Bienvenido a la comunidad de ateísmo más grande (más de 3000 miembros) y antigua (desde 1998) de la Internet en lengua española. Bienvenido al club de los que han decidido ser libres y tomarse la vida (y la muerte) con decisión y racionalidad.
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beltzean escribió:
Hay mucha gente que se aparta de un sistema tan agresivo e injusto. Grupos antiglobalización , individuos que han optado por no tener según que necesidades, colectivos que intentan encontrar una alternativa al sistema actual, etc...Son minorias a las que se califica como "antisociales".
Lo que no tengo claro es que el sistema actual se apoye en las teorias evolutivas de Darwin para mantener su estatus.
Yo tengo bastante claro que no... El sistema actual se apoya en la rapiña de unos pocos, y su capacidad de manipulación política y mediática y su poder, y se nutre de la poca capacidad de entender lo que realmente pasa por parte de los demás.
Y para eso no necesitan a Darwin. Necesitan poder, dinero, control de los medios y control de la clase política. Y lo tendrán hasta que el sistema se hunda o hasta que poco a poco se vayan "civilizando", o les quitemos el poder, instaurando un modelo más ético y moral.
El calentamiento global esta íntimamente relacionado con el efecto invernadero, y este está directamente relacionado por la intervención humana en el ecosistema. Aquí los científicos (honestos) no tienen dudas, la presión descontrolada sobre el medio natural es escandalosa. El desenfreno (de unos pocos) del capitalismo no tiene límites, su sistema económico se basa en la obtención de beneficios rápidos y exagerados, esta necesidad de perpetuarse les obliga a seguir (pase lo que pase) sin importarles las consecuencias, sobornando a todos los que nieguen los hechos (científicos sin escrúpulos, medios de comunicación, estómagos agradecidos, políticos con intereses ocultos, etc.) a costa de la supervivencia de la humanidad.
Estoy de acuerdo con todo lo que has expuesto en líneas generales, salvando algunas cosillas prácticamente superfluas. El Sr. Sandín, te lo puedo asegurar, no está obsesionado con la figura de Darwin, más bien, su obsesión está en la utilización real que de sus teorías hacen y ha hecho a lo largo de la historia. Las consecuencias es, que estas teorías aplicadas contaminan tanto a la sociedad (lo inevitable de que los más aptos triunfen y sin remisión por ser una ley natural) y que el Sr. Darwin tuvo mucho que ver y no es ajeno a su pensamiento. Solo con leer el título de Darwin “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”, se me pone la carne de gallina, como con el “gen egoísta “ “el gen homosexual”, etc.
Comprarse un coche nuevo y desechar el antiguo, puede que nos ahorremos algo de pasta (en combustible) y nos de más seguridad, pero la verdad no es significativo para reducir el efecto invernadero. Se les llena la boca (políticos) de contradicciones, hablan de crecimiento sostenible (¿?), pero a su vez repiten incansablemente que debemos ser competitivos (no cuadra). Dejaron hace tiempo aquello del “crecimiento cero” para convertirlo en “sostenible” ¿por qué?, porque son eufemismos para desviar la atención, la única manera de parar este estado de desenfreno, pasa por, cambiar el sistema que es lo único que no es “sostenible”; empezando por qué los útiles sean duraderos “durabilidad de los objetos de consumo”. Naturalmente de esto no quieren ni oír hablar ¿Cómo es posible sostener una sociedad que cada dos meses cambie de móvil, siete meses el ordenador, cuatro años de coche, etc. ) es una locura, pero muy rentable. Saludos.
Estimada Beltzean:
Nadie está es desacuerdo que el origen de todo, sea producto de la evolución. Todo el mundo está de acuerdo con esto, salvo los creyentes (y no todos). El origen de la vida es producto de la inevitabilidad de la materia en crear vida orgánica, sí las condiciones le son propicias y sí estas condiciones se mantienen, puede mediante el proceso evolutivo llegar hasta el “limite” de elaborar todo lo existente en el planeta tierra. La vida es movimiento (evolución), por lo que nadie en su sano juicio puede negar este hecho. Pero la evolución no lo explica todo, es solo un punto de partida, es el desarrollo de la teoría la que plantea problemas y esto es lo que se discute. El azar claro que se da, pero no lo explica todo ni resuelve las dudas. Nosotros, el planeta y todo el sistema solar, fue posiblemente fruto del "azar efectivo o necesario" , pero ya lo hemos determinado mediante la física, qué precisamente no necesitó de un Dios arquitecto, ni nada por el estilo.
Todo lo que apuntas está claro y estoy totalmente de acuerdo, aunque la escapatoria no es (pienso) una solución, el toro nos pillará en el centro de la ciudad o en el monte, con o sin autarquía. Mi postura es no huir, sino luchar para cambiar que como dice el eslogan “otro mundo es posible”, pero para ello hay que mojarse. Saludos.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Tercera entrega: FICCIÓN: ENTRE “UN MUNDO FELIZ” Y “LA CONJURA DE LOS NECIOS”
Máximo Sandín
Para la tarea de hoy, partiremos de algunos datos de la entrega anterior, pero analizándolos desde otra perspectiva (también es un mandato de la UNESCO, que parece razonable tener en cuenta) y, para no levantar sospechas sobre la auntenticidad de dichos datos, transcribiré literalmente los comentarios de Roderic Guigo, uno de los participantes en la investigación que ha llevado a cabo el estudio de la máxima resolución obtenida hasta la fecha sobre el control de la información genética, el proyecto ENCODE: “Los genes tienen muchas formas alternativas y un mismo gen puede dar lugar a proteínas distintas dependiendo de cómo se combinen las distintas regiones. Estas regiones del genoma analizadas están muy interconectadas unas con otras, mientras que la idea que tenían hasta el momento los científicos era que los genes estaban claramente delimitados. En el genoma, todo un conjunto de instrucciones dictan cómo son las características de los seres vivos. Los científicos no sabemos muy bien cómo leer esas instrucciones y qué regiones del genoma son las que realmente codifican esas instrucciones”.
Estos son los datos reales de que disponemos. Y ahora, reclamo la atención de mi amigo lector, el científico “freelance”, para que analice conmigo la relación de estos datos con “la verdad revelada”: el darwinismo. La base teórica actual para la explicación de la evolución, la que se enseña en las universidades, es el llamado neodarwinismo o “Síntesis moderna”. El término “moderna” se refiere a los años 30, lo que resulta una denominación muy adecuada, porque este era el espíritu de “las alegres chicas del can-can”. Los conocimientos que, en aquella época, existían sobre genética se basaban en “las leyes de Mendel”, elaboradas sobre deducciones de lo que se podía observar en el aspecto externo de los individuos, ya fuera la piel de los guisantes, el pelo de los ratones o “el pico de viuda” en el Hombre. Se llegó a la conclusión de que cada “gen” era una entidad delimitada situada en los cromosomas como las cuentas de un collar y que producía directamente un carácter con dos alternativas (dominante y recesiva). Unos matemáticos se inventaron (pero eso será otra historia) unas fórmulas basadas en las probabilidades de obtener cara o cruz en una moneda lanzada al aire (infinitas veces, por cierto). Si también te inventas una ligera ventaja para una de las caras (uno de los “alelos”) ¡hop!, con el tiempo ese alelo será único. Habrá sido “seleccionado”. El resto de la evolución sería “cuestión de tiempo”, como afirma F. J. Ayala, el más prestigioso y galardonado estudioso y docente vivo de la “Genética de poblaciones”.
Pero hay otra versión mas “moderna” y fantasiosa del darwinismo (porque los dawinistas utilizan distintas versiones adecuadas para explicar cada caso, y cuando no se encuentra una explicación es, simplemente, “porque ha sido seleccionado”). Me refiero a la “teoría” del “Gen egoísta”, del también prestigioso zoólogo Richard Dawkins, que ahora ocupa en Oxford la “Cátedra Simonyi para la comprensión pública de la Ciencia”, un puesto creado ex profeso para él. Según ésta, la unidad de evolución es “el gen”, y los organismos somos “máquinas de supervivencia” creadas por nuestros genes para competir con otros genes y propagarse debido a su carácter “egoísta”. Según la sentencia de Dawkins “Toda máquina de supervivencia es para otra máquina de supervivencia un obstáculo que vencer o una fuente que explotar”. Aquí, podría continuar: “Analicemos la frase”, pero no creo que merezca la pena, porque tenemos otra tarea: ¿Cómo encajan los datos reales con las concepciones darvinistas sobre “el gen”? ¿Porqué en los grandes medios de comunicación y en las revistas científicas se anuncian constantemente las grandes ventajas que nos van a proporcionar las manipulaciones y cambios de genes y los grandes avances de la industria biotecnológica? ¿Por qué nuestros científicos más prestigiosos afirman que cambiar genes “es algo trivial” o que cambiando nuestros genes conseguiremos vivir 200 años, o que podremos seleccionar las características de nuestros hijos, o que conseguiremos crear “gente más inteligente y productiva? ¿A quienes se los pretendían cambiar? ¿A toda la Humanidad o a los que pudieran pagarlo?
Una vez respondidas las preguntas, pasemos al desarrollo del siguiente tema (disculpe el lector, pero no puedo evitarlo. Son muchos años): Los periodistas científicos (o los científicos periodistas) que trabajan para los grandes medios de comunicación no se cansan, durante lo que llevamos de año, de exaltar la fecha histórica para la Humanidad del aniversario de Darwin con valoraciones de sus aportaciones científicas, datos biográficos y titulaciones, digamos que “poco precisas”. Pero tampoco de transmitir al público la idea de que no existe debate científico en torno al darwinismo y que el único debate existente es contra los creacionistas, por lo que cualquier crítica al darwinismo (que identifican torticeramente con “la evolución”) es sospechoso de estar dirigido por unas ideas creacionistas más o menos encubiertas. Tampoco se cansan de seguir alabando los grandes logros de la iniciativa privada en los progresos de la biotecnología y nos auguran grandes beneficios futuros. Las preguntas de este tema son: ¿Se trata de una falta de actualización sobre los conocimientos científicos? ¿Desconocen los datos reales más recientes? Si no es así ¿Cuál puede ser el motivo de estas “informaciones”?
Última edición por Tontxu el Sab Abr 04, 2009 12:14 pm, editado 1 vez en total.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
El calentamiento global esta íntimamente relacionado con el efecto invernadero, y este está directamente relacionado por la intervención humana en el ecosistema. Aquí los científicos (honestos) no tienen dudas, la presión descontrolada sobre el medio natural es escandalosa. El desenfreno (de unos pocos) del capitalismo no tiene límites, su sistema económico se basa en la obtención de beneficios rápidos y exagerados, esta necesidad de perpetuarse les obliga a seguir (pase lo que pase) sin importarles las consecuencias, sobornando a todos los que nieguen los hechos (científicos sin escrúpulos, medios de comunicación, estómagos agradecidos, políticos con intereses ocultos, etc.) a costa de la supervivencia de la humanidad.
Cierto que hay una relación entre el efecto invernadero, y el calentamiento global. Y que la actividad del hombre (con aproximadamente 6.000.000.000 de ejemplares depredadores del ecosistema, consumidores de una industrialización desenfrenada) tiene una influencia negativa. Soy practicante ecologista desde los 60 (ya ves que no tengo la edad de tu hija, sino más bien la tuya), en los 70 decidí no traer a nadie a este mundo, desencantada de la especie y temerosa de la herencia que un día dejaremos a nuestros descendientes (decisión irrelevante, pero cierta)
Mi duda viene de la pretensión que el hombre siempre ha mostrado, para lo bueno y para lo malo, sobre su propia importancia y trascendencia. Al menos ya no somos el centro del universo, pero queda asumir la proporcionalidad universal que nos corresponde, nuestra auténtica insignificancia (sin menoscabo de la autoestima, por supuesto) Que estamos destruyendo el medio natural es evidente. Que seamos la causa del calentamiento global es lo que no tengo claro. No lo niego ni lo afirmo. Sencillamente no puedo creer a quienes hoy vociferan la catástrofe porque son los mismos que antes negaban lo evidente. No me refiero a los científicos: los hay a favor y en contra. Sino a los políticos y a los medios.
En una cosa estamos al menos todos de acuerdo (hasta hace pocos años, muchos lo consideraban un alarmismo): hay que parar el deterioro medioambiental. Pero no se hará con el "crecimiento sostenible" como bien apuntas.
Tontxu escribió:Estoy de acuerdo con todo lo que has expuesto en líneas generales, salvando algunas cosillas prácticamente superfluas. El Sr. Sandín, te lo puedo asegurar, no está obsesionado con la figura de Darwin, más bien, su obsesión está en la utilización real que de sus teorías hacen y ha hecho a lo largo de la historia. Las consecuencias es, que estas teorías aplicadas contaminan tanto a la sociedad (lo inevitable de que los más aptos triunfen y sin remisión por ser una ley natural) y que el Sr. Darwin tuvo mucho que ver y no es ajeno a su pensamiento. Solo con leer el título de Darwin “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”, se me pone la carne de gallina, como con el “gen egoísta “ “el gen homosexual”, etc.
He leído varios de los artículos de Sandín. Muestra reiteradamente desafección por el burgués, casi inculto, socialmente privilegiado Darwin. Su frase: "Quizás les sorprenda saber que si nos molestamos en documentarnos descubriremos que, a excepción de la fecha, ni una sola de las palabras de esta narración es verdadera" hablando de la obra de Darwin, lejos de ser una manifestación científica refutando a Darwin, muestra una clara animadversión.
Además sigo sin ver qué relación hay entre la Teoría de la Evolución de Darwin, y la organización social humana con sus abusos, su bipolarización de la riqueza, y la injusticia global. Hablas de Teorías aplicadas que contaminan a la sociedad. ¿Me estás diciendo que la evolución económico social de los últimos 150 años es fruto de la utilización que de las teorías de Darwin hacen y han hecho (entiendo que los detentores del Poder) a lo largo de este período?
Dices: "Lo inevitable de que los más aptos triunfen y sin remisión por ser una ley natural" Esto, aplicado a la sociedad humana, podría tener que ver con el Darwinismo Social, una majadería pseudocientífica, no con la Teoría de la Evolución.
En mi opinión, tienen más opciones de triunfo quienes parten de una posición económica y/o social privilegiada (y quizás Darwin sea un buen ejemplo, pero esto no invalida su aportación a la biología).
Los principales presidentes de Bancos, Multinacionales, Holdings financieros, etc, son hijos de los anteriores, parientes cercanos, hijos de amigos etc. Los altos cargos están prácticamente reservados a los miembros de una serie de familias privilegiadas a lo largo y ancho del planeta. Los cargos intermedios bien remunerados con sueldos de 6 o 7 cifras, están reservados a la élite social. Hay algunas excepciones, claro.
No necesitan teorías: necesitan hijos aptos (con excepciones como Bush), y un entorno social bien manejado.
Para que un hijo de "buena" familia tenga más posibilidades de triunfar les sobra Darwin.
Y también Einstein, Lamarck, Bruno, Galileo, Newton, Pitágoras, Euclides... Aunque para que esto deje de ser así algún día, los necesitamos a todos ellos.
Un nuevo estudio estableció la clasificación mundial de los países que emiten más dióxido de carbono por persona a través de la producción de electricidad.
Según la investigación, llevada a cabo por la organización Monitoreo del Carbono para la Acción (CARMA, por sus siglas en inglés), Estados Unidos produce una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono en el planeta provenientes de la generación de electricidad, seguido de China.
Pero cuando se analizan las emisiones por habitante, los australianos son los más contaminantes del mundo, ya que producen cinco veces más dióxido de carbono que los habitantes de China.
En la clasificación de la contaminación per cápita, los estadounidenses ocupan el segundo lugar, con ocho toneladas de CO2 por habitante, 16 veces más de lo que contamina un ciudadano indio.
El sitio de Internet de CARMA contiene el primer inventario global de emisiones y analiza los datos de 50.000 plantas de energía.
Sus datos fueron recopilados por el Centro para el Desarrollo Global (CGD, por sus siglas en inglés), un grupo de estudio de EE.UU.
Emisiones del sector energético (Toneladas de CO2):
EE.UU. - 2.530 millones
China - 2.430 millones
Rusia - 600 millones
India - 529 millones
Japón - 363 millones
Alemania - 323 millones
Australia - 205 millones
Sudáfrica - 201 millones
Reino Unido - 192 millones
Corea del Sur- 168 millones
El ranking de los más contaminantes. Fuente BBC Mundo
Estos datos revelan claramente que 305.000.000 de habitantes EEUU. contaminan el 25% de todo el planeta y a pesar de esto se niegan a firmar el "Protocolo de Kioto". No puedo ni imaginarme que serí si el resto de la humanidad estuviera con el mismo desarrollo que los EEUU. No sería sostenible, como tampoco es sostenible condenar a los paises no desarrollados a la marginalidad y la pobreza. Por lo tanto o cambiamos el sistema o nos vamos al carajo. Saludos.
PD: Con lo de la edad, me he confundido. Posiblemente leyendo alguna presentación me lié. Lo siento.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Ya conocía estos datos. Está claro que contaminamos, y que con calentamiento o no, ya no queda mucha naturaleza intacta (o nada, según se mire). :flower:
Sólo digo que no estoy segura de que todo esto esté provocando el calentamiento global.
Te sugiero, para que no nos castiguen como merecemos, que para hablar de esto nos vayamos a otro hilo. Hay uno en el café ateo en el que se discute justo de esto mismo, que se llama Global Warming Swindle.
Shé escribió:Sólo digo que no estoy segura de que todo esto esté provocando el calentamiento global.
Con solo ver las estadisticas, yo no tengo dudas, la superficie del planeta no a cambiado en millones de años.
Año Total
100000a.C.100 - 1 000 000
8000 a. C. 8 000 000
1000 a. C. 50 000 000
500 a. C. 100 000 000
1 d .C. 200 000 000
1000 310 000 000
1750 791 000 000
1800 978 000 000
1850 1 262 000 000
1900 1 650 000 000
1950 2 629 000 000
1955 2 755 823 000
1960 2 659 000 000
1965 3 334 874 000
1970 3 692 492 000
1975 4 068 109 000
1980 4 434 682 000
1985 4 979 000 000
1990 5 263 593 000
1995 5 380 000 000
2000 6 070 581 000
2005 6 453 628 000
2008 6 671 679 034
* 61% asiáticos
* 12% europeos
* 8% norteamericanos
* 5% suramericanos y caribeños
* 13% africanos
* 1% de oceanía
* 50% mujeres y 50 hombres
* 47% vivien en un área urbana
* 9% son discapacitados
* 33% son cristianos (católicos, protestantes, ortodoxos, anglicanos y otros cristianos)
* 18% musulmanes
* 14% hinduistas
* 16% no son religiosos
* 6% son budistas
* 13% practican otras religiones
* 43% viven sin sanidad básica
* 18% viven sin una fuente de agua potable
* 6% personas poseen el 59% de las riquezas de la comunidad
* 13% están hambrientos o desnutridos
* 14% no saben leer
* 7% tienen una educación de nivel secundaria
* 12% tienen una computadora
* 3% tienen conexión a internet
* 1% adulto de entre 15-49 años tiene VIH/SIDA
* 75% NO tienes comida en refrigerador, ropa en ropero, cama para dormir y ni techo sobre tu cabeza
* 30% tienes una cuenta en el banco
* 18% luchan por sobrevivir con US$ 1.00 por día o menos
* 53% luchan por sobrevivir con US$ 2.00 por día
Creyente en NO DIOS "Se puede engañar a una parte del pueblo todo el tiempo y a todo el pueblo una parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo"
A. Lincoln
Voy a empezar citando el origen del tema por cesarmilton citando un artículo de Carl Safina en The New York Times:
Charles Darwin no inventó un sistema de creencias. Él tuvo una idea y no una ideología. La idea dio origen a una disciplina, pero no a discípulos. Pasó más de 20 años recopilando y evaluando las pruebas e implicaciones de criaturas similares, pero diferentes, que estaban separadas por el tiempo (fósiles) o el espacio (islas). Eso es ciencia.
Y es por ello que Darwin debe morir.
Herencia y genes
Casi todo lo que comprendemos sobre la evolución apareció después de Darwin, pero no surgió de él. El no sabía nada acerca de las leyes de la herencia o de genética, ambos temas cruciales para la evolución. La evolución ni siquiera fue una idea suya.
Y aquí está resumido todo lo que tengo que decir:
"Él tuvo una idea y no una ideología"
Os parece poco. A mí, no. Lo que ha venido después, es la utilización de otros de esa idea y amoldarla a su conveniencia, aparte de lo que podia opinar un señor de mediados del siglo XIX sobre las impliciones en la sociedad de entonces.
"Casi todo lo que comprendemos sobre la evolución apareció después de Darwin, pero no surgió de él"
Fue el primero. ¿Se merecía la hoguera?
No, matémosle hoy. Y después, a Newton inventor del "ojo por ojo, diente por diente" en su famosa tercera ley.
La observación llevó a Darwin a la selección natural y el azar, y no encuentro ninguna razón para no celebrarlo.
Otra historia es la supremacía de la raza y otras memeces, que en las sociedades evolucionadas queda regulado por la ley, o aún estaríamos marcando el territorio de alguna manera u otra.
Por lo he podido comprobar en mis años de debate, muchos de los creyentes no han leído siquiera a Darwin. De la misma forma que tampoco leen a Dawkins. Pero en cambio una mayoría de nosotros, críticos a la par de nuestros convencimientos agnósticos o ateos sí hemos leído la Biblia. Sólo pediría un mínimo de lectura a los creyentes, pero no es a la cual subliminalmente les condenan sus religiones, sino toda clase de literatura.
En mi blog publiqué hace semanas la reedición de la Autobiografía NO CENSURADA de Darwin, os pego el enlace:
Me pregunto si algún creyente será capaz de leer un libro tan pequeño y de fácil lectura que da a conocer bien y por la propia mano de Charles Darwin su forma de pensar y por que se convirtió en AGNÓSTICO como un servidor.
Extraigo un párrafo:
"No dudé nunca ni un solo segundo de que mi conclusión era correcta. De hecho, me resulta difícil comprender que alguien deba desear que el cristianismo sea verdad, pues, de ser así, el lenguaje liso y llano de la Biblia parece mostrar que las personas que no creen -y entre ellas se incluiría a mi padre, mi hermano y casi todos mis mejores amigos- recibirán un castigo eterno. Y ésa es una doctrina detestable." http://www.elaverno.net/?p=487
Un saludo,
http://www.elaverno.net Blog sobre agnosticismo, librepensamiento y ateísmo. Crítica sobre religión, ensayo y vida.
OMNEM CREDE DIEM TIBI DILVXISSE SUPREMVM
Cuarta entrega:
La propaganda como método científico
Máximo Sandín CUARTA ENTREGA
“Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se hace”
Martin Luther King
Repetida adecuadamente, una mentira, por grande que sea, acaba por convertirse en verdad, como bien sabían Goebbels y su jefe, por cierto, ferviente darwinista. Y, precisamente, es difícil encontrar un personaje histórico sobre el que, en tan sólo ciento cincuenta años, se haya tejido una red de mitificaciones, medias verdades y mentiras completas mediante el método de repeticiones de frases hechas a modo de “jaculatorias”, como el de Charles Darwin.
Pero vayamos por partes, como decía “Jack el destripador”. Para compartir con el lector, a partir de ahora, una mínima base para saber de qué estamos hablando, va a ser conveniente aplazar por un tiempo la labor “científica” para hacer unas pequeñas incursiones en la Historia, una disciplina que tiene mucho que aportar a los científicos, especialmente en lo que respecta al concepto de interpretaciones “objetivas”. Por ejemplo, entre la historia de Felipe II escrita por un inglés y la escrita por un español, es probable que existan distintas “objetividades”. Pues bien, vamos a ver algunos datos históricos sobre “la teoría de la evolución” elaborada desde “el continente”, que no es mejor ni peor que la elaborada en “La isla”, pero sí algo diferente.
Aunque las ideas y las investigaciones sobre la evolución son antiguas, el primer tratado dedicado íntegramente a la evolución, en este caso con la idea explícita de que una teoría evolutiva es la base teórica de la Biología, fue “Filosofía (teoría) zoológica” (1809) del científico francés Jean Baptiste de Monet, Caballero de Lamarck, profesor de la Sorbona. Sus ideas, (sobre las que habrá que volver), expuestas en su libro de una manera estructurada y metódica, eran asombrosamente avanzadas para su época, pero su concepción más general, que nuestros “maestros” se han encargado de satirizar con el manido ejemplo del cuello de la jirafa, era la de la capacidad de respuesta de los organismos al ambiente (algo sobre lo que también habremos de volver). En la primera mitad del siglo XIX, las investigaciones sobre la evolución proliferaron, especialmente en Francia y Alemania. Cuvier y su “Recherches sur les ossements fósiles de cuadrúpedes” (1812), en el que ponía de manifiesto la discontinuidad del registro fósil (no por “creaciones divinas, como se le suele atribuir). Geoffroy Saint-Hilaire con el “Cours de l’Histoire Naturelle des Mammiferes” (1829), con sus experimentos sobre cambios inducidos en el desarrollo mediante embriones de pollo, Fréderic Gérard con su “Theorie de l’evolution des formes organiques”, publicada en el Diccionario Universal de Historia Natural (París, 1841-49), en la que hacía una perfecta distinción entre los cambios “microevolutivos” y la “macroevolución”. Incluso, desde 1850 se convocaban concursos sobre estudios paleontológicos: en 1856, la Academia de las Ciencias de París otorgó el premio al paleontólogo alemán Henrich-Georg Bronn por su informe “Investigaciones sobre las leyes de la evolución del mundo orgánico durante la formación de la corteza terrestre”. Todas estas investigaciones estaban muy bien encaminadas científicamente, pero estaban circunscritas al ámbito académico.
El 24 de Noviembre de 1859 se publicó en Londres el que ha sido calificado como “el primer best seller de la literatura científica”. Su autor, un victoriano acomodado aficionado a la naturaleza, Charles Robert Darwin (sobre cuya biografía épica volveremos más adelante). El día de su publicación se vendió la edición completa de 1250 ejemplares y una segunda edición de 3000 se agotó en una semana. En pleno auge de la revolución industrial y la expansión colonial británica, con duras repercusiones sobre sus víctimas, quizás su título nos pueda orientar sobre semejante éxito social: “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”. Pero también pueden ser muy ilustrativos en este sentido los dos conceptos que según él, constituían la base fundamental de sus argumentos “científicos”; especialmente, la “lucha por la vida” que el pastor anglicano Robert Malthus, discípulo de Adam Smith, aplicaba a la sociedad inglesa en su poco filantrópico libro “Estudio sobre el principio de población”. De hecho, Darwin afirma en su libro que su teoría “es la doctrina de Malthus aplicada con multiplicada fuerza al reino animal y vegetal”. El otro pilar fundador pertenecía al libro “La estática social” del filósofo social y economista Herbert Spencer, según el cual “Las civilizaciones, sociedades e instituciones compiten entre sí, y sólo resultan vencedores aquellos que son biológicamente más eficaces”. La aplicación de esta concepción a la Naturaleza, la explica Darwin de la siguiente manera: “He llamado a este principio por el cual se conserva toda variación pequeña, cuando es útil, selección natural para marcar su relación con la facultad de selección del hombre. Pero la expresión usada a menudo por Mr. Herbert Spencer, de que sobreviven los más idóneos es más exacta, y algunas veces igualmente conveniente”.
En cuanto a la única creación de su propia cosecha, la selección natural, dejemos que él mismo nos explique en su autobiografía la gestación de este “descubrimiento”: consistió en la lectura, durante lo que describe como "el período de trabajo más intenso de mi vida (“Autobiografía”, pág. 66) de textos especialmente en relación con productos domesticados, a través de estudios publicados, de conversaciones con expertos ganaderos y jardineros y de abundantes lecturas".
El afianzamiento de semejante explicación “científica” de la Naturaleza, las narraciones épicas sobre el personaje, el ocultamiento y la tergiversación de los verdaderos precursores, instauradas sobre la hegemonía científica y cultural anglosajona, resultarían lagos de argumentar y documentar aquí (tiempo habrá), pero podemos adelantar une especie de resumen con la recomendación, con todo el aspecto de una orden que George Gaylord Simpson escribía en la revista Science en 1966 sobre la actitud que debían adoptar los científicos sobre los precursores del estudio de la evolución: “Deseo insistir ahora en que todos los intentos efectuados para responder a este interrogante antes de 1859 carecen de valor, y en que asumiremos una posición más correcta si ignoramos dichas respuestas por completo”. Y la orden ha sido cumplida hasta el extremo de “borrar” la Historia. Así comienza F. J. Ayala un reciente artículo en PNAS: “La gran contribución de Darwin a la ciencia es que completó la Revolución Copernicana al llevar a la biología la noción de la naturaleza como un sistema de materia en movimiento gobernada por leyes naturales”.
Y esta es la formación que los biólogos recibimos de nuestros “maestros”. Porque los libros en que adquirimos nuestra formación son en inglés. Las revistas en que hemos de publicar nuestros trabajos han de ser en inglés, si queremos que sean valorados. Incluso la forma de analizar los datos, la forma de ver la realidad, la forma de pensar, ha de ser “en inglés”. Porque tanto las bases conceptuales del darwinismo, como la “inexistencia” de lo ajeno son la más pura manifestación de muy arraigados principios y valores culturales.
Creo sinceramente que no se puede culpar a los biólogos de esta confusión. Hemos sido formados así. La actividad investigadora es, siguiendo los cánones anglosajones, de una competencia feroz. Cada especialista está encerrado en su tema sin tiempo para documentarse. Sólo para aplicar a sus investigaciones lo que les han enseñado.
Lo que sí resulta algo molesto para los que hemos renunciado a la competencia para dedicarnos a intentar comprender el origen de esta enorme confusión, es cuando pontifican sobre su doctrina, repitiendo como un mantra lo que sus “maestros” les han enseñado.
La negrita es mía. Saludos.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Shé escribió:Sólo digo que no estoy segura de que todo esto esté provocando el calentamiento global.
Con solo ver las estadisticas, yo no tengo dudas, la superficie del planeta no a cambiado en millones de años.
Año Total
100000a.C.100 - 1 000 000
8000 a. C. 8 000 000
1000 a. C. 50 000 000
500 a. C. 100 000 000
1 d .C. 200 000 000
1000 310 000 000
1750 791 000 000
1800 978 000 000
1850 1 262 000 000
1900 1 650 000 000
1950 2 629 000 000
1955 2 755 823 000
1960 2 659 000 000
1965 3 334 874 000
1970 3 692 492 000
1975 4 068 109 000
1980 4 434 682 000
1985 4 979 000 000
1990 5 263 593 000
1995 5 380 000 000
2000 6 070 581 000
2005 6 453 628 000
2008 6 671 679 034
* 61% asiáticos
* 12% europeos
* 8% norteamericanos
* 5% suramericanos y caribeños
* 13% africanos
* 1% de oceanía
* 50% mujeres y 50 hombres
* 47% vivien en un área urbana
* 9% son discapacitados
* 33% son cristianos (católicos, protestantes, ortodoxos, anglicanos y otros cristianos)
* 18% musulmanes
* 14% hinduistas
* 16% no son religiosos
* 6% son budistas
* 13% practican otras religiones
* 43% viven sin sanidad básica
* 18% viven sin una fuente de agua potable
* 6% personas poseen el 59% de las riquezas de la comunidad
* 13% están hambrientos o desnutridos
* 14% no saben leer
* 7% tienen una educación de nivel secundaria
* 12% tienen una computadora
* 3% tienen conexión a internet
* 1% adulto de entre 15-49 años tiene VIH/SIDA
* 75% NO tienes comida en refrigerador, ropa en ropero, cama para dormir y ni techo sobre tu cabeza
* 30% tienes una cuenta en el banco
* 18% luchan por sobrevivir con US$ 1.00 por día o menos
* 53% luchan por sobrevivir con US$ 2.00 por día
Gracias por este torrente de datos. Pero qué tiene que ver esto con mi observación? Yo no niego que el crecimiento demográfico sea escandaloso (lo es, sin duda), respecto a la primera columna (que supongo que es el número de habitantes del planeta)
Respecto a la segunda, suponiendo que los datos sean correctos (dudo que sólo el 14% no sepan leer. También creía que más del 18% carecían de agua potable. Cuando dices sólo el 6% poseen el 59% de las riquezas de la comunidad, no sé a qué comunidad se refiere el dato. La bipolarización de la riqueza puede ser aún más brutal).
Lo único que digo es que no sé si más de 6,000 millones de personas en este planeta hemos sido capaces de provocar el calentamiento, teniendo en cuenta además que la industrialización ha estado muy localizada durante mucho tiempo. Y los científicos no parece que estén todos de acuerdo. Y los políticos no tienen ni p idea. Solo digo eso. Y que conste que soy ecologista, y muy consciente del enorme daño que estamos haciendo al ecosistema, a nuestro medio natural y al de tantas especies animales. No digo que no haya que cuidar el entorno HAY QUE CUIDARLO Y DEJAR DE HACER BURRADAS. Pero de ahí a que la especie humana haya sido capaz de provocar el calentamiento global... me falta esa constancia. Sin más.
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“Recién graduado en Cambridge, con 22 años, un jovencísimo Charles Darwin se embarcó como naturalista sin sueldo a bordo del bergantín HMS Beagle, en un viaje que duraría cinco años (1831-1836). La obra científica de Darwin tiene como punto esencial su visita a las islas Galápagos. Su estancia en 1835, cumplió con un papel fundamental en la gestación de la teoría de la evolución”.
Este párrafo se podría considerar una “frase publicitaria-tipo” de las típicas introducciones a las “hagiografías” de Darwin que aparecen en toda clase de artículos periodísticos, presentaciones de congresos y homenajes e introducciones a “la Teoría de la evolución”, aunque si repasamos la totalidad de estas narraciones lo que nos encontramos es con una especie de enorme “slogan”. La coincidencia de las narraciones (aunque a veces se escapa algún “gazapo”) y, muchas veces, el prestigio de los firmantes de estos escritos resulta muy convincente para el lector profano en la materia, que no es consciente de que se trata de una historia acrisolada por copias de copias que se remontan a la creación “oficial” de la figura mitológica que trajo “la verdad” al Mundo. La tarea de desvelar la farsa resulta algo desalentadora frente a tan enorme capacidad de adoctrinamiento. Por eso resulta tan gratificante compartirla con el lector. Comencemos por el principio:
Darwin se graduó, efectivamente, en Cambridge, pero en Teología (concretamente “subgraduado” en Teología con el número diez de su promoción), con la idea de ejercer de pastor de la Iglesia anglicana. La calificación de “naturalista sin sueldo” hace pensar en una especie de “joven becario”, pero lo cierto es que la propuesta del viaje partió de su mentor en Cambridge, el reverendo J. S. Henslow, que escribió a Darwin:“El Cap. F. busca un hombre (por lo que tengo entendido) más para compañero de viaje que como simple coleccionista”. Porque el naturalista titular del Beagle se llamaba Robert Mc Cormick. Darwin se embarcó con un criado, abundante dinero y cuentas abiertas en las principales ciudades en las que se hizo escala. La competencia de Darwin, que podía reclutar a un considerable número de “nativos” para sus recolecciones de “especímenes” y los desprecios del capitán, por la condición plebeya de Mc Cormick, exasperaron al naturalista oficial del Beagle, que abandonó el barco en Río de Janeiro.
En cuanto a la “gestación de la teoría de la evolución”, también tiene otra historia: Darwin no volvió del viaje del Beagle con ninguna idea formada sobre evolución, a pesar de que leyó el libro de Lamarck, según nos cuenta en su autobiografía. Los famosos “pinzones de Darwin”, “la clave del descubrimiento de la evolución”, pasaron desapercibidos para él, que los consideró gorriones, entre su desordenada colección de pájaros y mamíferos hasta que los estudió el taxonomista de la Sociedad Zoológica de Londres, John Gould, que tuvo que recurrir para ello a la mejor ordenada colección del capitán Fitzroy. La verdadera clave de su concepción “evolutiva” la narra él mismo en su autobiografía:“En Octubre de 1838, esto es, quince meses después de haber comenzado mi estudio sistemático, se me ocurrió leer por entretenimiento el ensayo de Malthus sobre la población y, como estaba bien preparado para apreciar la lucha por la existencia que por doquier se deduce de una observación larga y constante de los hábitos de animales y plantas, descubrí enseguida que bajo estas condiciones las variaciones favorables tenderían a preservarse, y las desfavorables a ser destruidas. El resultado de ello sería la formación de especies nuevas. Aquí había conseguido por fin una teoría sobre la que trabajar”. Porque también hay que aclarar que lo que realmente estaba “descubriendo” Darwin no era “la evolución” (estudiada hacía un siglo por los científicos en distintas universidades), sino el origen de las especies, es decir, que una especie se puede transformar en otra. El término “evolución” no aparece hasta la sexta edición de su libro, a sugerencia de Huxley, que estaba mejor informado. Pero aún tardó un tiempo en convencerse, y así se lo confiesa a su protector J. Hooker en una carta fechada el 11 de Enero de 1844 (ocho años después de su regreso del famoso viaje del “Beagle”): "Por fin ha surgido un rayo de luz, y estoy casi convencido (totalmente en contra de la opinión de que partí) de que las especies no son (es como confesar un asesinato) inmutables".
Lo que produce una sensación penosa es el fervor con que nuestros más consagrados apologistas se emplean en el cultivo de la confusión. Para los biólogos de origen anglosajón no parece existir la necesidad de falsear la verdadera condición y las ideas de Darwin. Al fin y al cabo, forman parte de las bases de su cultura, y Darwin es su gran figura histórica. Pero para el mundo hispano necesita de una “traducción”. Por ejemplo: Con motivo del famoso bicentenario, la revista Scientific American publicó el artículo “Darwin Legacy” firmado por Gary Styx, cuyo comienzo era: “A Victorian amateur undertook a lifetime pursuit of slow, meticulous observation…” En la versión española de esta revista, Investigación y Ciencia, el mismo artículo, “El legado de Darwin”, con las mismas ilustraciones y el mismo autor comienza de esta forma: “Hace 150 años, un naturalista victoriano que había dedicado su vida a observar meticulosamente la naturaleza…”
Y así, en la competición de panegíricos que se ha desatado, las calificaciones de “gran científico”, “revolucionario”, “incomprendido en su tierra”, “profundamente preocupado por la justicia”… nos lo procuran presentar de una forma, se supone, que más adecuada a nuestros gustos. Una especie de rebelde. De luchador contra las ideas establecidas. Algo tan alejado de la realidad como el concepto de “la mano invisible del mercado”. Pero esa es otra historia…
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Sexta entrega: LOS CUENTOS DARWINISTAS Y EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD
Máximo Sandín
Los grandes hombres fingen ser sabios
y hablan demasiado alto, como los sordos.
Bertolt Brecht
El tema de esta “entrega” estaba previsto para más adelante, con el fin de narrar la historia que nos ocupa según un orden más o menos cronológico. Pero no tengo paciencia para esperar a transmitir al lector una información tan esclarecedora sobre la verdadera condición de Darwin como la que sigue.
Entre el incontenible derrame de quimeras con respecto al personaje que nos ocupa, destacan con luz propia algunos de los adornos complementarios con que se nos ha presentado su figura. La de “un gran científico” en el que destacaban “su decencia y ansia de justicia” así como su “rigor intelectual”. Sin duda, estas afirmaciones emitidas por las más altas autoridades en la materia resultarán muy convincentes para el desprevenido lector. Pero posiblemente se sorprendería si tuviera información sobre las fuentes originales de estas verdades. Por la machacona repetición literal de frases hechas en “las historias sobre la Historia” de los darvinistas se podría aventurar que podrían estar copiadas literalmente de las narraciones “oficiales” que figuran en los textos canónicos sobre “la” teoría de la evolución. De hecho, he podido comprobar directamente que artículos y conferencias sobre “la revolución darvinista” de los más prestigiosos especialistas en el tema son una especie de traducción del inglés de la introducción convencional de un libro de evolución. Pero la habitual condición del autor de “Archiprócer del esplendor” o similares le dota de una autoridad indiscutible. Sin embargo, los que no tenemos la ventaja de que la autoridad nos conceda un crédito incuestionable, no tenemos más remedio que apoyar nuestros argumentos de alguna forma. Y en este caso, consiste en una estrategia tan inconcebible como revolucionaria:¡Leer los libros de Darwin! Porque los encendidos elogios sobre su obra sólo pueden explicarse por el absurdo de que hablen de ella sin haberla leído. Hay otra alternativa. Pero es peor.
La historia oficial que se narra para resaltar el “ansia de justicia” de Darwin es la, mil veces repetida anécdota, de su pesar al contemplar el maltrato a un esclavo en Brasil durante su viaje del Beagle. Sin embargo, parece una base un tanto limitada para elaborar, a partir de ella, toda una saga. Acerquémonos, pues, a los pensamientos de Darwin mediante un método que parece más fiable: leer los que él mismo plasma en su segunda gran obra, “The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex” traducida como “El origen del hombre”. No creo necesario analizar o glosar los textos que siguen porque supongo al lector capacitado para valorarlos por sí mismo.
“La presencia de un cuerpo de hombres bien instruidos que no necesitan trabajar materialmente para ganar el pan de cada día, es de un grado de importancia que no puede fácilmente apreciarse, por llevar ellos sobre sí todo el trabajo intelectual superior del que depende principalmente todo progreso positivo, sin hacer mención de otras no menos ventajas. Entre éstas, hay algunas no despreciables: Los ricos por derecho de primogenitura pueden, de generación en generación, elegir las mujeres más hermosas, las más encantadoras, dotadas por lo general de bienes materiales y de espíritu superior”. Pero, este “espíritu superior” hay que considerarlo en proporción al nivel de las mujeres, ya que, “Está generalmente admitido que en la mujer las facultades de intuición, de rápida percepción y quizá también las de imitación, son mucho más vivas que en el hombre; mas algunas de estas facultades, al menos, son propias y características de las razas inferiores, y por tanto corresponden a un estado de cultura pasado y más bajo. /…/ Por consiguiente podemos inferir de la ley de la desviación de los tipos medios – tan bien expuesta por Galton en su obra sobre “El Genio hereditario” – que si los hombres están en decidida superioridad sobre las mujeres en muchos aspectos, el término medio de las facultades mentales del hombre estará por encima del de la mujer”.
En cuanto a los trabajadores y los pobres, que él denominaba “las clases entregadas a la destemplanza, al libertinaje y al crimen” su concepción “científica” era la siguiente: “Con respecto a las cualidades morales, aun los pueblos más civilizados progresan siempre eliminando algunas de las disposiciones malévolas de sus individuos. Veamos, si no, cómo la transmisión libre de las perversas cualidades de los malhechores se impide o ejecutándolos o reduciéndolos a la cárcel por mucho tiempo”. Porque, como señala a continuación: “En la cría de animales domésticos es elemento muy importante de buenos resultados la eliminación de aquellos individuos que, aunque sea en corto número, presenten cualidades inferiores. /…/ Mas en estos casos parecen ser igualmente hereditarios la aptitud mental y la conformación corporal. Se asegura que las manos de los menestrales ingleses son ya al nacer mayores que las de la gente elevada”. Aquí me voy a permitir interrumpir estas apasionantes “aportaciones científicas” para señalar que Darwin acrecentó sus considerables rentas de origen paterno y las de su prima y esposa, con la que se casó tras un meticuloso cálculo de las rentas que le correspondía, con la actividad de prestamista para los pobres. Una actividad que, según los historiadores que han cometido el pequeño desliz de documentarla, era “muy común” entre los victorianos acomodados, lo que quiere decir que no era “general”, porque posiblemente, entre ellos habría personas “decentes” que tuvieran escrúpulos sobre la práctica de semejante vileza, y más, teniendo en cuenta la situación de los pobres de la época.
Para finalizar (por el momento), pasemos a su otra gran aportación, a la de “situar al Hombre en su lugar en la naturaleza”: “Llegará un día, por cierto, no muy distante, que de aquí allá se cuenten por miles los años en que las razas humanas civilizadas habrán exterminado y reemplazado a todas las salvajes por el mundo esparcidas / ... / y entonces la laguna será aún más considerable, porque no existirán eslabones intermedios entre la raza humana que prepondera en civilización, a saber: la raza caucásica y una especie de mono inferior, por ejemplo, el papión; en tanto que en la actualidad la laguna sólo existe entre el negro y el gorila”.
Sería necesario un largo tratado para glosar “el rigor intelectual” de este libro (y merecerá la pena volver sobre él), lo que resulta divertido es cuando se mencionan aportaciones como éstas a alguno de los devotos: la respuesta suele ser “que era la forma de pensar de la época”, lo que es otra falacia, porque en esa época había personas que pensaban de una forma muy diferente. Pero teniendo en cuenta la condición de “hombre providencial que trajo La Verdad” a que se ha elevado a Darwin, no perece muy fructífero enfrascarse en un debate con sus creyentes. Lo que me permitiría recomendar al lector (y, con el debido respeto, a las autoridades que nos aleccionan) es que se tomaran la molestia de leer sus libros.
FUENTE: Darwin, Ch.R. (1871): “The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex”. Versión española: “El Origen del Hombre”. Ediciones Petronio. Barcelona. 1973.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Hice la "tarea" que nos encomendaste y hasta el momento he leído todos los textos de Sandín que has estado posteando (a propósito, el tercero repite el primero, así que probablemente te falte alguno).
Entiendo que Sandín es biólogo (obviamente yo no lo soy) y que los textos que has recopilado no pretenden ser "para científicos" sino para el público en general. Entonces no voy a cometer la ligereza de pretender usarlos para evaluar a Sandín como biólogo. No estoy en esa capacidad. Lo que voy hacer será simplemente darte mis opiniones, nacidas a partir de la -atenta- lectura de sus textos.
La primera será decir que Sandín no prueba su punto (hasta ahora al menos). El promete explicarnos cómo es que la teoría de la evolución es un fraude armado por "los poderosos" para tratar de legitimar la explotación de los pobres bajo el manto de objetividad que se asocia a las leyes científicas. Y pone entre comillas "leyes científicas", sugiriendo que en realidad para Darwin son meros pretextos destinados a justificar la explotación del hombre por el hombre.
En vez de hacer lo que promete (al menos hasta ahora) lo que Sandín hace -con un histerismo que en mi opinión raya en lo ridículo- es tratar de desautorizar a Darwin por aspectos ajenos al tema evolutivo. Que estudió teología, que era prestamista, que era adinerado, que no trabajaba y vivía de sus rentas, que las ideas se las copió de Malthus y de un criador de palomas, que era racista, que era machista, que era victoriano, que le gustaban las mujeres bonitas, que no tenía título de biólogo (¿en su época quién lo tenía?), etc, etc. Lo más patético -en mi burguesa y liberal opinión, insisto- es que más que deseo de precisión histórica lo que exudan los textos de Sandín parecen ser celos intelectuales.
Casi los mismos reparos que hace Sandín a Darwin se pueden hacer a la figura de Marx. Que era burgués, que era racista, que era machista, que tuvo hijos fuera del matrimonio, etc. ¿Desautoriza eso el marxismo? Yo creo que no. De igual forma Darwin reflejó en sus escritos las taras de su tiempo. ¿Qué problema hay con eso? El aporte de Darwin no fue en teología ni en sistemas de préstamo con intereses, su aporte fue en la biología. Sandín dice: "la respuesta (de los devotos a Darwin) suele ser “que era la forma de pensar de la época”, lo que es otra falacia, porque en esa época había personas que pensaban de una forma muy diferente".
O sea que para Sandín no basta que Darwin haya hecho uno de los aportes intelectuales más grandes de la historia moderna, enfrentándose al establishment religioso y social de su época. Sandín "exige" que Darwin haya sido además un social demócrata progre del siglo 21 y que escribiera en una MacBook Pro con batería reciclable. Simplemente ridículo e inaceptable.
Y ojo que si quieres mañana el cielo se abre y baja Jesucristo reencarnado trayendo bajo el brazo los planos que usó su santo padre para llevar a cabo "el diseño inteligente" de todos los seres vivos y eso no le quitaría todo el mérito al brillo intelectual de Darwin, de igual forma que Galileo no le quitó todo el brillo al mérito de Copérnico, que a pesar de proponer algo que luego se supo que estaba equivocado, era cojonudamente inteligente, y su esfuerzo, aunque inexacto, fundó la astronomía moderna.
¡Pero lo más patético de Sandín es que sus "argumentos" en contra los saca mayormente de la aubiografía de Darwin, quien escribió con franqueza sobre sus propias dudas y desaciertos. ¿Y es recurriendo a esa fuente que Sandín tiene el descaro de acusarlo de deshonestidad intelectual?
Pero insisto, mi mayor reparo a Sandín es que todavía estoy esperando que me cuente cómo se armó el fraude entre "los poderosos" y Darwin para justificar la explotación del hombre por el hombre, algo que por otra parte "los poderosos" de la época no necesitaban puesto que por un lado ya tenían las teorías sobre población de Malthus y por el otro a la iglesia anglicana, a quien precisamente Darwin se "enfrentó", y lo pongo entre comillas porque Darwin -que al parecer era un tipo timorato- tenía mucha angustia de comerse ese pleito. Y sin embargo lo hizo.
Sandín se queja que en el mundo académico, a partir de Darwin, se habría instalado una "dictadura de la evolución" que con mano férrea impide y persigue -según él- el disentir y el desarrollo de visiones alternativas. Hasta donde estoy enterado eso también es falso. Es conocida la polémica entre Stephen J. Gould y Richard Dawkins, especialmente a partir de la publicación de "El gen egoísta". Ambos con enormes reputaciones y seguidores. ¿La teoría de la evolución quedó congelada en la vida de Darwin? Ciertamente que no, nuevas ideas, aportes, hallazgos fósiles y hallazgos vivos, así como la genética han contribuido enormemente hacerla más explicativa, corrigiendo incluso planteamientos hechos por Darwin.
Sandín dice que la física, la química y las matemáticas han tenido más desarrollo que la biología en las últimas décadas. ¿Y..? ¿Es problema de Darwin o de los biólogos -como Sandín- que no han podido desarrollar teorías alternativas más consistentes, abarcativas y explicativas?
Sandín mezcla -de manera tramposa en mi opinión- las afirmaciones de Darwin en el campo de la biología con las del detestable darwinismo social de Spencer, como si fueran la misma cosa. Dice Sandín: "Lo importante es que ya no es necesaria una religión para controlar, al menos con un triste y “aplazado” consuelo, a los pueblos. Ya ni siquiera eso; el objetivo es convencer a los desheredados de la Tierra de que la Naturaleza, la vida es un infierno, y que el Mundo es para “los más aptos”".
¿Cuándo dijo Darwin eso por favor? Luego Sandín se queja amargamente de afirmaciones como esta: "La gran contribución de Darwin a la ciencia es que completó la Revolución Copernicana al llevar a la biología la noción de la naturaleza como un sistema de materia en movimiento gobernada por leyes naturales". A mí me parece un aporte fantástico.
Bueno Tontxu, hasta aquí voy a llegar con Sandín hoy. Espero que los próximos textos de Sandín que compartas aquí tengan más sustancia y menos pirotecnia. Yo no me considero un "fascinado" ni un "discípulo" de Darwin, pero ciertamente valoro su enfoque y -por supuesto- lamento que algunos lo hayan convertido en "darwinismo social", pero ese es un pecado que no veo cómo achacárselo a Darwin, de la misma forma que no veo cómo se le puede achacar el terrorismo a Marx.
Saludos desde Perú,
Pablov63
Última edición por pablov63 el Sab Abr 04, 2009 4:15 am, editado 1 vez en total.
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
pablov63 escribió:Lo más patético -en mi burguesa y liberal opinión, insisto- es que más que deseo de precisión histórica lo que exudan los textos de Sandín parecen ser celos intelectuales.
Sinceramente creo que esta frase tuya, Pablo, resume muy bien el espíritu de estos textos. También leí algunos de los escritos de Sandín en su blog, cuando Tontxu intercambió los correos electrónicos con él a fin de postearlos aquí con su permiso. Y le di mi opinión el día 29, aunque mucho menos fundamentada que tú en este excelente análisis que has hecho.
Yo, que soy de izquierdas sin paliativos, añadiría que el filtro político con el que Sandín observa a Darwin no le permite "perdonarle" su posición económicamente privilegiada. Algo que Darwin veía como un privilegio, pues le permitía dedicarse a su investigación con los frutos que hoy conocemos, es juzgado por Sandín como si lo hubiera aprovechado para dedicarse a la holgazanería y el parasitismo social. De modo que, en mi opinión, Sandín muestra dos problemas que le llevan a la falta de objetividad: los celos intelectuales que mencionas, y la aversión hacia las clases privilegiadas. Ambos, junto con la acusación reiterada de supuesta utilización de las tesis darwinistas para falsear la ciencia actual y oprimir y engañar al pueblo, quitan credibilidad a los escritos de Sandín.
“Al principio de mis observaciones me parecía probable que un cuidadoso estudio de los animales domésticos y de las plantas cultivadas ofrecería la mejor probabilidad de aclarar este oscuro problema. Y no anduve equivocado; en éste y en todos los demás casos de perplejidad he encontrado invariablemente que nuestro conocimiento, por imperfecto que sea, de la variación por medio de la domesticidad, daba el mejor y el más seguro norte. Yo osaría expresar mi convicción del alto valor de estos estudios, aunque hayan sido muy comúnmente descuidados por los naturalistas”.
(Charles Darwin, Introducción a “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”).
Imagine el lector que, un día, las investigaciones sobre la Naturaleza conducen al descubrimiento de que los fenómenos que componen la vida, desde las células, los órganos y tejidos, los organismos, las especies y los ecosistemas, hasta la totalidad del ecosistema global que constituye la Tierra, están organizados en sistemas jerárquicos e interconectados cuyas propiedades y, por tanto, su evolución responden a conceptos como la Teoría General de Sistemas. Imagine que se comprueba que los seres vivos corresponden a las características de los llamados "sistemas organísmicos u homeostáticos", capaces de ajustarse (adaptarse) a los cambios externos e internos y están organizados en subsistemas que conforman sistemas de rango mayor. Y que se llega a la conclusión de que estos sistemas complejos adaptativos son muy estables y no son susceptibles a cambios en su organización porque cualquier cambio en una parte del sistema provoca ineludiblemente cambios correlativos en otras partes hasta lograr un nuevo tipo de estabilidad dinámica, pero ante un desequilibrio suficientemente grave, su respuesta puede tomar dos caminos: un derrumbe catastrófico o un salto en el nivel de complejidad porque los sistemas complejos tienen tendencia a generar patrones de comportamiento global. Y que el gran “macrosistema” que constituye la Tierra está formado por una compleja red que relaciona todos sus componentes, y que todos son necesarios para su funcionamiento. Que la vida se desarrolla en medio de unas continuas y estrechas interacciones de los organismos entre sí y con el entorno. Ahora, un esfuerzo más, para imaginar que todo esto lleva a la concepción de que la evolución es una propiedad intrínseca a la vida, que se produce como algo inevitable, como consecuencia de estas características. Sería muy bonito pensar que la Naturaleza es tan hermosa, tan impresionante como les parece a las personas que no tienen “formación” en Biología.
Pero no merece la pena que se esfuerce más. Estos serán posibles descubrimientos del siglo veinte o veintiuno. Así que regresemos a nuestra época:“El libro del que nace toda la Biología moderna”, ha sido propuesto para el galardón de “Libro del Milenio”, y su autor es considerado por las autoridades científicas como “un genio comparable a Einstein y los padres de la mecánica cuántica” o “la más alta cumbre del pensamiento humano”, entre otros calificativos no menos laudatorios. Lo que resulta pasmoso es comprobar que se ha creado un personaje mitológico del que se narran las más íntimas anécdotas vitales y hacia el que se ha instaurado una veneración que jamás se ha concedido a ningún otro de los grandes científicos o pensadores de la Historia, porque lo que se conoce de ellos es lo que realmente importa: su obra. Y sin embargo, “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”, debe de ser el libro menos leído de todos los “textos fundamentales de nuestra cultura”. Es más, he podido constatar que mis colegas más fervientemente darwinistas no han leído directamente a Darwin. Tienen bastante con lo que les han contado en los libros sobre él. También es cierto que las autoridades en la materia no parecen mostrar un gran entusiasmo en promover su lectura.
Veamos, por ejemplo, cómo nos la recomienda el prologuista de la edición española más accesible (“Origen de las especies”, AKAL, 1998): “¿Cómo se puede leer este libro? Casi todos (? ) los libros bien escritos, y éste lo es, suelen leerse desde el principio hasta el final. Pero también caben otras opciones que para algunos son más alentadoras. Puede leerse la introducción, que es un buen extracto tanto del propósito de la obra como de la explicación que se sugiere para el origen de las especies. Puede el lector pasar al último capítulo de Recapitulación y Conclusión, que ofrecerá una nueva explicación más detallada y previamente justificada”. Tras otra posibilidad, que consiste en leer sólo los resúmenes, finaliza las “instrucciones de uso” con una desganada opción: que se lea completo (curiosa forma, por cierto, de leer un libro “fundacional”) con un imperativo “¡léelo!” que, después de lo recomendado, produce la impresión de estar emitido con un hilo de voz. Sigamos pues, las instrucciones. Pero como limitarnos a la introducción (cuyo contenido fundamental ya ha sido transcrito) parece una renuncia a enriquecernos con sus geniales ideas, llegaremos hasta el primer capítulo y dejaremos para más adelante la lectura de su parte “menos recomendable”.
“Capítulo primero. Variación en estado doméstico. Causas de la variabilidad. Cuando comparamos los individuos de la misma variedad o subvariedad de nuestras plantas desde hace mucho tiempo cultivadas y de nuestros animales domésticos más antiguos, uno de los primeros puntos que nos extraña es que generalmente difieren más unos de otros que los individuos de cualquier especie o variedad en estado natural. Y si reflexionamos sobre la vasta diversidad de plantas y animales que han sido respectivamente cultivadas y domesticados y que han variado durante todas las edades bajo la influencia de los climas y tratamientos más diferentes, nos vemos obligados a concluir que esta gran variabilidad es debida a que nuestras producciones domésticas se han formado en condiciones de vida menos uniformes y en algún tanto diferentes de aquellas a las cuales ha estado expuesta la especie madre en la naturaleza. Hay también alguna probabilidad en la opinión adelantada por Andrew Knight, de que esta variabilidad pueda tener alguna conexión con el exceso de alimento”. Etc.
“Efectos del hábito y del uso y desuso de las partes. Variación correlativa.- Herencia. Hábitos cambiados producen un efecto heredado, como el período de florecimiento de las plantas cuando se las transporta de un clima a otro. En cuanto a los animales, el uso o desuso de las partes ha tenido una influencia más marcada; así, encuentro en el pato doméstico que los huesos del ala pesan menos y los huesos de la pata más en proporción a todo el esqueleto, que lo que pesaban los mismos huesos del pato salvaje; y este cambio puede atribuirse sin riesgo de equivocarse, a que el pato doméstico vuela mucho menos y anda más que sus salvajes padres. El grande y hereditario desarrollo de las ubres en vacas y cabras en países donde habitualmente se las ordeña, en comparación con estos órganos en otros países, es, probablemente, otro caso de los efectos del uso. No puede nombrarse uno sólo de nuestros animales domésticos que no tenga en algún país las orejas lacias, y la opinión que se ha sugerido, de que este caimiento es debido al desuso de los músculos de la oreja, porque los animales rara vez se alarman mucho, parece la más probable”. Etc.
“Carácter de las variedades domésticas; dificultad de distinguir entre variedades y especies; origen de las variedades domésticas de una o de varias especies. Si examinamos las variedades hereditarias o razas de nuestros animales y plantas domésticos, y las comparamos con especies íntimamente próximas, descubrimos generalmente en cada raza doméstica, como ya lo he notado, menos uniformidad de carácter que en las verdaderas especies. Las razas domésticas tienen con frecuencia un carácter algún tanto monstruoso; por lo cual entiendo que, aunque se diferencian unas de otras y de las demás especies del mismo género en algunos rasgos insignificantes, difieren a menudo en un grado extremo en algún punto cuando se las compara unas con otras, y más especialmente cuando se las compara con la especie en estado natural, de la que son más próximas”. Etc.
“Castas de la paloma doméstica: sus diferencias y su origen. Creyendo que es siempre mejor estudiar algún grupo especial, después de de reflexionarlo, he ocupado mi atención con las palomas domésticas. He conservado toda casta que me era posible comprar u obtener y he sido amabilísimamente favorecido con pieles de varias partes del mundo, mas especialmente por el Honorable W. Eliot, de la India, y por el Honorable C. Murray, de Persia. Muchos tratados en diferentes lenguas se han publicado sobre palomas, y algunos de ellos son muy importantes, por su antigüedad considerable. Me he asociado con algunos eminentes aficionados y se me ha permitido entrar en dos de los clubs de palomas de Londres”. Etc., etc.
Pasemos, siguiendo las instrucciones, al capítulo final: La aportación “científica” de sus descubrimientos la valora el autor como sigue en su Recapitulación:“Un campo grande, y casi virgen de investigaciones quedará abierto sobre las causas y leyes de la variación, la correlación, los efectos del uso y el desuso, la acción directa de las condiciones externas, etc., etc. El estudio de las producciones domésticas subirá inmensamente en importancia. /.../En el porvenir veo campos abiertos para investigaciones mucho más importantes. La psicología se basará, seguramente, sobre los cimientos establecidos por Mr. Herbert Spencer, los de la adquisición necesaria por gradación, de cada facultad y capacidad mental. Mucha luz se derramará entonces sobre el origen del hombre y de su historia”. Esta última frase (sobre la anterior ya volveremos) ha sido interpretada (“se los juro”) por una autoridad académica como “idea precursora de la neurobiología”. Pero veamos sus conclusiones finales: “Estas leyes, tomadas en un sentido más amplio, son crecimiento con reproducción; herencia que casi va implícita en la reproducción; variabilidad, resultado de la acción directa e indirecta de las condiciones de vida y del uso y desuso; aumento en una proporción tan alta, que conduce a una lucha por la existencia, y como consecuencia, a la selección natural, la cual trae consigo la divergencia de carácter y la extinción de las formas menos mejoradas. Así, es consecuencia directa de la guerra de la naturaleza, de la escasez y la muerte, el objeto más elevado que somos capaces de concebir, a saber; la producción de los animales superiores”. Aquí no hay más remedio que proponer: Analicemos la frase (me refiero al lector junto conmigo): El, ya a estas alturas escamado lector, se preguntará: “Si, según este señor, la variabilidad de los organismos está causada por la acción directa e indirecta de las condiciones de vida y del uso y el desuso, ¿qué puñetas (o carámbanos, a elegir) “selecciona” la selección natural? ¿Cual es exactamente su aportación al conocimiento de la evolución?”. Tal vez lo descubra en las frases finales del libro: “A juzgar por el pasado, sin riesgo podemos inferir que ni una sola especie viva transmitirá su semejanza inalterada a un porvenir distante. /.../ Por esto podemos mirar con alguna confianza a un porvenir seguro de gran duración. Y como la selección natural obra solamente por y para el bien de cada ser, todos los atributos corpóreos y mentales tenderán a progresar hasta la perfección. /.../ Hay grandeza en esta opinión de que la vida, con sus diversas facultades, fue infundida en su origen por el Creador en unas pocas formas o en una sola; y que mientras este planeta, según la determinada ley de la gravedad, ha seguido recorriendo su órbita, innumerables formas bellísimas y llenas de maravillas se han desenvuelto de un origen tan simple, y siguen siempre desenvolviéndose”.
Quizás le parezca algo abusivo al lector que le proponga otro esfuerzo de su imaginación, porque sería más adecuado documentar los siguientes argumentos, pero tiempo habrá: Imagine ahora el lector que las investigaciones de “los naturalistas” (es decir de los científicos) de la primera mitad del Siglo XIX, hubieran llevado a una idea de la Naturaleza basada precisamente en el estudio de la Naturaleza. Que sus aportaciones, lógicamente limitadas por los conocimientos de la época, estuvieran en el camino adecuado para llegar a conclusiones como las que hemos visto en el inicio de este escrito. Ahora no es necesario que imagine nada. Simplemente que reflexione sobre las consecuencias que ha tenido (que está teniendo) una concepción científica, elaborada sobre semejantes argumentos, que considera el fenómeno de la vida como algo sórdido, una Naturaleza en la que no hay cabida para todos y poblada por individuos egoístas (que sólo buscan “su propio interés”). Como una constante competición entre los organismos en la que la relación con el ambiente está dirigida por cambios al azar y en la que sólo los “más aptos” tienen el derecho a la vida. Y que recuerde las consecuencias que ha tenido para la Humanidad la concepción determinista derivada de esta visión, según la cual los individuos, los pueblos, las naciones, llevan sus características, sus virtudes y sus defectos grabados en sus “genes”. ¿Cómo calificaría la aparición de “la obra de la que nace toda la Biología moderna”?
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
"La ciencia es peligrosa; hemos de tenerla cuidadosamente encadenada y amordazada." Aldous Huxley. “Un mundo feliz”
Como tengo la impresión de que en las últimas entregas he podido abusar de la capacidad de imaginación de mi amigo el lector, intentaré darle un respiro. En este caso, voy a ser yo el que de rienda suelta a la imaginación para premiar a mi amigo por su paciencia con una especie de entretenimiento. Unas disquisiciones inconexas con las que pasar el rato, pero a las que no se debe conceder demasiado crédito.
Primera disquisición: Algunas características del “Mundo feliz” en el año 700 depués de Ford: Los miembros de esa sociedad se hacen “in Vitro”, por manipulación genética, fabricados en serie. La sociedad está dividida en castas, en orden de categoría (que implica inteligencia, habilidades, capacidad emocional, atractivo físico, etc.). Esas castas son: Los Alfa, que son los individuos más inteligentes, y su papel consiste en ocupar cargos de dirección en la “tecnópolis”.
La casta siguiente son los Beta, que también cuentan con una inteligencia avanzada, pero menos que la de los Alfa. Su trabajo consiste en hacer tareas complicadas, pero que no requieren tanta agudeza como las de los Alfa. Los siguientes, los Gammas, no son muy inteligentes, y su misión es normalmente realizar trabajos cualificados de un nivel medio. En cuarto lugar se encuentran los Deltas, individuos de escasa inteligencia que son mano de obra en fábricas y apenas se interesan por ningún asunto. Por último se encuentran los Epsilones, humanos estúpidos con inteligencia casi animal y sin capacidad alguna de razonar que realizan las tareas más sencillas en la comunidad: servir a las demás castas y los trabajos más degradantes. La diversión y el tiempo de ocio de los ciudadanos están controlados, así como las creencias por medio del “control hipnopédico”, para el que hay especialistas en “frases hipnopédicas”: "Sesenta y dos mil cuatrocientas repeticiones hacen una verdad."
Segunda disquisición: Algunos datos históricos: Thomas Henry Huxley y Sir Joseph Dalton Hooker, los protectores de Darwin y principales responsables de la consagración científica de éste, eran, al igual que el propio Darwin y Sir Francis Galton, primo de éste, eugenistas. Galton, convencido, al igual que Darwin, de la herencia tanto de las virtudes como de los vicios, promueve una eugenesia "positiva", es decir, a través de matrimonios selectivos privilegiando aquellos entre los elementos más inteligentes de la sociedad. El paso de la eugenesia "positiva" a la "negativa", es decir, la prohibición de reproducirse de los débiles y los imperfectos, es postulado por Leonard Darwin (1850-1943), hijo de Charles y sucesor de Galton en la dirección de la Sociedad Eugenésica, que el mismo Galton había fundado en 1907. Estas tesis del uso de la fuerza para impedir la reproducción de los genes "inadecuados" tienen su aplicación hasta fechas muy recientes en distintos momentos y diferentes países de los que hablaremos más adelante. Pero siguiendo con nuestra historia, Huxley y Hooker, junto con algunos personajes poderosos del mundo de la ciencia, fundan el X-Club, que fue criticado por ejercer un excesivo control sobre la ciencia de su época (Huxley y Hooker fueron los fundadores de la revista Nature). El X-Club se desvaneció en la sombra, al menos aparentemente, a la muerte de los fundadores, pero las sociedades eugenésicas y sus intenciones han seguido en pie, a veces bajo nombres que no se asocian a sus actividades y apoyadas por fundaciones cuyas denominaciones suenan a dinero. El de los apellidos representantes de las grandes fortunas mundiales.
Tercera disquisición: Los proyectos para el futuro: Una de estas fundaciones (quizá la de nombre más sonoro) creó la disciplina de la “ingeniería genética” en un intento de reducir la vida humana a "secuencias de genes definidoras" con la intención de poder ser modificadas para cambiar a voluntad las características humanas. También fue promotora de “la revolución verde” y de los cultivos transgénicos, los “agronegocios” del monocultivo industrializado que pretenden el control, por unas pocas multinacionales, de la alimentación mundial. El último proyecto, también en las mismas manos, es el proyecto Svalbard. La creación del banco subterráneo de semillas en Noruega, bajo unas condiciones de seguridad propias de la ciencia ficción. “La cámara del día del juicio final” de Svalbard tendrá capacidad para albergar cuatro millones y medio de semillas diferentes. Y aquí vienen las preguntas, en este caso unas “autopreguntas” de las que libero al lector: Cuando los científicos más prestigiosos hablan de que “cambiando los genes se conseguirá gente más inteligente”, o “vivir doscientos años”, o que “se conseguirá clonar personas”… ¿han pensado a qué personas se refieren? ¿a toda la Humanidad? Cuando aseguran que los cultivos transgénicos se utilizan para luchar contra el hambre en el Mundo, cuando repiten machaconamente “frases hipnopédicas” ¿es por simple rutina o desconocimiento, o saben lo que están haciendo? Y, finalmente, ¿se inventó realmente Aldous Huxley, nieto de Thomas Huxley la novela “Un mundo feliz”?
Absurdo. Demasiado fantasioso.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Te agradezco que sigas compartiendo nuevos textos de Sandín, siempre son interesantes de leer. Pero, parafraseando el refrán atribuido a Diógenes: "Mientras más leo a Sandín, más aprecio a Darwin". Sigo notando una gran "mala leche" en Sandín en su esfuerzo de desprestigiar a Darwin por cuanto amigo, error, duda o pariente pudo tener o cometer.
Y otra cosa, obviamente la eugenesia y el darwinismo social son totalmente inaceptables, pero así trabaja la ciencia, experimento, error, corrección, etc. ¿Qué alternativa da Sandín para eso? ¿Un comité del partido comunista, iluminado por sus lecturas e interpretaciones de Marx, que decidirá qué hipótesis son "burguesas" y hay que desechar de inmediato (y castigar al científico que la propuso o al menos anotarlo en la libreta negra) y cuáles hipótesis son "acordes con el espíritu del materialismo dialéctico" y deben seguir investigándose, eso sí, teniendo en cuenta por supuesto la construcción del futuro hombre socialista?
Honestamente prefiero el caos de enfoques e intereses actual, incluyendo los intereses económicos por generar lucro, que aceptar la "desinteresada supervisión moral" de alguien. No digo que la ciencia sea ajena a oscuros intereses, porque de hecho no lo es, pero todavia eso -creo- es preferible a regresar a la época en que los "iluminados" o los "bien intencionados", ponle la etiqueta que quieras, podían decidir a priori qué era "bueno", "aceptable", "malo" o "inaceptable".
Pero no pierdo la esperanza de que Sandín pruebe su punto. Si tienes más textos qué compartir de él, yo feliz de leerlos.
Saludos desde Perú,
Pablov63
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
Los abajo firmantes, alumnos y ex–alumnos del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, nos dirigimos a la comunidad científica y a la sociedad en general para llamar la atención sobre un problema que puede llegar a tener graves repercusiones en nuestra sociedad.
Existe, en la actualidad, una gran confusión en los fundamentos teóricos en que se basan las investigaciones biológicas y, como consecuencia, sus objetivos y aplicaciones, por lo que estas pueden llegar a ser peligrosas para la Naturaleza y para el ser humano.
Los descubrimientos recientes sobre la naturaleza y la complejidad de la información genética y de otros fenómenos biológicos, especialmente los relacionados con las actividades de bacterias y virus, resultan absolutamente contradictorios con las suposiciones sobre las que se sustentaba la base teórica de la Biología elaborada a principios del siglo pasado. Sin embargo, tanto la docencia como la investigación parecen seguir ancladas en las antiguas interpretaciones.
La explicación más inmediata de esta situación está en la especialización y falta de integración entre distintas disciplinas. Como consecuencia, desde el punto de vista de la docencia, se continúa la formación de nuevas promociones con criterios desfasados. Pero es aún más grave la repercusión en la investigación: se mantienen los planteamientos y los objetivos reduccionistas y, como consecuencia, las interpretaciones, que son absolutamente contradictorias con los nuevos datos. Esto supone una grave pérdida de tiempo en ciencia y un inútil despilfarro de inteligencias formadas y enfocadas con unas bases erróneas.
Queremos transmitir a la sociedad que el problema no se reduce a un debate científico. La vieja concepción competitiva y simplificadora de los fenómenos naturales ha llevado a graves problemas, como el avance de la resistencia bacteriana a los antibióticos debido a la consideración de la bacterias (que ahora sabemos que son extraordinariamente abundantes y fundamentales para el desarrollo de la vida) como agentes exclusivamente patógenos que había que eliminar. Los datos actuales nos han mostrado que los virus son todavía más abundantes, ubicuos y participativos en los procesos biológicos que las bacterias y que, al igual que éstas, su carácter patógeno responde a un desequilibrio de los fenómenos naturales. Por esto, las investigaciones orientadas sobre los viejos criterios reduccionistas y enfocadas con fines economicistas pueden constituir un grave peligro para la Naturaleza y para la Humanidad.
Queremos resaltar especialmente la distorsión que introduce la investigación con intereses en un rendimiento económico inmediato en el verdadero objetivo de la Ciencia: la profundización de los conocimientos al servicio de la Humanidad. La financiación privada de investigaciones orientadas a la obtención de patentes destinadas a la comercialización conduce a la precipitación de sus aplicaciones y a nuevos peligros potenciales, dada la desconexión de estos planteamientos reduccionistas con la realidad de los fenómenos de reciente descubrimiento. Por otra parte, esta dinámica induce al despilfarro de tiempo, dinero e inteligencia en investigaciones con fines absolutamente absurdos e inviables, como la pretensión de “crear” organismos artificiales, alargar la vida o seleccionar individuos supuestamente libres de enfermedades genéticas y otras de un cariz semejante, naturalmente, destinadas para el que pudiera pagarlo.
Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la implicación de la sociedad en este problema y, muy especialmente, a la comunidad científica para poner fin a esta situación irracional en que se encuentra una ciencia cuyos conocimientos nos deben resultar fundamentales para hacer frente a los problemas que se avecinan, productos en gran parte de una concepción de la Naturaleza propia de épocas pasadas, y construir una Biología que nos conecte con la Naturaleza. Porque si la seguimos tratando como a una enemiga tenemos todas la de perder.
FIRMADO:
Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología
Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología
Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología
Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología
Helena Coscollano Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Díaz Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología
Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología
Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología
Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología
Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología
Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología
Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta López Atiénzar Estudiante de 5º Curso de Biología
Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología
Albertina Martínez Estudiante de 5º Curso de Biología
Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología
Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología
Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Velasco Estudiante de 5º Curso de Biología
Ainhoa Vélez del Burgo Estudiante de 5º Curso de Biología
Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología
Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología
Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología
Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM
Tania Ortiz Licenciada en Biología UAM
Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM
Jon Ortega Doctorando UM
María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM
Máximo Sandín Profesor Depto. Biología
Estos adolescentes son la monda, se preocupan por temas que nos incumben a "todos". Posiblemente sean unos "iluminados", sí fuere así, bienvenido sea el nuevo siglo de las luces y el compromiso de los jóvenes universitarios en su intento de abrirnos los ojos. Espero Pablov, que no les taches de comunistas por intentar cambiar este mundo. De todas formas si tú frase "castigar al científico que la propuso o al menos anotarlo en la libreta negra" la sueltas como una acusación (pienso que sí), te sugiero que leas la historia. En las listas negras, en las cárceles, "la caza de brujas" y el paredón, lo padecieron en España, los que tú precisamente acusas. Saludos.
PD: Como le gritaban los sevillanos al Rey Alfonso XII " viva las cadenas" y agrego "arriba las mordazas".
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder