En primer lugar no se cree en lo que se ve, mide o comprueba: se conoce, se sabe que existe, pero no se cree.aplazab escribió:No se si llego muy tarde, pues el último post es de julio... pero hace poco tuve una discusión con un creyente (mas no fanático), su argumento fue: "Tu solo crees en lo que puedes ver, medir, comprobar... y lo que no se puede ver, medir, comprobar entonces no existe, como dios, por ejemplo. Entonces según tu razonamiento, los aborígenes americanos y el continente americano entero antes de 1300 no existía, pues los europeos no lo podían ver, medir, comprobar. Tampoco el ADN en 1700, o tu novia hace dos años, pues no la conocías ni sabías siquiera que existía, pero el continente americano y sus aborígenes, el ADN y tu novia siempre existieron no? entonces como a dios no lo puedes ver, medir, comprobar, etc... no existe?"
El argumento del fantasma que exponen arriba me da una pista (porque voy a rebatirle ese argumento, por mis cojones que se lo voy a rebatir...) pero me dejó muy pensativo. America siempre existió, pero en la mente de los europeos de 1300 no había ningún rastro, nada te podía sugerir que del otro lado del mar había un continente con gente viviendo allí.
si aplico un razonamiento lógico para algunos casos, como el de los extraterrestres, por ejemplo, podría conjeturar que la vida en otros mundos es bastante posible, pero no podré estar seguro hasta que se contacte con ellos, es lógico suponer que hay vida, pero no estoy "seguro" que hay vida en otros planetas, y no "creo" que haya vida en otro planeta, solo pienso que es posible.
pero ese razonamiento no me sirve para el caso de américa en 1300 o del adn en 1700
En segundo lugar, desconocer no quiere decir negar. Una cosa es no saber qué hay en la cara oculta de la luna, y otra negar que exista.
Y en tercer lugar, en lo desconocido hay cabida para un sinfin de hipótesis, pero éstas deben tener una base lógica: si ves una luz en el firmamento puede ser una estrella, puede ser un satélite, o un planeta y lo que procede, si tienes interés en saber qué es, es investigar. Con un telescopio, preguntando a un experto, mirando un planisferio o por el medio que sea. Lo que no se puede hacer es, sin prueba alguna, afirmar que ese cuerpo celeste es lo que a ti te apetezca, y esperar que sean los demás los que demuestren que estás equivocado.
Y esto es lo que hace tu amigo y todos los creyentes.
El que en el año 1300 no se supiera de la existencia del continente americano no tiene nada que ver con esto, a menos que tu amigo quiera decir que entonces los científicos afirmasen taxativamente que no había nada, cosa que no es cierta.
Es más, quien afirmaba un absurdo que se demostró falso era la iglesia, que decía que la tierra era plana. Y lo que se hizo, partiendo de la base de que no era así, fue emprender un viaje para llegar a las indias por el otro lado, demostrando que la iglesia se equivocaba.
Puedes contestar a tu amigo que ni la ciencia, ni los ateos, ni ninguna disciplina lógica ajena a la fe niega la existencia de lo que desconoce. Sino que busca permanentemente avanzar en el conocimiento, despejando incógnitas e incrementando el conocimiento. Con equivocaciones y sin miedo a las rectificaciones que hagan falta.
Y desde luego sin perder el tiempo en buscar demostraciones ni a favor ni en contra de hipótesis demenciales como la creación, o la existencia de ese ser fantástico y contradictorio que llaman dios.