Hinduismo y el embrutecimiento jurídico y educativo
Publicado: Mié Feb 17, 2010 4:01 am
No hay duda que un sistema judicial embrutecido por las religiones es el de la India. Allí, es común que los jueces les garanticen tanto a las partes envueltas su derecho de poder citar testigos a su favor, que continuamente se observan magistrados citando a los inexistentes dioses, con el interés de que comparezcan como testigos.
Pero, más absurdo todavía es el hecho de que muchos abogados también les piden a los jueces que realicen este tipo de atolondrada gestión judicial, con el interés de que las partes obtengan una justicia rápida, justa y económica. Un ejemplo sencillo de esto ocurrió en el 2007 en el estado de Jharkhand, al este de la India. Allí, el juez Sunil Kumar Singh tenía tan afectado su pensamiento debido a la religión que emitió una orden para que comparecieran a un pleito los inexistentes dioses del hinduismo Ram y Hanuman.
Se suma a eso que, como el magistrado temía que los inexistentes dioses no se iban a presentar al pleito, ordenó que la citación se publicara en periódicos de circulación general, con el interés de que los dioses quedaran debidamente notificados. Pero, eso no fue todo, hasta el abogado del demandado apoyó el atolondrado hecho de que el magistrado citara a los inexistentes dioses, por razón de que «como la tierra ha sido donada a los dioses, es necesario hacerlos parte del caso.»
Conviene en este punto mencionar que el matrimonio, en la mayor parte del mundo civilizado, es un acto jurídico que requiere que se realice conforme a las solemnidades más importantes del Derecho. Requiere que los contrayentes firmen un contrato civil en el cual establecerán sus deberes, obligaciones y derechos dentro del matrimonio.
En la mayoría de los países, pero no en todos, los matrimonios sólo se pueden celebrar con todas las solemnidades judiciales cuando los contrayentes son hombres y mujeres. Así, en muchos países se pueden casar un hombre con una mujer y un hombre con varias mujeres. En cambio, en algunos países se pueden casar hombres con hombres y mujeres con mujeres.
Sin embargo, en la India, la intromisión de la religión dentro del Derecho ha sido tan atroz que en algunas zonas se permiten matrimonios entre animales y seres humanos, especialmente cuando hay de por medio asuntos mágico-religiosos. Veamos un ejemplo.
En el 2007, en el estado de Tamil Nadu de la India, un hindú que creía tener dentro de su cuerpo un maleficio que le había causado daños físicos y morales se casó en un templo con una perra, en aras de liberarse del maleficio, como le había recomendado su inteligentísimo líder religioso. Pero, lo más sorprendente fue que algunos de los feligreses ayudaron a la «novia» a vestirse, bañarse, perfumarse y presentarse a la ceremonia matrimonial en óptimas condiciones de belleza, a los fines de que su esposo la encontrara bella y preciosa.
Ahora bien, con relación a lo que estamos exponiendo, valga saber que éste no es un caso aislado en la India. La historia enseña que «los pobladores rurales de la India organizan, en ocasiones, matrimonios entre seres humanos y animales, por creer que con ello evitan ciertas maldiciones.»
Por otro lado, otro ejemplo que nos permite ver lo embrutecido que está el sistema de justicia criminal en la India es el hecho de que su derecho penal y muchas de sus legislaciones locales establecen que las vacas son objetos sagrados, por lo que cualquier persona que molesta, golpea, mutila o mata ilegalmente a una vaca es arrestada y sentenciada a varios años de cárcel.
Como ejemplo específico de esto podemos mencionar lo ocurrido en el estado de Uttaranchal, sito en la parte norte de la India. Allí, las autoridades estatales aprobaron «una ley que establece hasta diez años de prisión para quien sea declarado culpable de matar a una vaca, animal sagrado en la religión hindú…».
Por último, otro ejemplo de lo embrutecido que llegó a estar el sistema de justicia hindú tiene que ver con los juicios que se les realizaban a las mujeres sospechosas de adulterio. Esos procedimientos, que estaban debidamente reglamentados en los códigos de ley hindúes, comenzaban con una invocación a los inexistentes dioses. Se le pedía que demostraran la culpabilidad o la inocencia de la mujer a través de un acto de sortilegio.
Ese acto de magia que realizarían los inexistentes dioses consistía en que el juez obligaría a la dama sospechosa de adulterio a pasar a través de una hoguera. «La ausencia de quemaduras era la prueba de su fidelidad, mientras que la presencia de las mismas demostraba que era culpable.»
Llegados a este punto de la discusión, le pregunto a usted: ¿qué usted opina sobre esto?
Pero, más absurdo todavía es el hecho de que muchos abogados también les piden a los jueces que realicen este tipo de atolondrada gestión judicial, con el interés de que las partes obtengan una justicia rápida, justa y económica. Un ejemplo sencillo de esto ocurrió en el 2007 en el estado de Jharkhand, al este de la India. Allí, el juez Sunil Kumar Singh tenía tan afectado su pensamiento debido a la religión que emitió una orden para que comparecieran a un pleito los inexistentes dioses del hinduismo Ram y Hanuman.
Se suma a eso que, como el magistrado temía que los inexistentes dioses no se iban a presentar al pleito, ordenó que la citación se publicara en periódicos de circulación general, con el interés de que los dioses quedaran debidamente notificados. Pero, eso no fue todo, hasta el abogado del demandado apoyó el atolondrado hecho de que el magistrado citara a los inexistentes dioses, por razón de que «como la tierra ha sido donada a los dioses, es necesario hacerlos parte del caso.»
Conviene en este punto mencionar que el matrimonio, en la mayor parte del mundo civilizado, es un acto jurídico que requiere que se realice conforme a las solemnidades más importantes del Derecho. Requiere que los contrayentes firmen un contrato civil en el cual establecerán sus deberes, obligaciones y derechos dentro del matrimonio.
En la mayoría de los países, pero no en todos, los matrimonios sólo se pueden celebrar con todas las solemnidades judiciales cuando los contrayentes son hombres y mujeres. Así, en muchos países se pueden casar un hombre con una mujer y un hombre con varias mujeres. En cambio, en algunos países se pueden casar hombres con hombres y mujeres con mujeres.
Sin embargo, en la India, la intromisión de la religión dentro del Derecho ha sido tan atroz que en algunas zonas se permiten matrimonios entre animales y seres humanos, especialmente cuando hay de por medio asuntos mágico-religiosos. Veamos un ejemplo.
En el 2007, en el estado de Tamil Nadu de la India, un hindú que creía tener dentro de su cuerpo un maleficio que le había causado daños físicos y morales se casó en un templo con una perra, en aras de liberarse del maleficio, como le había recomendado su inteligentísimo líder religioso. Pero, lo más sorprendente fue que algunos de los feligreses ayudaron a la «novia» a vestirse, bañarse, perfumarse y presentarse a la ceremonia matrimonial en óptimas condiciones de belleza, a los fines de que su esposo la encontrara bella y preciosa.
Ahora bien, con relación a lo que estamos exponiendo, valga saber que éste no es un caso aislado en la India. La historia enseña que «los pobladores rurales de la India organizan, en ocasiones, matrimonios entre seres humanos y animales, por creer que con ello evitan ciertas maldiciones.»
Por otro lado, otro ejemplo que nos permite ver lo embrutecido que está el sistema de justicia criminal en la India es el hecho de que su derecho penal y muchas de sus legislaciones locales establecen que las vacas son objetos sagrados, por lo que cualquier persona que molesta, golpea, mutila o mata ilegalmente a una vaca es arrestada y sentenciada a varios años de cárcel.
Como ejemplo específico de esto podemos mencionar lo ocurrido en el estado de Uttaranchal, sito en la parte norte de la India. Allí, las autoridades estatales aprobaron «una ley que establece hasta diez años de prisión para quien sea declarado culpable de matar a una vaca, animal sagrado en la religión hindú…».
Por último, otro ejemplo de lo embrutecido que llegó a estar el sistema de justicia hindú tiene que ver con los juicios que se les realizaban a las mujeres sospechosas de adulterio. Esos procedimientos, que estaban debidamente reglamentados en los códigos de ley hindúes, comenzaban con una invocación a los inexistentes dioses. Se le pedía que demostraran la culpabilidad o la inocencia de la mujer a través de un acto de sortilegio.
Ese acto de magia que realizarían los inexistentes dioses consistía en que el juez obligaría a la dama sospechosa de adulterio a pasar a través de una hoguera. «La ausencia de quemaduras era la prueba de su fidelidad, mientras que la presencia de las mismas demostraba que era culpable.»
Llegados a este punto de la discusión, le pregunto a usted: ¿qué usted opina sobre esto?