job escribió:¿Y que piensa la Iglesia católica de dicho libro?.
Realmente para conocer y atacar a la Iglesia hay que conocer que dice. Y ningún buen ateo, escuchará nunca. Con lo que no hay manera de que pueda decidir por él mismo, ya que siempre estará influenciado de diversas maneras.
Muchos sacerdotes son eminentes científicos y muchos eminentes científicos son católicos. ¿Por qué no escuchan los valores que promueven sus charlas o conferencias?.
No se puede elegir si se desconoce la elección; quiero decir no se puede elegir entre ateo o nada. Pues solo queda el ateísmo. No hay posibilidad de elección.
Saludos...
Bien, y entonces, ¿de donde es que surgimos los ateos? ¿somos acaso producto de la generación espontánea? ¿Nos creó dios "alderede"?
Lo que entiendo de esto es que un buen ateo nunca escuchará lo que tiene que decir la iglesia, por lo tanto no podrá elegir por sí mismo entre ser ateo o ser católico, entonces no puede ser ateo para comenzar, al menos no por voluntad propia, por lo tanto no es un buen ateo, alguna fuerza extraña lo convirtió... entonces, si no es buen ateo, ¿tal vez si se atreva a escuchar lo que tiene que decir la iglesia? Tal vez... tal vez... y una vez escuchado, podrá entonces sí decidir por sí mismo... y seguir eligiendo el ateísmo, y entonces sí será buen ateo, pero como ya ha escuchado lo que la iglesia tenía que decir, no necesita escucharlo de nuevo.
Vaya, pues es eso más o menos lo que ocurre con muchos ateos, algo los desilusiona de la iglesia católica, comienzan a dudar, se hacen "malos ateos", y comienzan a preguntar a su religión, a cuestionarla, y cuando ésta no tiene nada convincente que decirles, terminan por convertirse en ateos.
Pero los ateos escuchan, los ateos analizan, antes que ateos, al menos los "buenos ateos", son personas racionales, que terminan por descubrir que carecen de razones para creer en dios, mucho menos en alguna religión organizada. Créeme, los ateos escuchamos, muy atentamente.
Lo irónico de todo esto es que la mayoría de las veces, quienes no se paran a escuchar realmente lo que les dice la iglesia son los creyentes, se limitan a aceptar esa "esperanza" que les da el culto.
¿Acaso no es un buen creyente aquel que no cuestiona, que cree por fe y nada más? Pero si no se cuestiona, ¿como se puede estar en verdad
escuchando? Y si no se escucha de verdad, no sólo con el corazón, como entiendo escuchan los creyentes, sino con la razón, ¿como se puede elegir?
No, me parece que has volteado las cosas de alguna manera, son los creyentes, los buenos creyentes, los que no tienen posibilidad de elegir, pues antes ellos, desde su fe, se despliegan sólo dos opciones, creer o condenarse, ¿como puede haber elección en este caso?
¿Y qué si dios existiera, pero no fuera exclusivo de una religión? ¿Qué tal si dios existiera y hubiera creado todas las religiones que existen para que el ser humano puede elegir la forma que prefiera para alabarle? O más aún, ¿qué tal si dios existiera y no demandara alabanza alguna, si hubiera creado al hombre con verdadero libre albedrío dándole la libertad para salvarse de la manera que considerara -el hombre- mejor para sí mismo? Bueno, ese es el mundo que veo yo como ateo, sólo que sin ese dios. La fe, cualquiera que sea, te puede ayudar si simplemente necesitas una esperanza más grande que tú mismo para sobrevivir, así como una persona puede necesitar tomar litio para sobrevivir.
El gran problema, el gran enojo que siento es que esas religiones no se limiten a dar alivio al hombre, sino que le exijan en pago más de lo que recibe, que le demanden exclusividad y que rinda su voluntad. ¿No es una de las máximas de la iglesia católica que la verdadera libertad está en rendirse a la voluntad de dios? ¿Y no afirma la iglesia católica que la voluntad de dios pasa sólo a través suyo? Entonces, la iglesia está afirmando que el hombre sólo es verdaderamente libre cuando rinde su voluntad a la iglesia, a sus jerarcas y a sus intereses políticos, y a cambio de ello le dan la promesa inmaterial de que tal vez, sólo tal vez, después de muerto no sufrirá, eternamente, aun más de lo que sufre en vida; no, no me parece un intercambio justo.
Elimina de la religión católica la idea del castigo eterno, elimina la necesidad de rendir homenaje y obedecer a los sacerdotes, obispos y papas, elimina toda esa superestructura política del catolicismo y deja sólo el amor al prójimo, la buena voluntad, el ayudar a los necesitados, y entonces, al menos yo, no tendré el menos problema con que exista la religión católica.