Reficul escribió:Hypatia escribió:Hay que aplicar a los sermones de los viernes el mismo celo judicial y policial que a cualquier mitín político porque eso es lo que son. ¿El imam bendice a los mujahidin? Ley antiterrorista al canto, ...
Estoy completamente de acuerdo con esto, pero lo valiente no quita cortés. Si un inmigrante siente el rechazo de los nativos antes incluso de haber cometido un delito, tenderá a reafirmarse en su identidad como respuesta política. Por el contrario, aquel que se sienta acogido y respetado rechazará los mensajes extremistas, el odio y la violencia.
No se trata pues de buenismo, sino de puro sentido común y reciprocidad: Trata a los demás como quisieras ser tratado por ellos.
Yo no espero reciprocidad del islam, sencillamente ese gen no está en su ADN (obviamente, en el ADN de la "religión" islámica: la gente es gente). Permíteme por un momento
distinguir entre islam oficial de las escrituras y los eruditos, que es lo que vengo criticando,
y el islam popular, de nuestros curritos; aquí son clase baja, pero es que en su país de origen también son gente de más allá del campo que no entiende de legislación, abrogación, comentario textual, exégesis, líneas válidas de transmisión de hádices, ni pamplinas; se acuerdan del viejo imam del pueblo y de los cuentos de su abuela, raíces familiares-tribales-nacionales, más la gran nación que es la umma: apenas un puñado de supersticiones y un montón de hooliganismo. En lo más hondo, cuando un israelí apalea a un gazano lo sienten como si fuera su primo, cuando la disputa es entre musulmanes como en Darfur, la ignoran como se ignora un pleito de familia de cara a los vecinos; y cuando la víctima es un israelí aunque sea un bebé, con lo que han mamado cinco veces al día toda su vida, el espíritu de Mohamed les susurra al oído: "Allah 2 - Kufar 0". Algunos se preguntarán por un momento si esa actitud no es miserable, para luego sentir que es Shaytán quien les hace esa sugerencia, que los judíos son monos y cerdos a los que Allah odia y el profeta mataba con sus manos, halás, que se jodan.
Ponerle una verja alrededor al islam es como ponerle puertas al campo, porque nada queda a salvo de su imperio de terror; algo tan sencillo como es entrar a un bar a cagar, y si el retrete está de cara a la qibla, o peor, de espaldas, hay que buscar otro o hacer malabarismos. No, somos nosotros, puteados descendientes de todo el que quiso asentarse en Finis Terrae, que hemos padecido arrianismo, islam, catolicismo, islam otra vez, y ahora por fin ateos gracias a dios, los que tenemos que decir halás, estas son las líneas rojas. Tragamos con los oratorios pero no con las mezquitas (símbolo y factoría de la supremacía islámica), con las tiendas halal pero no con halal por cojones para todos en los colegios, con los rótulos y las listas de precios en árabe pero también en nuestra lengua oficial, con las fiestas de ramadán por la noche pero no con el absentismo laboral de ramadán por la mañana. Que no somos tontos, que sabemos que no se puede entrar con niqab en
sus tribunales y entonces ¿por qué en los nuestros sí?
Y nos hemos estudiado los hádices que dan normas para la práctica del islam en tierra extranjera, y sabemos que no son las que nos quieren colar;
que se pueden saltar una oración o juntar dos si están de viaje o trabajando para un no musulmán, que en tierra extranjera pueden comer a la mesa de judíos o cristianos porque el profeta lo hacía. Más que nada, que no tragamos sharía ni la vamos a admitir nunca ni un poco, porque ya tenemos un sistema legal, gracias, y bastante mejor que el suyo como de aquí a Medina. En suma, que le echan mucho morro, ¿nunca habéis comprado algo en el zacatín y habéis tenido que regatear? Pues eso, si el kafir apoquina con la primera oferta, será porque el kafir es tontolaba. Pues no, hijo, no: ni alfombra, ni shisha, ni sharía, ni regalada ni que me des dinero.
Éstas son nuestras líneas rojas. Ahora viene cómo se lo explicamos. Digamos que aceptamos el corán de Meca pero no el de Medina. Que nos caen bien a ratos Abu Bakr o Ali, pero tenemos serios problemas con Utmán. Y que (esto es jodido pero irrenunciable) recitar
Q9:5 y otras delikatessen coránicas fuera de las oraciones en su lugar y momento, es ilegal. Yo lo de matar infieles es que me jode, sobre todo cuando el infiel soy yo. Y a esperar su oferta. Reformar el islam es cosa suya, yo sólo puedo dejar muy claro lo que puedo aceptar y lo que nunca aceptaré, igual que de cualquier otro partido político cuyos estatutos sean parcialmente ilegales. ¿Sabrán regatear? Me apuesto algo a que sí. ¿Sabremos nosotros? A palos se aprende; que nunca una cultura haya negociado un acuerdo con el islam y vivido para contarlo no significa nada, todo es imposible hasta que alguna vez se hace.
Para no perder de vista el
salafismo, ojo a la noticia:
"El gobierno noruego rechaza que Arabia Saudí financie una mezquita hasta que allí no haya libertad religiosa"
Incluso en Alemania, que tragó con la poligamia a cuenta de la seguridad social, parece que han salido los dhimmis respondones:
"Tribunal de apelación de Berlín dice que alumno musulmán no puede rezar en el colegio", en una sentencia exquisitamente razonada, motivada y jurisprudenciada.
Y el colmo de los colmos, si queréis admirar un milagro, a veces hasta en Al-Vatiqanum salta una chispa de cordura:
"Cabezas de la Universidad de Al-Azhar se oponen a la mezquita del 11-S".
Aparte de unas lucecitas de esperanza, ¿cómo vamos a contener a sus hooligans? ¿Y a los nuestros? Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él. Va a ser fascinante. Si la historia no cambia, cualquier mediador sensato recibirá guantazos de los dos bandos.
En fin, no esperaba vivir siempre, sólo vivir con dignidad un rato.