Materialista2000 escribió:Shé escribió:Materialista2000 escribió:
Los creyentes no niegan ni pueden negar la ley de la gravedad por una cuestión de mera supervivencia (si la negaran, no tendrían razones para coger el ascensor en vez de tirarse desde un 10º piso). Es decir, los creyentes no pueden negar la gravedad en la práctica; y tampoco la pueden negar en la teoría, salvo acudiendo a esa "división de la mente" de tipo esquizoide, que divide la realidad en un mundo natural y un mundo sobrenatural. El ejemplo que pones del alma que "vence la fuerza de la gravedad" no es válido, ya que el alma pertenece por definición al mundo sobrenatural-espiritual en el que no rigen las leyes de la física y, por tanto, el alma no tiene que vencer la fuerza de la gravedad ni ninguna otra fuerza física, ya que estas fuerzas materiales sencillamente no existen en ese Más Allá que es totalmente inmaterial, espiritual y desencarnado. Por lo tanto, los creyentes no niegan la ley de la gravedad, sino que la restringen al mundo físico-material, el mundo en el que nos movemos los seres vivos y encarnados. Esto es una muestra más de esa "división de la mente" de la que hablan Dawkins, Dennett, Puente-Ojea y otros eminentes científicos y filósofos ateos.
Completamente de acuerdo. Y también con los que dicen que ser creyente implica un problema mental (no quiero ponerle nombre, porque no soy psiquiatra), por muy compartido que sea el problema.
Llanamente, locura colectiva. De difícil explicación en el mundo occidental, e incompatible con un nivel cultural medianamente bueno y un uso responsable de la capacidad de razonar.
Sólo la costumbre de convivir con la religión durante tanto tiempo hace que personas ateas no militantes, agnósticas o no muy religiosas (solo por tradición familiar) aún respeten los principios religiosos ajenos, permitiendo que nos impongan sus criterios "morales" basados en origen en el afán de poder y control de unos pocos sobre el resto.
Como sabrás, ya Freud habló de la religión como "neurosis colectiva", entendiendo por "neurosis" algo muy próximo a lo que más adelante se conocería como "psicosis", es decir, una serie de trastornos mentales que implican la pérdida de contacto del sujeto con la realidad. Freud solía señalar que muchas características de las religiones también se daban en los trastornos mentales más graves: delirios, alucinaciones, desrrealización y desintegración del yo, etc... De hecho, uno de los primeros pacientes de Freud (y de Breuer) fue un hombre esquizofrénico que decía oír constantemente la voz de Dios, que afirmaba ser hijo de Dios y haber sido concebido por una Virgen, que él mismo había sido preñado por el Espíritu Santo (y el Arcángel Gabriel le había anunciado la "buena nueva"), que a su vez daría a luz por la boca a Dios Padre y que a continuación él mismo lo crucificaría y descuartizaría para alimentar con su carne a sus discípulos y así salvar al mundo, etc., etc... Freud señalaba que los delirios de este pobre hombre no eran más absurdos ni más inverosímiles que los dogmas y doctrinas de cualquier religión, singularmente del cristianismo (de donde este paciente había tomado muchos de sus delirios). El problema de este hombre era que no había tenido ningún discípulo que le aclamara como Profeta y que consiguiera reunir a un número de acólitos suficiente para fundar una Iglesia.
De todos modos, aunque Freud tenía razón al señalar los aspectos comunes de la religión y de los trastornos neuróticos y psicóticos, así como la mayor incidencia de este tipo de trastornos entre personas de religiosidad extrema,
me parece excesivo calificar a la religión de "locura colectiva", salvo que se emplee en un sentido metafórico, no psiquiátrico ni psicopatológico. Muchos creyentes seguramente "creen que creen" (según la notable expresión de Dennett),
pero no creen realmente en todos los dogmas y delirios de las confesiones religiosas a las que dicen adherirse. Muchos creyentes siguen adscritos a una confesión o Iglesia simplemente por rutina, de manera casi automática (por no decir robótica), ya que han sido adoctrinados desde pequeños y han adquirido un condicionamiento emocional muy fuerte hacia las prácticas y creencias religiosas, así como un fuerte sentimiento de identidad y cohesión social y comunitaria, que se mantiene y refuerza al pertenecer a una concreta confesión religiosa y al participar en sus ritos y celebraciones. Como dice un amigo mío, hoy en día la gente está dentro de la Iglesia Católica, o en la Iglesia Evangélica, o en los Testigos de Jehová, o en el Islam (el no fundamentalista, claro), igual que en un club social. No hay necesariamente un "problema mental" en el creyente, sino una serie de mecanismos de aprendizaje, socialización y enculturación bien estudiados por la psicología experimental y social.
Bien. En tiempos pasados, no había suficiente información como para constatar que las creencias en seres espirituales eran irracionales. El comentario respecto a la "locura colectiva" se refiere al momento actual y a los lugares en donde el nivel cultural lo permite. Básicamente occidente.
Hoy en día estoy de acuerdo contigo en que la mayoría de los creyentes se adscriben a su corriente religiosa por rutina. Y que no creen en la mayoría de los dogmas y delirios de sus confesiones. Estoy de acuerdo pues en rebajar el calificativo de "locura colectiva" dado que no han cedido completamente su capacidad de razonar, al no creer ciegamente en todo lo que sus confesiones tienen como objetivo que crean ciegamente.
Pero hay excepciones en occidente. Muchas, desgraciadamente.
1. Los creyentes de religiones fundamentalistas cristianas y todas sus sectas vivas.
2. Los judíos ortodoxos, con toda su formación académica tanto en Israel como fuera. Y los radicales islámicos en el mundo occidental.
3. Los adultos que hoy, cada día, se convierten a una religión, sea a una secta cristiana (los evangelistas están creciendo preocupantemente, por ejemplo), al islam, al budismo o adoradores de extraterrestres.
4. Los líderes espirituales, tanto imames como rabinos y curas católicos que creen a pies juntillas todos sus dogmas, a pesar de ser personas instruidas. No sé qué porcentaje del total son.
5. Los creyentes de las religiones (las "normales") que creen al 100% en sus dogmas respectivos, sea el porcentaje que sea. Que es más alto en algunos países como Rumanía o Polonia y muchos países de américa latina.
Y, en mi opinión, de las personas que conforman estos grupos sí se puede decir que sufren de "locura colectiva". Locura porque no son capaces de usar el cerebro debido a una entrega irracional a un fin "superior", y colectiva obviamente, porque uno solo de entre cada grupo, probablemente se pondría en manos de un psiquiatra si nadie más "pensase" como él/ella.
Además, estos grupos son capaces de albergar una violencia emocional contra los "no creyentes" de su secta, e incluso pueden ser, y de hecho lo son, utilizados para cometer actos de violencia social.
Vivimos en una sociedad, la occidental, en la que avanzamos hacia la vanguardia de unas libertades. Que no hemos conseguido aún. Libertades que ellos siguen frenando. ¿Locura colectiva? Tal vez no, pero la sociedad sufre una enfermedad al no permitir que sus individuos puedan desarrollar libremente su vida, ni morir dignamente en muchos casos, porque algo de enfermedad social sí aporta la religión.
Y en partes de esta sociedad occidental, sí se sufre de "locura colectiva". En la América profunda, en algunas comarcas europeas y en algunos barrios de ciudades hay predominancia de la religión, se limita mucho más que en el resto la libertad individual, gracias a estos grupos de gente iluminada que cree saber qué es lo mejor para el prójimo, y además son lo suficientemente fuertes como para obligar a los descarriados a abrazar la buena senda. Eso cuando no matan a alguien, por ver el diablo dentro, o a un médico abortista.