Firma el Manifiesto de la Ciencia contra la religión
Publicado: Mié Abr 08, 2009 1:11 pm
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Manifiesto de la ciencia contra la ofensiva de la religión
Los abajo firmantes, pertenecientes a las ciencias naturales, a las ciencias sociales y a las ciencias humanas, desde las matemáticas hasta la filosofía, pasando entre otras por la física, la biología, la psicología y la sociología, queremos manifestar lo siguiente.
Cuando al final de la edad media, la razón y la ciencia consiguieron desprenderse del dogmatismo de la fe con el surgimiento de la ilustración y de la modernidad, la religión, arrinconada por la racionalidad científica, actuó a la defensiva y proclamó la independencia entre fe y razón para proteger a la primera del descrédito con que la señalaba la segunda.
Los científicos volvieron a sus quehaceres y se olvidaron de la religión, cuestión que creyeron definitivamente cerrada dada la evidencia de su falta tanto de base empírica como de fundamento filosófico.
La religión, sin embargo, nunca aceptó de buen grado la separación entre fe y razón, e intentó siempre que pudo someter las evidencias científicas a sus concepciones dogmáticas. Y así asistimos hoy en día a una nueva cruzada de la fe, en la que la religión pretende tergiversar los hechos científicos e invadir el espacio público imponiendo a los demás unas creencias que no deberían salir en ningún caso del ámbito privado. Después de decenios en los que la religión permanecía en segundo plano debido a cierto complejo de inferioridad ante los éxitos de una ciencia que le sacaba los colores, ha salida de su retiro forzado con un entusiasmo tan desbordante como dogmático con la intención de dirigir a la sociedad hacia unas posiciones sin fundamento científico, en una especie de regreso a un pasado medieval.
Sentimos un profundo respeto tanto por los creyentes como por su anhelo subyacente de encontrar respuestas vitales a la pregunta del sentido de la realidad. Sin embargo, no podemos aceptar que un tipo de pensamiento arcaico como el religioso que, en muchos aspectos, puede calificarse de pensamiento mágico, pretenda dirigir la sociedad como si aún nos hallásemos en una edad media sometida al fundamentalismo de unas creencias ajenas a la evidencia científica y a un integrismo inmune a cualquier razón filosófica.
De la misma forma que en el pasado la religión atacó la geología porque sus descubrimientos estaban en contradicción con la Biblia, niega ahora las evidencias de la evolución de las especies con la ocurrencia del diseño inteligente lo mismo que pretende que creamos que existe una persona en un óvulo recién fecundado como si estuviésemos ante algún tipo de suceso mágico repentino, cuando todos los datos científicos muestran que la aparición de una persona es un proceso gradual a medida que madura su sistema nervioso central. Las creencias religiosas no serían tan criticables si no fuese porque pretenden imponerse a los demás, condicionando cuestiones prácticas como, por ejemplo, la investigación con células madre, la interrupción voluntaria del embarazo, el derecho a una muerte digna o los matrimonios entre personas del mismo sexo. Su defensa sin fundamento científico de que existe una ley natural, un derecho natural, que está por encima de las personas no es más que un intento de imponer sus dogmas fundamentalistas a los demás.
Se ha acusado a la ciencia de ser sólo una creencia más, pretendiendo así ponerla a la misma altura que cualquier creencia religiosa. Sin embargo, esto no es así dado el carácter autocrítico de la ciencia y de la razón. La razón ha sido examinada y criticada exhaustivamente, tanto desde el ámbito filosófico como desde el científico, y los cambios que se han producido en los dos últimos siglos muestran hasta qué punto se ha corregido la metodología científica. La razón es inherentemente crítica consigo misma y siempre se pone en cuestión mientras que la fe sólo pretende defender el dogma religioso contra cualquier evidencia o argumento que se le presente. La ciencia y la razón saben que sus verdades son siempre provisionales mientras que la religión se cree en posesión de la Verdad absoluta.
Por todo esto, consideramos que, ante esta ofensiva en toda regla del dogmatismo religioso, la ciencia tiene que volver a levantar la voz, desde las ciencias naturales hasta las ciencias humanas pasando por las ciencias sociales, y dejar claro que la tergiversación a la que somete la religión la evidencia científica y los sofismas en los que enreda los argumentos filosóficos resultan inaceptables en pleno siglo XXI.
Estamos dispuestos a entendernos con los creyentes y a comprenderlos desde posiciones antropológicas, psicológicas y sociológicas, especialmente a los creyentes de base que no participan en esta cruzada de la religión institucional y conservadora; pero resulta inadmisible que los ciegos pretendan señalarles a los que ven hacia donde debe caminar la sociedad y quieran hacerlo, además, con una suficiencia tan prepotente como fuera de lugar, y más propia de un fundamentalismo medieval que de una persona racional y moderna.
Así le pedimos a la religión que regrese al ámbito privado del hogar de cada cual, de donde nunca debió salir, y a los poderes públicos que defiendan a la sociedad de esta ofensiva integrista trasnochada que pretende invadir el espacio público substituyendo la racionalidad científica por el dogmatismo religioso y retrotraernos a una época medieval que ya creíamos superada.
- Luis Manuel Ledo Regal (físico y filósofo)
- Beatriz Alcaide Arenales (licenciada en economía y profesora)
- Albeto Amortegui
- Sergio Aranda Klein (licenciado en ingeniería)
- Gloria Arbones Fernandez-Vega
- Mª José Arbones Fernández-Vega (diplomada universitaria en enfermeria)
- Fernando Arenas Mena (enfermero)
- José Miguel Arranz Sanz (licenciado en filosofía y profesor)
- César Barrantes Bolaños (periodista, secretario Asociación Costarricense de Humanistas Seculares)
- Eugenia Biurrun Arraiza (MBA en mercadotecnia y administración de empresas)
- Jeudy Blanco (ingeniero en computación, presidente de la Asociación Costarricense de Humanistas Seculares)
- Coral Bravo
- Laura Callizo Villagrasa (estudiante de geología)
- Jesús Javier Chaves Declara (licenciado en derecho)
- Luis María Cifuentes (catedrático de filosofía del IES Nuestra Señora de la Almudena)
- Daniel de Culla (estudios superiores)
- Josep Maria Encuentra Martínez (licenciado en psicología)
- Antonio Estevez Dieguez (perito químico)
- Carlos Ginés Vázquez (estudiante de biología)
- Ricardo Forcat González (bachiller superior)
- Laura Gil de Santos (formación profesional)
- Guillermo Guevara Pardo
- Fernando Gutiérrez (profesor de matemáticas y filosofía)
- Marco Inghilleri (psicólogo, presidente de la Associazione Italiana di Psicologia e Sociologia Interattivo-Costruttivista)
- Manuel Roberto Leonís Ruiz (estudios medios tecnológicos y mercadotecnia)
- Alberto López Vela
- Juan Ignacio Manrique Berki (diplomado universitario en trabajo social)
- Rita Mañús Rayos (estudiante de psicología, directora de http://www.revista-ellas.com, presidenta de la asociación Mujeres para la Libertad y la Vida)
- Antonio Martín González (licenciado en psicología, profesor de universidad)
- Andrés Martínez García
- Rafael Martínez-Miralles (licenciado en derecho)
- Victoria Martínez Sogorb
- Ascensión Matilla Elices
- Francisco Mercader Rubio (licenciado en bellas artes)
- Concha Merchán hernández (profesora)
- Francisco Miñarro
- Juan Molina Porras (catedrático de lengua castellana y literatura del IES Murillo, miembro del Proyecto de Investigación I+D+I Plan Nacional 2008-2010)
- Joan Morera Arbones (licenciado en bellas artes)
- Ángel Naranjo del Peso
- Federico Noriega Gonzalez
- Roberto Núñez (estudiante de informática)
- Ana María Palos de Foronda
- Silvana Perazo Silvani (profesora de educación especial)
- Miguel Angel Pineda Jauregui
- Óskar Rómmel Piragaüta Rivera (diseñador gráfico)
- Hugo Mora Poltronieri (magister en ciencias de la educación Universidad de Minnesota, profesor de ciencias y química, profesor de metodología de las ciencias Facultad de Educación Universidad de Costa Rica)
- Luis R. Ramos Rodriguez (presidente de la Sociedad de Escépticos de Puerto Rico)
- José Rayos Menárgez
- Pascuala Reina Garcia (tecnica superiora en educación infantil)
- Milagros Riera
- Ricardo Rodríguez del Río (licenciado en derecho)
- José Rodríguez Pimentel (licenciado en filosofía, psicología y teología, profesor titular de la Universidad de Salamanca)
- Guadalupe Sánchez Guinart (licenciada en ciencias del trabajo)
- Miguel Sanz Alix (catedrático de matemática aplicada de la Universitat de València)
- Rose-Marie Serrano (lingüista y profesora)
- María Fernanda Serrano Carrasco (licenciada en pedagogía y psicóloga clínica, profesora de la Universidad de Salamanca)
- Lízbeth Solano Alpízar (licenciada en psicología)
- María José Teruel López (estudiante de filosofía)
- Luis Vega Domingo (ingeniero aeronáutico, presidente de AMAL)
- Gabriela Karina Zanger Rial
- José Luis Zerón Huguet (director de la revista Empireuma)
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- DNI o equivalente
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Manifiesto de la ciencia contra la ofensiva de la religión
Los abajo firmantes, pertenecientes a las ciencias naturales, a las ciencias sociales y a las ciencias humanas, desde las matemáticas hasta la filosofía, pasando entre otras por la física, la biología, la psicología y la sociología, queremos manifestar lo siguiente.
Cuando al final de la edad media, la razón y la ciencia consiguieron desprenderse del dogmatismo de la fe con el surgimiento de la ilustración y de la modernidad, la religión, arrinconada por la racionalidad científica, actuó a la defensiva y proclamó la independencia entre fe y razón para proteger a la primera del descrédito con que la señalaba la segunda.
Los científicos volvieron a sus quehaceres y se olvidaron de la religión, cuestión que creyeron definitivamente cerrada dada la evidencia de su falta tanto de base empírica como de fundamento filosófico.
La religión, sin embargo, nunca aceptó de buen grado la separación entre fe y razón, e intentó siempre que pudo someter las evidencias científicas a sus concepciones dogmáticas. Y así asistimos hoy en día a una nueva cruzada de la fe, en la que la religión pretende tergiversar los hechos científicos e invadir el espacio público imponiendo a los demás unas creencias que no deberían salir en ningún caso del ámbito privado. Después de decenios en los que la religión permanecía en segundo plano debido a cierto complejo de inferioridad ante los éxitos de una ciencia que le sacaba los colores, ha salida de su retiro forzado con un entusiasmo tan desbordante como dogmático con la intención de dirigir a la sociedad hacia unas posiciones sin fundamento científico, en una especie de regreso a un pasado medieval.
Sentimos un profundo respeto tanto por los creyentes como por su anhelo subyacente de encontrar respuestas vitales a la pregunta del sentido de la realidad. Sin embargo, no podemos aceptar que un tipo de pensamiento arcaico como el religioso que, en muchos aspectos, puede calificarse de pensamiento mágico, pretenda dirigir la sociedad como si aún nos hallásemos en una edad media sometida al fundamentalismo de unas creencias ajenas a la evidencia científica y a un integrismo inmune a cualquier razón filosófica.
De la misma forma que en el pasado la religión atacó la geología porque sus descubrimientos estaban en contradicción con la Biblia, niega ahora las evidencias de la evolución de las especies con la ocurrencia del diseño inteligente lo mismo que pretende que creamos que existe una persona en un óvulo recién fecundado como si estuviésemos ante algún tipo de suceso mágico repentino, cuando todos los datos científicos muestran que la aparición de una persona es un proceso gradual a medida que madura su sistema nervioso central. Las creencias religiosas no serían tan criticables si no fuese porque pretenden imponerse a los demás, condicionando cuestiones prácticas como, por ejemplo, la investigación con células madre, la interrupción voluntaria del embarazo, el derecho a una muerte digna o los matrimonios entre personas del mismo sexo. Su defensa sin fundamento científico de que existe una ley natural, un derecho natural, que está por encima de las personas no es más que un intento de imponer sus dogmas fundamentalistas a los demás.
Se ha acusado a la ciencia de ser sólo una creencia más, pretendiendo así ponerla a la misma altura que cualquier creencia religiosa. Sin embargo, esto no es así dado el carácter autocrítico de la ciencia y de la razón. La razón ha sido examinada y criticada exhaustivamente, tanto desde el ámbito filosófico como desde el científico, y los cambios que se han producido en los dos últimos siglos muestran hasta qué punto se ha corregido la metodología científica. La razón es inherentemente crítica consigo misma y siempre se pone en cuestión mientras que la fe sólo pretende defender el dogma religioso contra cualquier evidencia o argumento que se le presente. La ciencia y la razón saben que sus verdades son siempre provisionales mientras que la religión se cree en posesión de la Verdad absoluta.
Por todo esto, consideramos que, ante esta ofensiva en toda regla del dogmatismo religioso, la ciencia tiene que volver a levantar la voz, desde las ciencias naturales hasta las ciencias humanas pasando por las ciencias sociales, y dejar claro que la tergiversación a la que somete la religión la evidencia científica y los sofismas en los que enreda los argumentos filosóficos resultan inaceptables en pleno siglo XXI.
Estamos dispuestos a entendernos con los creyentes y a comprenderlos desde posiciones antropológicas, psicológicas y sociológicas, especialmente a los creyentes de base que no participan en esta cruzada de la religión institucional y conservadora; pero resulta inadmisible que los ciegos pretendan señalarles a los que ven hacia donde debe caminar la sociedad y quieran hacerlo, además, con una suficiencia tan prepotente como fuera de lugar, y más propia de un fundamentalismo medieval que de una persona racional y moderna.
Así le pedimos a la religión que regrese al ámbito privado del hogar de cada cual, de donde nunca debió salir, y a los poderes públicos que defiendan a la sociedad de esta ofensiva integrista trasnochada que pretende invadir el espacio público substituyendo la racionalidad científica por el dogmatismo religioso y retrotraernos a una época medieval que ya creíamos superada.
- Luis Manuel Ledo Regal (físico y filósofo)
- Beatriz Alcaide Arenales (licenciada en economía y profesora)
- Albeto Amortegui
- Sergio Aranda Klein (licenciado en ingeniería)
- Gloria Arbones Fernandez-Vega
- Mª José Arbones Fernández-Vega (diplomada universitaria en enfermeria)
- Fernando Arenas Mena (enfermero)
- José Miguel Arranz Sanz (licenciado en filosofía y profesor)
- César Barrantes Bolaños (periodista, secretario Asociación Costarricense de Humanistas Seculares)
- Eugenia Biurrun Arraiza (MBA en mercadotecnia y administración de empresas)
- Jeudy Blanco (ingeniero en computación, presidente de la Asociación Costarricense de Humanistas Seculares)
- Coral Bravo
- Laura Callizo Villagrasa (estudiante de geología)
- Jesús Javier Chaves Declara (licenciado en derecho)
- Luis María Cifuentes (catedrático de filosofía del IES Nuestra Señora de la Almudena)
- Daniel de Culla (estudios superiores)
- Josep Maria Encuentra Martínez (licenciado en psicología)
- Antonio Estevez Dieguez (perito químico)
- Carlos Ginés Vázquez (estudiante de biología)
- Ricardo Forcat González (bachiller superior)
- Laura Gil de Santos (formación profesional)
- Guillermo Guevara Pardo
- Fernando Gutiérrez (profesor de matemáticas y filosofía)
- Marco Inghilleri (psicólogo, presidente de la Associazione Italiana di Psicologia e Sociologia Interattivo-Costruttivista)
- Manuel Roberto Leonís Ruiz (estudios medios tecnológicos y mercadotecnia)
- Alberto López Vela
- Juan Ignacio Manrique Berki (diplomado universitario en trabajo social)
- Rita Mañús Rayos (estudiante de psicología, directora de http://www.revista-ellas.com, presidenta de la asociación Mujeres para la Libertad y la Vida)
- Antonio Martín González (licenciado en psicología, profesor de universidad)
- Andrés Martínez García
- Rafael Martínez-Miralles (licenciado en derecho)
- Victoria Martínez Sogorb
- Ascensión Matilla Elices
- Francisco Mercader Rubio (licenciado en bellas artes)
- Concha Merchán hernández (profesora)
- Francisco Miñarro
- Juan Molina Porras (catedrático de lengua castellana y literatura del IES Murillo, miembro del Proyecto de Investigación I+D+I Plan Nacional 2008-2010)
- Joan Morera Arbones (licenciado en bellas artes)
- Ángel Naranjo del Peso
- Federico Noriega Gonzalez
- Roberto Núñez (estudiante de informática)
- Ana María Palos de Foronda
- Silvana Perazo Silvani (profesora de educación especial)
- Miguel Angel Pineda Jauregui
- Óskar Rómmel Piragaüta Rivera (diseñador gráfico)
- Hugo Mora Poltronieri (magister en ciencias de la educación Universidad de Minnesota, profesor de ciencias y química, profesor de metodología de las ciencias Facultad de Educación Universidad de Costa Rica)
- Luis R. Ramos Rodriguez (presidente de la Sociedad de Escépticos de Puerto Rico)
- José Rayos Menárgez
- Pascuala Reina Garcia (tecnica superiora en educación infantil)
- Milagros Riera
- Ricardo Rodríguez del Río (licenciado en derecho)
- José Rodríguez Pimentel (licenciado en filosofía, psicología y teología, profesor titular de la Universidad de Salamanca)
- Guadalupe Sánchez Guinart (licenciada en ciencias del trabajo)
- Miguel Sanz Alix (catedrático de matemática aplicada de la Universitat de València)
- Rose-Marie Serrano (lingüista y profesora)
- María Fernanda Serrano Carrasco (licenciada en pedagogía y psicóloga clínica, profesora de la Universidad de Salamanca)
- Lízbeth Solano Alpízar (licenciada en psicología)
- María José Teruel López (estudiante de filosofía)
- Luis Vega Domingo (ingeniero aeronáutico, presidente de AMAL)
- Gabriela Karina Zanger Rial
- José Luis Zerón Huguet (director de la revista Empireuma)