¿Obras de arte o propaganda religiosa?
Publicado: Dom Nov 16, 2008 9:28 pm
Aquí no me voy a referir al patrimonio artístico-histórico de origen religioso, que eso es otro tema, si no las modernas «obras de arte» que tienen como motivo claras referencias religiosas. Estoy pensando en cuatro monumentos: el Cristo Redentor de Río de Janeiro, el Cristo del Otero en Palencia, el Cristo del Naranco en Oviedo, y la cruz del Valle de los Caídos. Todos ellos monumentos, obras de arte y símbolos religiosos que presiden omnipresentemente todo el paisaje circundante. Seguro que hay muchos más.
La pregunta es ¿es tolerable este tipo de símbolos religiosos en nuestro paisaje cotidiano, por mucha obra de arte que sea? ¿Qué habría que hacer con ellos? Por mi parte tengo claro que no son lo mismo que, por ejemplo, la catedral de León, que por más que sea un templo católico y se vea desde todos los puntos de la ciudad pesa más su valor histórico artístico que su condición de templo. Estoy seguro que la mayoría de las personas que entran en ella no ven un templo si no una obra de arte del Gótico. Pero no tengo tan claro lo de los otros monumentos.
El Cristo Redentor de Río de Janeiro es sin duda una atracción turística de primer orden, comparable a la estatua de la Libertad de Nueva York, pero ¿hasta qué punto su significado religioso impera en el monumento?
El Cristo del Naranco es mera propaganda religiosa. Yo viví varios años en Oviedo y puedo aseguraros que ni es un atractivo turístico, ni un referente monumental, ni nada. Mucha gente, cuando llega por primera vez a Oviedo se sorprende de ver semejante mamotreto en lo alto de la montaña.
El Cristo del Otero en Palencia lo conozco menos, pero por las referencias que tengo tiene mucho más de propaganda religiosa que de atractivo turístico. Es un cristo de 30 metros, en realidad más grande que el de Río, aunque el monumento de Río es más grande por que se le mide el pedestal. Por su tamaño debería ser un monumento tan conocido como aquel, pero pasa lo mismo que con el de Oviedo, la gente se entera de su existencia cuando llega a Palencia. Así que, en definitiva, es poco monumento y mucha propaganda.
Lo de la cruz del Calle de los Caídos es ya de denuncia, puesto que no sólo es propaganda religiosa si no fascista. Los únicos interesados en visitar el monumento son los nostálgicos del franquismo y los católicos más reaccionarios. Pero claro, es un monumento impresionante, y hecho sobre las costillas de los represaliados, obligados sí, pero también está ahí su esfuerzo. Es algo raro.
Hace algunos años en Portugal, no sé si alguno lo recuerda, se puso de moda levantar grandes cruces fluorescentes en las casas. Tenía que ver con no sé qué secta milenarista, o algo así, y no sé que fue de todo aquello. Esto de las grandes cruces creo que es muy común en Estados Unidos. En otras partes del mundo las estatuas son de Buda. Los budistas son muy dados a este tipo de estatuas gigantes, y en esos países el budismo ejerce el mismo control social que aquí la Iglesia católica, o el cristianismo en general.
¿Deberían desaparecer estas obras de arte, vamos a suponer que lo son, por sus clara propaganda religiosa? Es una pregunta que me hago, por que, en principio, tiendo a valorar todo lo que es arte, pero es que aveces me sublevan. No menos obra de arte eran las estatuas de Lenin y las que glorificaban la Revolución soviética, y cuando cayó la URSS se las llevaron por delante.
La pregunta es ¿es tolerable este tipo de símbolos religiosos en nuestro paisaje cotidiano, por mucha obra de arte que sea? ¿Qué habría que hacer con ellos? Por mi parte tengo claro que no son lo mismo que, por ejemplo, la catedral de León, que por más que sea un templo católico y se vea desde todos los puntos de la ciudad pesa más su valor histórico artístico que su condición de templo. Estoy seguro que la mayoría de las personas que entran en ella no ven un templo si no una obra de arte del Gótico. Pero no tengo tan claro lo de los otros monumentos.
El Cristo Redentor de Río de Janeiro es sin duda una atracción turística de primer orden, comparable a la estatua de la Libertad de Nueva York, pero ¿hasta qué punto su significado religioso impera en el monumento?
El Cristo del Naranco es mera propaganda religiosa. Yo viví varios años en Oviedo y puedo aseguraros que ni es un atractivo turístico, ni un referente monumental, ni nada. Mucha gente, cuando llega por primera vez a Oviedo se sorprende de ver semejante mamotreto en lo alto de la montaña.
El Cristo del Otero en Palencia lo conozco menos, pero por las referencias que tengo tiene mucho más de propaganda religiosa que de atractivo turístico. Es un cristo de 30 metros, en realidad más grande que el de Río, aunque el monumento de Río es más grande por que se le mide el pedestal. Por su tamaño debería ser un monumento tan conocido como aquel, pero pasa lo mismo que con el de Oviedo, la gente se entera de su existencia cuando llega a Palencia. Así que, en definitiva, es poco monumento y mucha propaganda.
Lo de la cruz del Calle de los Caídos es ya de denuncia, puesto que no sólo es propaganda religiosa si no fascista. Los únicos interesados en visitar el monumento son los nostálgicos del franquismo y los católicos más reaccionarios. Pero claro, es un monumento impresionante, y hecho sobre las costillas de los represaliados, obligados sí, pero también está ahí su esfuerzo. Es algo raro.
Hace algunos años en Portugal, no sé si alguno lo recuerda, se puso de moda levantar grandes cruces fluorescentes en las casas. Tenía que ver con no sé qué secta milenarista, o algo así, y no sé que fue de todo aquello. Esto de las grandes cruces creo que es muy común en Estados Unidos. En otras partes del mundo las estatuas son de Buda. Los budistas son muy dados a este tipo de estatuas gigantes, y en esos países el budismo ejerce el mismo control social que aquí la Iglesia católica, o el cristianismo en general.
¿Deberían desaparecer estas obras de arte, vamos a suponer que lo son, por sus clara propaganda religiosa? Es una pregunta que me hago, por que, en principio, tiendo a valorar todo lo que es arte, pero es que aveces me sublevan. No menos obra de arte eran las estatuas de Lenin y las que glorificaban la Revolución soviética, y cuando cayó la URSS se las llevaron por delante.