicio que te imaginas (los dioses de la inmensa mayoría de religiones sí son 100% seguro imposibles en este Universo), no, el resquicio es las primitivas creencias de la antigüedad adorando a los fenómenos naturales como a dioses (Sol, Luna, lluvia, etc) tenía su gran trasfondo de verdad (deformada, pero verdad). Por eso algunos dioses de la humanidad, sí existen (es que los católicos o cristianos suelen ser muy egocéntricos en este aspecto, que piensan que su creencia es universal o que las demás son equivalentes a la suya), pero no como los imaginaron.
¿Cómo llega el ateo al ateísmo? Hay varias formas:
- Cuando nunca se le ha adoctrinado en una creencia religiosa. Si a un niño no lo expones a ninguna religión (ni directa ni indirectamente, por ningún medio), será ateo y ya está.
- Si se le ha intentado adoctrinar, o ha sido expuesto a la religión de alguna forma (escrita, visual, oral, etc). La forma de llegar al ateismo, o mejor dicho de confirmarlo, se hace de forma sencilla. Pensando en ello. Te parecerá raro, o incluso mentira, pero es así de simple. Usando nuestro propio raciocinio y viendo las pruebas disponibles a nuestro alrededor, hemos llegado a esa conclusión. La gran mayoría de dioses de la humanidad, excepto los básicos (sol, luna, etc), no existen ni pueden existir en este Universo.
- Cuando no es capaz de comprender los conceptos religiosos. Esta es intrascendente, pues solo afecta a personas que tengan afectado su cerebro, sobre todo el lóbulo temporal. Es algo biológico y totalmente involuntario.
Encantado, si es que te has leído este "ladrillo" xD
p.d. tardía: Existen esos ateos que aparentemente lo son porque algo les ha hecho cierta religión, y se sienten descontentos. Pero es solo apariencia que este sea el motivo de su ateismo, en realidad es simplemente lo que ha activado el proceso, están incluídos en el segundo grupo. La ira, desprecio o lo que sea que les provoca su religión por algo que les ha hecho, simplemente es la chispa que inicia el proceso de razonamiento y estudio que lleva a la conclusión de que los dioses no existen. Muchos ateos no necesitan esa chispa, ya empiezan a analizar y rechazar la hipótesis de los dioses desde que tienen uso de razón, otros llegan a la misma conclusión con ayuda de la ira, otros a causa de un chiste de la vida... pero el sistema es el mismo. Pensar en ello y analizarlo a la vista de las pruebas existentes.