No sé cómo volver a ser religioso, ni por qué quiero hacerlo
Publicado: Jue Dic 08, 2016 8:04 am
Hace no mucho leí un breve texto de un esoterista, que abordaba la cuestión del teísmo. Según su postura, la discusión de si existe Dios como una entidad personal externa a la propia consciencia es irrelevante. Lo único que cuenta, basándose en metafísica oriental es la vivencia de lo trascendente en uno mismo. No me interesa tanto ahondar en si ese enfoque "existencial" es el apropiado. Me interesa resaltar algo que ya es sabido por muchos, y es que la forma de encarar la cuestión de Dios (o en un sentido más amplio, lo sacro), no es la misma dependiendo de la cultura, o la clase o el individuo.
Esto que parece una boludez sencilla acarrea otra cuestión importante: NO se puede oponer una realidad no unívoca como la religión (la cual es mucho más variada que el teísmo), con otra categoría como el ateísmo, que por lo demás tampoco resulta unívoca o simple.
Para mí esto corre por más de un carril. Observen. Yo no siento antipatía por la religión, pero nunca podría encararla de la forma devocional y sentimental en la que la encara la mayoría. Me es inconcebible que un ser infinito y omnipotente se encarne en humano para morir por los pecados, como expresión de "amor". ¿Por qué ley externa y superior a sí mismo, un ser omnipotente estaría obligado someterse al vicariato para expiar las culpas de la humanidad? ¿Su poder no está por encima del pecado original como para anularlo con la simple voluntad? Lógicamente esto no está en la mente de muchos cristianos (aunque se echa en falta su participación en el foro, como para compartir pensamientos), que viven la presencia de Dios como un Padre sobrenatural que les ayuda afirmarse en la vida, alguien incluso del que se piensa tiene una mentalidad sentimental muy humana, pese a que su plenitud de ser y su inescrutabilidad lo deberían poner por encima de cualquier sentimentalismo, o expresiones humanas. Es mucho más racional percibir algunas verdades esoterícas en símbolos cristianos (la crucifixión, la tentación en el desierto, la conversión de agua en vino...), pero sin tener la necesidad de racionalizar todo de la doctrina cristiana, inclusive su pretensión de exclusividad como camino a la realización interior. El problema es que tal reconstructivismo, además de ser autológico (pues nos pone en posición de juzgar por nuestros medios filosóficos que es lo esencial y que no lo es de una revelación), es un corte insalvable de los fines y medios de la religión convencional.
Una vez que piensas en un Motor Inmóvil antes que en Yahvé, la proposición religiosa (como intento de "religar") pierde sentido existencial; estoy vedado a confiar en la razón como "religadora", pues tal como interpretó Heidegger, existe una cierta identidad o pertenencia entre la ontoteología "logocéntrica" (que se inicia más en el mundo helénico antes que el cristiano) y la metafísica moderna de la "técnica" entendida como una seguridad en la autonomía del sujeto y una disposición a tomar todo lo ente como infinitamente comprensible y manipulable. Pero la "experiencia mística subjetiva" (encarando más por el lado protestante), es una dimensión autológica y caprichosa, basada en apariencias que la razón puede demoler. Cuanto más aumenta la racionalidad teológica más lejos se está de la religión; pero el intento de vuelta, a través de la interioridad del sujeto, es una degeneración idealista, más moderna que tradicional. El criterio objetivo de la religión son las instituciones objetivamente existentes.
Ahora bien, volviendo al tema del cristianismo, queda la ambigüedad radical de la fe... se busca a Dios para suplir esa carencia interior o deseo de felicidad (para Tomás de Aquino era inevitable que todo hombre desea la felicidad), y sin embargo se sostiene la guerra interior permanente con el pecado. Puesto que el pecado no viene del cuerpo sino del alma que es la responsable de obrar bien o mal. Uno tiene que hacer la guerra al egoísmo, al narcisismo, al sentimentalismo, al mundo puesto que pertenece al Demonio, mientras que el reino de Dios no es "de este mundo" sino que está en el "interior". Aunque se sigue ratificando que uno honrará a sus padres, si los pone antes que a Cristo no es digno de seguirlo. Entonces la fe demanda fuerza pero lo que busca suplir no es ese sentimentalismo barato o necesidad material que explota las iglesias evangélicas. El "agua" es la que pretende satisfacer la "sed eterna". Y es aquí donde nos ponemos más existencialistas: ¿qué es esa vida eterna que para mí es ininteligible y como puede ser objeto de mi deseo algo que no entiendo? Las grandes religiones y tradiciones espirituales hablan mediante imágenes, y ni siquiera la teología las abandona... he encontrado baches argumentales insalvables para la idea del alma o espíritu asociado al cuerpo. Pero no sé si mi ateísmo racional o logocéntrico necesariamente implique un cierre existencial a la "experiencia de lo sacro".
Por último, yo sé que merecía abordar más el tema del ateísmo; sin embargo, creo que la incomprensión del tema la resuelve mejor una tesela de Gustavo Bueno. Si se ponen a pensar la oposición ateísmo/teísmo es superficial, como la oposición ateísmo/religión o ciencia/religión. Ateísmo no es un término unívoco. Las oposiciones serían más bien entre racionalidad dogmática y crítica, o particularismo/universalismo.
Esto que parece una boludez sencilla acarrea otra cuestión importante: NO se puede oponer una realidad no unívoca como la religión (la cual es mucho más variada que el teísmo), con otra categoría como el ateísmo, que por lo demás tampoco resulta unívoca o simple.
Para mí esto corre por más de un carril. Observen. Yo no siento antipatía por la religión, pero nunca podría encararla de la forma devocional y sentimental en la que la encara la mayoría. Me es inconcebible que un ser infinito y omnipotente se encarne en humano para morir por los pecados, como expresión de "amor". ¿Por qué ley externa y superior a sí mismo, un ser omnipotente estaría obligado someterse al vicariato para expiar las culpas de la humanidad? ¿Su poder no está por encima del pecado original como para anularlo con la simple voluntad? Lógicamente esto no está en la mente de muchos cristianos (aunque se echa en falta su participación en el foro, como para compartir pensamientos), que viven la presencia de Dios como un Padre sobrenatural que les ayuda afirmarse en la vida, alguien incluso del que se piensa tiene una mentalidad sentimental muy humana, pese a que su plenitud de ser y su inescrutabilidad lo deberían poner por encima de cualquier sentimentalismo, o expresiones humanas. Es mucho más racional percibir algunas verdades esoterícas en símbolos cristianos (la crucifixión, la tentación en el desierto, la conversión de agua en vino...), pero sin tener la necesidad de racionalizar todo de la doctrina cristiana, inclusive su pretensión de exclusividad como camino a la realización interior. El problema es que tal reconstructivismo, además de ser autológico (pues nos pone en posición de juzgar por nuestros medios filosóficos que es lo esencial y que no lo es de una revelación), es un corte insalvable de los fines y medios de la religión convencional.
Una vez que piensas en un Motor Inmóvil antes que en Yahvé, la proposición religiosa (como intento de "religar") pierde sentido existencial; estoy vedado a confiar en la razón como "religadora", pues tal como interpretó Heidegger, existe una cierta identidad o pertenencia entre la ontoteología "logocéntrica" (que se inicia más en el mundo helénico antes que el cristiano) y la metafísica moderna de la "técnica" entendida como una seguridad en la autonomía del sujeto y una disposición a tomar todo lo ente como infinitamente comprensible y manipulable. Pero la "experiencia mística subjetiva" (encarando más por el lado protestante), es una dimensión autológica y caprichosa, basada en apariencias que la razón puede demoler. Cuanto más aumenta la racionalidad teológica más lejos se está de la religión; pero el intento de vuelta, a través de la interioridad del sujeto, es una degeneración idealista, más moderna que tradicional. El criterio objetivo de la religión son las instituciones objetivamente existentes.
Ahora bien, volviendo al tema del cristianismo, queda la ambigüedad radical de la fe... se busca a Dios para suplir esa carencia interior o deseo de felicidad (para Tomás de Aquino era inevitable que todo hombre desea la felicidad), y sin embargo se sostiene la guerra interior permanente con el pecado. Puesto que el pecado no viene del cuerpo sino del alma que es la responsable de obrar bien o mal. Uno tiene que hacer la guerra al egoísmo, al narcisismo, al sentimentalismo, al mundo puesto que pertenece al Demonio, mientras que el reino de Dios no es "de este mundo" sino que está en el "interior". Aunque se sigue ratificando que uno honrará a sus padres, si los pone antes que a Cristo no es digno de seguirlo. Entonces la fe demanda fuerza pero lo que busca suplir no es ese sentimentalismo barato o necesidad material que explota las iglesias evangélicas. El "agua" es la que pretende satisfacer la "sed eterna". Y es aquí donde nos ponemos más existencialistas: ¿qué es esa vida eterna que para mí es ininteligible y como puede ser objeto de mi deseo algo que no entiendo? Las grandes religiones y tradiciones espirituales hablan mediante imágenes, y ni siquiera la teología las abandona... he encontrado baches argumentales insalvables para la idea del alma o espíritu asociado al cuerpo. Pero no sé si mi ateísmo racional o logocéntrico necesariamente implique un cierre existencial a la "experiencia de lo sacro".
Por último, yo sé que merecía abordar más el tema del ateísmo; sin embargo, creo que la incomprensión del tema la resuelve mejor una tesela de Gustavo Bueno. Si se ponen a pensar la oposición ateísmo/teísmo es superficial, como la oposición ateísmo/religión o ciencia/religión. Ateísmo no es un término unívoco. Las oposiciones serían más bien entre racionalidad dogmática y crítica, o particularismo/universalismo.