Lo de que se puede elegir es muy relativo. La capilla de Ronchamp, podría tal vez haber sido otra cosa que una capilla? Supongamos que pudiera haber sido un museo (que lo dudo)... quién hubiera entonces aportado el dinero para tal proyecto?Vitriólico escribió:En estos casos se suelen confundir la representación religiosa del objeto con sus valores objetivos -valga la redundancia-, totalmente ajenos a ella.
Cuando se mira una catedral gótica (o cualquier otra obra artística similar), se aprecian los valores estructurales, constructivos, etc. y no los religiosos. Porque se pueden diferenciar.
Y cuando alguien afirma que sin ese sentimiento religioso la obra no hubiera sido posible y que aquél justifica lo sublime de éste yo suelo responder que, en tal caso, habría que defender el consumo de drogas ya que, sin éstas, no hubieran sido posibles las obras de Janson Pollock, por ejemplo.
(Y es que el papel de los alucinógenos en el Arte ha sido y es fundamental. Cualquier alucinógeno, religión incluida).
Lo que, a mi enfermo y miope modo de ver, ya no es de recibo es la actitud de muchos artistas ateos que, en un contexto social en el que pueden elegir, se involucran en obras de carácter religioso. Por ejemplo, Le Corbusier y sus obras de La Tourette o Ronchamp. (Como anécdota, diré que personalmente tuve la oportunidad hace muchos años de hacerle esta observación a André Wogensky -discípulo preferido de Le Corbusier- y se encogía de hombros asintiendo y sonriendo).
Un vitriólico saludo
No sólo entiendo que un ateo aprecie y disfrute el arte religioso. También (supongo, no soy artista) realizar la creación artística necesaria para expresar algo (aunque el origen sea religioso, siempre es un conjunto emocional humano) aunque sea por encargo de la religión, es un derecho del artista. Y el legado lo disfrutamos todos.