xasto escribió:Siempre estamos a vueltas con lo mismo. No se le puede pedir a un creyente que dé pruebas de la existencia de Dios, porque de tener pruebas fehacientes de su existencia todo el mundo creería en él. Por tanto, es un absurdo, tanto la demostración de la existencia como intentar demostrar inexistencias, al menos en el caso que nos ocupa. La carga de la prueba no la tiene el creyente porque por definición es un imposible, es un acto de Fe y ésta no necesita de pruebas. Si se pudiere probar la existencia, la Fe sobraría. Consecuentemente, demostrar lo que no existe también es un imposible, es un contrasentido.
Esa explicación no me parece muy convincente. “Demostrar lo que no existe” es una deducción “a posteriori”. Para saber que Dios no existe, habrás tenido que buscar unas razones, y dichas razones habrán tenido que ser una respuesta a las “pruebas” que supuestamente habrán presentado los creyentes. Dicho de otra manera: para deducir que Dios no existe, se necesita haber escuchado, previamente, las explicaciones que hayan podido dar los creyentes a favor de su existencia y, una vez escuchadas, se refutan. Por lo tanto, primero se le dice al creyente que aporte pruebas; y, luego, se refutan dichas pruebas.
En consecuencia, no hay ningún motivo para no exigir la carga de la prueba a quien afirme la existencia de algo, por muy absurdo que sea, ya que siempre las negaciones de existencia se hacen en base a la contrastación y comprobación de las pruebas contrarias. Siempre hay que dar la posibilidad al acusado de defenderse. Y no hay mejor posibilidad que aportando pruebas. Que no se puedan aportar, es otro cantar.
No se puede pedir la carga de la prueba, cuando a priori se sabe que es un imposible. Esto no es ético, porque se están utilizando malas artes y además da la sensación que nos faltan argumentos.
Imagínate que yo le solicito a Hawking que me de la carga de la prueba de la existencia del Big-Bang, pienso que lo tendría realmente muy jodido, ¿Sería honrado por mi parte hacer tal petición? No…, no lo sería. Porque una prueba o es empírica o no es tal prueba, es así de simple.
Lo que no es existe no es a posteriori, simplemente no existe y no hay divagaciones al respecto y máxime cuando es históricamente evidente que nadie lo ha logrado. Esto último es un mensaje para los agnósticos.
Xasto, no existen pruebas, existen explicaciones subjetivas, fruto de un “querer” no bajarse del burro, nada más. Esto es alienación a lo bestia.
Pedir la carga de la prueba es un concepto que se utiliza en el código penal y que algunos ateos (sin argumentos y no sé porqué) se lo han tomado como un comodín para machacar al teísta, pero no es ético. Si a mí se me acusa que maté a una persona en Somalia y yo no he estado en Somalia en la puta vida, ¿Cómo demuestro que no he estado en Somalia?, es un imposible. Serán los demás los que tendrán que demostrarlo, este es el concepto jurídico: Los que afirman deben demostrarlo. Porque las pruebas deben de ser tangibles, empíricas, lo demás no son pruebas. Y solicitar a alguien que me pruebe que he estado en Somalia y sí encima Somalia (Dios) ni siquiera existe, malamente lo podrán demostrar. Gano el juicio, seguro. Pero quizá no convenza.
Ya sé que, destruir es más sencillo que construir, pero deberíamos hacer un mínimo esfuerzo en construir unas mínimas bases de lo que realmente defendemos. ¿No crees? Saludos