Ateísmo racional
Publicado: Mar Jul 08, 2008 8:18 pm
Luisa me preguntaba en otro hilo por mis planetamientos sobre el ateísmo respecto a la polémica con la "revolución" y el "orgullo", y en vista de que aún no se recupera del foro anterior (donde hubo interesantes discusiones), pues vuelvo a pulbicarlos. En principio los considero planetamientos socio-políticos. También abrí el mismo tema en el foro Brights en español, pero por allí solo eramos dos.
Ateísmo racional - Una visión (auto) crítica y racional-científica
El ateísmo es un fenómeno social desde que, o bien varios individuos participan en un foro virtual o bien desde que publican libros ateístas en el mundo real. Y es uno que, como cualquier otro fenómeno social, no está libre de problemas intra- como extrasociales, siendo las más evidentes las controversias respecto a posturas sociopolíticas, que en realidad están mucho más allá del único vínculo real entre ateos: no creer en Dios/dios/dioses.
Ocurre que muchos ateos, no se si todos, comparten ciertas actitudes, deseos, fantasías y proyectos, más o menos irrealizables, más o menos irracionales y más o menos contraproducentes socialmente. Es muy probable que el así llamado "neoateísmo" no sea sino otro paradigma social que emerge de la sociedad norteamericana como reacción al contexto creado, por un lado, por los 'terroristas' y la "amenaza" del Islam, y por otro, la amenaza que representan las pretensiones sociopolíticas del fundamentalismo cristiano en EEUU.
Pienso que el primer problema (extrasocial) que surge aquí es que tal "neoateísmo", como casi todo en la mentalidad anglosajona, se pretende exportar a todo el planeta (o imponerlo), y extender ciertos deseos y fantasías, quizás funcionales dentro de su propio contexto, a todas las socioculturas del mundo. Obviamente, esto puede ser sencillamente inaplicable, y es todo un problema que hay que analizar.
Un segundo problema aparece dentro del propio contexto euro-americano (sobre todo en EEUU): definir a las "amenazas" y a los "enemigos", siempre religiosos y relacionados con la religión, puede conducir (mejor dicho: ha conducido) a una fuerte distorsión de conceptos, al surgimiento de cierto pensamiento reaccionario, y a una aversión al estudio (científico) del fenómeno religioso. Típicamente muchos ateos piensan que a las religiones no hay que estudiarlas porque esto representaría una "pérdida de tiempo" para la ciencia. Otros creen que la religión y todo lo que tenga que ver con ella es potencialmente "maligno", y en consecuencia, no pocos creen que estamos en una verdadera "guerra", y toman el problema desde la óptica del proselitismo, sectarismo, territorialidad y la segregación. Es muy probable que bajo la idea de "orgullo ateo" exista no sólo un libre derecho a expresarse y sentirse orgulloso de las propias convicciones, sino también una justificación para la intolerancia, los deseos de reprimir las creencias religiosas o negarse a un posible diálogo ateísmo-teísmo.
Todo lo anterior podría definirse como la irracionalidad emergente en el (neo) ateísmo, y es entonces necesario, por un lado, reconocer y definir una Problemática del Ateísmo, y analizar y discutir críticamente las más controvertidas posturas (p.ej. que el "mosquetero ateo" Hitchens apoye el uso de fuerza militar contra países islámicos, o que Dawkins mismo pretenda definir a "la religión" como una enfermedad).
Por otro lado, es necesario difundir el estudio científico de la religión para poder eliminar algunos sesgos conceptuales y prejuicios puramente antirreligiosos ("todas las religiones y lo vinculado a ellas es malo") o reduccionistamente cristianocéntricos (tratar a todas las religiones -y a las diferentes socioculturas asociadas- desde una visión que se reduce a la crítica anticristiana o anticlerical).
A partir de tal perspectiva se podría entender a la religión con objetividad (desde sus causas hasta su propia problemática social), y así conociendo porqué existen las creencias religiosas, poder reconocer que los deseos de coerción o la militancia reaccionaria (p.ej. desaparición de la religión) no sólo no tienen ningún fundamento verdaderamente racional, sino que además son socialmente inviables y potencialmente peligrosos en sus consecuencias o en sus métodos de consecución como proyectos sociopolíticos.
Antonio
Ateísmo racional - Una visión (auto) crítica y racional-científica
El ateísmo es un fenómeno social desde que, o bien varios individuos participan en un foro virtual o bien desde que publican libros ateístas en el mundo real. Y es uno que, como cualquier otro fenómeno social, no está libre de problemas intra- como extrasociales, siendo las más evidentes las controversias respecto a posturas sociopolíticas, que en realidad están mucho más allá del único vínculo real entre ateos: no creer en Dios/dios/dioses.
Ocurre que muchos ateos, no se si todos, comparten ciertas actitudes, deseos, fantasías y proyectos, más o menos irrealizables, más o menos irracionales y más o menos contraproducentes socialmente. Es muy probable que el así llamado "neoateísmo" no sea sino otro paradigma social que emerge de la sociedad norteamericana como reacción al contexto creado, por un lado, por los 'terroristas' y la "amenaza" del Islam, y por otro, la amenaza que representan las pretensiones sociopolíticas del fundamentalismo cristiano en EEUU.
Pienso que el primer problema (extrasocial) que surge aquí es que tal "neoateísmo", como casi todo en la mentalidad anglosajona, se pretende exportar a todo el planeta (o imponerlo), y extender ciertos deseos y fantasías, quizás funcionales dentro de su propio contexto, a todas las socioculturas del mundo. Obviamente, esto puede ser sencillamente inaplicable, y es todo un problema que hay que analizar.
Un segundo problema aparece dentro del propio contexto euro-americano (sobre todo en EEUU): definir a las "amenazas" y a los "enemigos", siempre religiosos y relacionados con la religión, puede conducir (mejor dicho: ha conducido) a una fuerte distorsión de conceptos, al surgimiento de cierto pensamiento reaccionario, y a una aversión al estudio (científico) del fenómeno religioso. Típicamente muchos ateos piensan que a las religiones no hay que estudiarlas porque esto representaría una "pérdida de tiempo" para la ciencia. Otros creen que la religión y todo lo que tenga que ver con ella es potencialmente "maligno", y en consecuencia, no pocos creen que estamos en una verdadera "guerra", y toman el problema desde la óptica del proselitismo, sectarismo, territorialidad y la segregación. Es muy probable que bajo la idea de "orgullo ateo" exista no sólo un libre derecho a expresarse y sentirse orgulloso de las propias convicciones, sino también una justificación para la intolerancia, los deseos de reprimir las creencias religiosas o negarse a un posible diálogo ateísmo-teísmo.
Todo lo anterior podría definirse como la irracionalidad emergente en el (neo) ateísmo, y es entonces necesario, por un lado, reconocer y definir una Problemática del Ateísmo, y analizar y discutir críticamente las más controvertidas posturas (p.ej. que el "mosquetero ateo" Hitchens apoye el uso de fuerza militar contra países islámicos, o que Dawkins mismo pretenda definir a "la religión" como una enfermedad).
Por otro lado, es necesario difundir el estudio científico de la religión para poder eliminar algunos sesgos conceptuales y prejuicios puramente antirreligiosos ("todas las religiones y lo vinculado a ellas es malo") o reduccionistamente cristianocéntricos (tratar a todas las religiones -y a las diferentes socioculturas asociadas- desde una visión que se reduce a la crítica anticristiana o anticlerical).
A partir de tal perspectiva se podría entender a la religión con objetividad (desde sus causas hasta su propia problemática social), y así conociendo porqué existen las creencias religiosas, poder reconocer que los deseos de coerción o la militancia reaccionaria (p.ej. desaparición de la religión) no sólo no tienen ningún fundamento verdaderamente racional, sino que además son socialmente inviables y potencialmente peligrosos en sus consecuencias o en sus métodos de consecución como proyectos sociopolíticos.
Antonio