En mi opinión, es discutible hasta la misma suposición de la existencia de esa realidad externa absoluta, pues ésta tiene más papeletas para tratarse de un mero reflejo de la esperanza en la certeza de las ciencias que de un objetivo real a alcanzar (o no alcanzar, como tú postulas). De este modo, negando la realidad externa absoluta, estaríamos negando también el sentido del método ciéntifico y otros métodos por ti nombrados (filosofía,religión, etc.) como esclarecedores de esta realidad y los tacharíamos de mitología a todos.Ahora bien, lo "absoluto" en nuestros conceptos creo que epistemológicamente hablando es inadmisible, aunque como concepto puramente filosófico/cultural quizás pueda funcionar. Es muy probable que una realidad externa absoluta sea sencillamente inaccesible por propia limitación sensorial-procesual, que incluso cualquier dispositivo artificial no parece solucionar. Lo que más nos puede aproximar a un supuesto "absoluto" externo es el método científico (hipótesis → verificación empírica), sin embargo reconozco que otros sistemas o "métodos" (filosofía, religión) también puedan cumplir tal función, pero como nos observa Puente Ojea la diferencia es la "prueba de lo real" (y yo agrego que incluyendo sus dispositivos artificiales) a que se someten y/o logran pasar:
¿Qué entiendes por preexistir?, ¿dirías por tanto que los árboles son antes de su introducción en el lenguaje y la cultura? Entendamos "ser" por todo lo que un arbol implica: sus constantes vitales, su diferenciación del resto de arboles y entes, todo. ¿Quién nos dice a nosotros que todo aquello que discernimos acerca del árbol no es más que pensamiento puro y que realmente fuera de ello no hay nada?El hecho de que los referentes reales sean "absolutos" sencillamente no lo podemos saber al menos con absoluta precisión objetiva, en general solo podemos saber que (pre) existen fuera e independientemente del lenguaje, por tanto no tiene sentido suponer un "fundamento" de ese tipo: podría en principio ser cualquier concepto que se le ocurra a nuestra imaginación. Descartables por Navaja de Occam.
¡Saludos!