PENSAMIENTO CRÍTICO REFICULIANO
Publicado: Mié May 06, 2009 5:01 pm
Hay muchas cosas de mi cosechas y otras sacadas de internet o de esas agrupaciones de hojas con letras que llaman libros. El caso es que, en esta primera entrega, está todo tan elaborado y mezclado, que sería un coñazo andar entrecomillando todas las citas.
Lo importante es que os resulte de alguna utilidad el presente
… pero ¿sabes pensar?
Te enseñaron a hablar, a escribir, a conducir un coche,…, pero ¿alguna vez te enseñaron a pensar? ¿O aprendiste por tus propios medios, “como todo el mundo”?
Cuando te decían “Niño, no digas tonterías” o “¡Qué ocurrencias tienes!”, tú comprendías que esos pensamientos eran incorrectos o inadecuados. Por el contrario, si exclamaban “¡Qué listo eres!” o ¡Excelente idea!, te anotabas un tanto.
Ya, más mayorcito, bien por los estudios o porque te aficionaste a la lectura, incorporaste ideas y conceptos ajenos a tu pensamiento. Y, básicamente, aprendiste así. ¿Verdad?
Pues NO, lamento decirte que no sabes pensar.
Lo cierto es que sólo te enseñaron a diferenciar entre pensamientos buenos y malos, políticamente correctos o incorrectos. Después, añadiste datos a tu memoria que te sirven para pasar por persona culta, pero nadie te enseñó a pensar.
Generalmente, los únicos que están satisfechos con su capacidad de pensamiento son aquellos pobres pensadores que creen que el objetivo de pensar es probar que tienen razón (para su propia satisfacción).
La dificultad principal del pensamiento es la confusión; se mezclan demasiadas cosas al mismo tiempo: emociones, información, lógica, esperanzas, creatividad,… Es como hacer juegos malabares con demasiadas pelotas.
Pensar, como todo, no es difícil cuando se sabe cómo hacerlo y se adquiere algo de práctica. No hace falta ser un genio, ni tener un gran coeficiente intelectual (CI), para ser un buen pensador.
De hecho, está comprobado que un CI alto no garantiza el éxito en la vida. Esto sólo afecta a nuestra mente racional; la que usamos, por ejemplo, cuando queremos hacer un cálculo matemático. Es muy útil, desde luego, pero es una mente lenta, que debe ser activada conscientemente.
También tenemos una inteligencia automática, rápida y fácil. Prácticamente, funciona sola y se basa en la experiencia vivida y en todo lo aprendido de forma inconsciente, emociones, prejuicios, etc. Pero esta inteligencia experiencial no funciona por lógica, como la racional, sino por asociaciones.
Un ejemplo:
Juan lleva meses buscando trabajo, sin éxito. Sin embargo, estrenó corbata para asistir a una entrevista, y fue seleccionado entre varios cientos de aspirantes. Desde entonces, se pone esa corbata cada vez que tiene una reunión importante.
Afortunadamente Juan no es demasiado crédulo ni supersticioso. Su mente racional le dice que eso es una tontería. Si algún día no dispone de su corbata/amuleto, lo aceptará con cierta resignación, pero no lo dará todo por perdido, ni le supondrá un trauma.
Por lo general, ambas mentes trabajan unidas, de modo que no nos damos cuenta de su existencia, excepto cuando surgen contradicciones entre ellas; cuando “la cabeza nos dice una cosa y el corazón otra distinta”.
Los buenos pensadores son personas que se aceptan a sí mismas y a los demás. Piensan que su vida tiene sentido. Son optimistas, pero de un modo realista. No hacen generalizaciones de sus experiencias, tanto positivas como negativas. Se enfrentan a la incertidumbre y a las complejidades de la vida diaria, en vez de recurrir a las supersticiones y a otras formas de pensamiento mágico para explicar o controlar su ambiente. Manejan las emociones negativas con un mínimo de estrés y se ponen en marcha para resolver los problemas de un modo efectivo, en vez de estar lamentándose sin hacer nada. Están orientados a la solución de problemas, en vez de dedicarse a juzgarse a sí mismos y a los demás. Son pensadores flexibles que saben adaptar su comportamiento a las distintas situaciones de la vida y ven tanto el lado bueno como el malo de las cosas. El buen pensador constructivo "acepta lo que no puede cambiarse, cambia lo que puede cambiarse y conoce la diferencia entre ambas cosas"
Si queremos llegar a ser buenos pensadores, debemos comenzar por desechar todas nuestras ideas irracionales. Es decir, aquellos puntos de vista o creencias rígidas que tenemos. Estas ideas corrompen el pensamiento y limitan el desarrollo de nuestro potencial; son como una prisión o una tumba para tu mente. Pensar de manera irracional, nos trae como consecuencia la producción de emociones negativas tales como ansiedad, depresión, resentimiento, culpabilidad, baja autoestima,…
Por otra parte, debemos de dejar de engañarnos a nosotros mismos. Solemos pensar que las emociones son el producto de los acontecimientos.
Un caso práctico:
Todos los alumnos debían exponer un tema en clase. Cuando le llegó el turno a Javier, fue objeto de una broma pesada por parte de un compañero que se burló de su trabajo. Javier se sintió fatal, le entraron ganas de estrangular a aquel idiota. Javier, que no es un buen pensador, está convencido que su malestar es un efecto directo de la mala acción de su compañero.
Javier ignora que, en realidad, las emociones son producto de los pensamientos que tenemos acerca de los acontecimientos. Él piensa en términos de HECHO => EMOCIÓN, cuando la cadena completa es:
Hecho o ESTÍMULO => INTERPRETACIÓN =>ENMOCIONES => RESPUESTA o comportamiento.
Analizar las vivencias sobre el papel, cumplimentando esos cuatro conceptos, es una práctica muy recomendable para quienes quieren llegar a ser buenos pensadores.
Javier debería hacer cuatro columnas:
1ª (ESTÍMULO): Burla del compañero.
2ª (INTERPRETACIÓN): Ese compañero me odia, ha hecho que todos se rían de mí.
3ª (EMOCIONES): Me esforcé mucho, pero no hago nada bien; estrangularía a ese idiota que me ha puesto en ridículo.
4ª (RESPUESTA): Javier esperó al compañero a la salida de clase y le agredió, propinándole unos cuantos puñetazos.
A consecuencia de ello, fue expulsado y tuvo que ponerse a trabajar, pero los pocos empleos que encuentra son temporales y están mal pagados.
Ahora, Javier se da cuenta de que, si hubiera pensado de forma positiva, todo sería diferente:
1ª (ESTÍMULO): Burla del compañero.
2ª (INTERPRETACIÓN): Ese compañero es el payaso de la clase, nadie tomará en serio sus burlas.
3ª (EMOCIONES): Sin embargo, hay que reconocer que el chiste ha tenido gracia.
4ª (RESPUESTA): Javier sonríe abiertamente y contesta con otro comentario ingenioso y divertido, lo que provoca carcajadas en la clase y crea un magnífico ambiente.
Si alguien le hubiera enseñado a pensar, Javier habría acabado sus estudios, estaría bien situado y todos le considerarían una persona simpática y agradable con la que da gusto tratar en cualquier circunstancia.
Continuará.... si queréis más. Que uno está muy ocupado como para perder el tiempo posteando chorradas que no iteresan a nadie. ¿Vale?.
Lo importante es que os resulte de alguna utilidad el presente
CURSILLO DE PENSAMIENTO CRÍTICO REFICULIANO
Seguramente, ya habrás escuchado este refrán:Vigila tus PENSAMIENTOS,
se convierten en PALABRAS
Vigila tus PALABRAS,
se convierten en ACCIONES.
Vigila tus ACCIONES,
se convierten en HÁBITOS
Vigila tus HÁBITOS,
se convierten en CARÁCTER
Vigila tu CARÁCTER,
porque se convierte en tu DESTINO
Es decir, que toda tu existencia depende de tu PENSAMIENTO.se convierten en PALABRAS
Vigila tus PALABRAS,
se convierten en ACCIONES.
Vigila tus ACCIONES,
se convierten en HÁBITOS
Vigila tus HÁBITOS,
se convierten en CARÁCTER
Vigila tu CARÁCTER,
porque se convierte en tu DESTINO
… pero ¿sabes pensar?
Te enseñaron a hablar, a escribir, a conducir un coche,…, pero ¿alguna vez te enseñaron a pensar? ¿O aprendiste por tus propios medios, “como todo el mundo”?
Cuando te decían “Niño, no digas tonterías” o “¡Qué ocurrencias tienes!”, tú comprendías que esos pensamientos eran incorrectos o inadecuados. Por el contrario, si exclamaban “¡Qué listo eres!” o ¡Excelente idea!, te anotabas un tanto.
Ya, más mayorcito, bien por los estudios o porque te aficionaste a la lectura, incorporaste ideas y conceptos ajenos a tu pensamiento. Y, básicamente, aprendiste así. ¿Verdad?
Pues NO, lamento decirte que no sabes pensar.
Lo cierto es que sólo te enseñaron a diferenciar entre pensamientos buenos y malos, políticamente correctos o incorrectos. Después, añadiste datos a tu memoria que te sirven para pasar por persona culta, pero nadie te enseñó a pensar.
Generalmente, los únicos que están satisfechos con su capacidad de pensamiento son aquellos pobres pensadores que creen que el objetivo de pensar es probar que tienen razón (para su propia satisfacción).
La dificultad principal del pensamiento es la confusión; se mezclan demasiadas cosas al mismo tiempo: emociones, información, lógica, esperanzas, creatividad,… Es como hacer juegos malabares con demasiadas pelotas.
Pensar, como todo, no es difícil cuando se sabe cómo hacerlo y se adquiere algo de práctica. No hace falta ser un genio, ni tener un gran coeficiente intelectual (CI), para ser un buen pensador.
De hecho, está comprobado que un CI alto no garantiza el éxito en la vida. Esto sólo afecta a nuestra mente racional; la que usamos, por ejemplo, cuando queremos hacer un cálculo matemático. Es muy útil, desde luego, pero es una mente lenta, que debe ser activada conscientemente.
También tenemos una inteligencia automática, rápida y fácil. Prácticamente, funciona sola y se basa en la experiencia vivida y en todo lo aprendido de forma inconsciente, emociones, prejuicios, etc. Pero esta inteligencia experiencial no funciona por lógica, como la racional, sino por asociaciones.
Un ejemplo:
Juan lleva meses buscando trabajo, sin éxito. Sin embargo, estrenó corbata para asistir a una entrevista, y fue seleccionado entre varios cientos de aspirantes. Desde entonces, se pone esa corbata cada vez que tiene una reunión importante.
Afortunadamente Juan no es demasiado crédulo ni supersticioso. Su mente racional le dice que eso es una tontería. Si algún día no dispone de su corbata/amuleto, lo aceptará con cierta resignación, pero no lo dará todo por perdido, ni le supondrá un trauma.
Por lo general, ambas mentes trabajan unidas, de modo que no nos damos cuenta de su existencia, excepto cuando surgen contradicciones entre ellas; cuando “la cabeza nos dice una cosa y el corazón otra distinta”.
Los buenos pensadores son personas que se aceptan a sí mismas y a los demás. Piensan que su vida tiene sentido. Son optimistas, pero de un modo realista. No hacen generalizaciones de sus experiencias, tanto positivas como negativas. Se enfrentan a la incertidumbre y a las complejidades de la vida diaria, en vez de recurrir a las supersticiones y a otras formas de pensamiento mágico para explicar o controlar su ambiente. Manejan las emociones negativas con un mínimo de estrés y se ponen en marcha para resolver los problemas de un modo efectivo, en vez de estar lamentándose sin hacer nada. Están orientados a la solución de problemas, en vez de dedicarse a juzgarse a sí mismos y a los demás. Son pensadores flexibles que saben adaptar su comportamiento a las distintas situaciones de la vida y ven tanto el lado bueno como el malo de las cosas. El buen pensador constructivo "acepta lo que no puede cambiarse, cambia lo que puede cambiarse y conoce la diferencia entre ambas cosas"
Si queremos llegar a ser buenos pensadores, debemos comenzar por desechar todas nuestras ideas irracionales. Es decir, aquellos puntos de vista o creencias rígidas que tenemos. Estas ideas corrompen el pensamiento y limitan el desarrollo de nuestro potencial; son como una prisión o una tumba para tu mente. Pensar de manera irracional, nos trae como consecuencia la producción de emociones negativas tales como ansiedad, depresión, resentimiento, culpabilidad, baja autoestima,…
Por otra parte, debemos de dejar de engañarnos a nosotros mismos. Solemos pensar que las emociones son el producto de los acontecimientos.
Un caso práctico:
Todos los alumnos debían exponer un tema en clase. Cuando le llegó el turno a Javier, fue objeto de una broma pesada por parte de un compañero que se burló de su trabajo. Javier se sintió fatal, le entraron ganas de estrangular a aquel idiota. Javier, que no es un buen pensador, está convencido que su malestar es un efecto directo de la mala acción de su compañero.
Javier ignora que, en realidad, las emociones son producto de los pensamientos que tenemos acerca de los acontecimientos. Él piensa en términos de HECHO => EMOCIÓN, cuando la cadena completa es:
Hecho o ESTÍMULO => INTERPRETACIÓN =>ENMOCIONES => RESPUESTA o comportamiento.
Analizar las vivencias sobre el papel, cumplimentando esos cuatro conceptos, es una práctica muy recomendable para quienes quieren llegar a ser buenos pensadores.
Javier debería hacer cuatro columnas:
1ª (ESTÍMULO): Burla del compañero.
2ª (INTERPRETACIÓN): Ese compañero me odia, ha hecho que todos se rían de mí.
3ª (EMOCIONES): Me esforcé mucho, pero no hago nada bien; estrangularía a ese idiota que me ha puesto en ridículo.
4ª (RESPUESTA): Javier esperó al compañero a la salida de clase y le agredió, propinándole unos cuantos puñetazos.
A consecuencia de ello, fue expulsado y tuvo que ponerse a trabajar, pero los pocos empleos que encuentra son temporales y están mal pagados.
Ahora, Javier se da cuenta de que, si hubiera pensado de forma positiva, todo sería diferente:
1ª (ESTÍMULO): Burla del compañero.
2ª (INTERPRETACIÓN): Ese compañero es el payaso de la clase, nadie tomará en serio sus burlas.
3ª (EMOCIONES): Sin embargo, hay que reconocer que el chiste ha tenido gracia.
4ª (RESPUESTA): Javier sonríe abiertamente y contesta con otro comentario ingenioso y divertido, lo que provoca carcajadas en la clase y crea un magnífico ambiente.
Si alguien le hubiera enseñado a pensar, Javier habría acabado sus estudios, estaría bien situado y todos le considerarían una persona simpática y agradable con la que da gusto tratar en cualquier circunstancia.
Continuará.... si queréis más. Que uno está muy ocupado como para perder el tiempo posteando chorradas que no iteresan a nadie. ¿Vale?.