Filosofando sobre religión
Publicado: Jue Sep 23, 2010 10:46 am
En duras condiciones ambientales una identidad humana puede sufrir hasta generarse otra identidad que, según sus creencias personales, tenga más posibilidades de afrontar ese entorno. La otra identidad al ser creada luchará por anular la identidad original para poder hacerse cargo ella sóla de la situación.
De ese modo una persona herida fuertemente en algo por la religión puede volverse un profeta, un enviado de dios para cambiar tales desatinos doctrinales o de praxis, y la tarea de anular su yo estará a cargo del diablo. Si esa persona fuera un don nadie ignorado de finales del XVIII y hubiera generado un yo napoleónico, las batallas contra su yo original estarían a cargo del duque de Wellinton. Y si por ser un chamán del amazonas hubiera generado un otro yo jaguar, a saber qué otro animal de la selva tendría el yo original como enemigo. Y si fuera un muchacho que ha generado un otro yo supermánico, habría criptonita por todos lados. Las tentaciones y hostigamientos están siempre presentes en estas fracturas para purificar el yo y que el otro yo pueda hacerse cargo de la situación.
Una fractura de yo parece el último recurso de la identidad humana ante situaciones que la sobrepasen. Y no se si las creencias religiosas socialmente aceptadas le dan a los yo dañados más posibilidades de salir adelante, creo que sí porque sus delirios serán más aceptados y su lastimado yo no sufrirá nuevos daños que sumar, pero en general no creo que ese beneficio compense los tantísimos daños que causan esos cuentitos.
De ese modo una persona herida fuertemente en algo por la religión puede volverse un profeta, un enviado de dios para cambiar tales desatinos doctrinales o de praxis, y la tarea de anular su yo estará a cargo del diablo. Si esa persona fuera un don nadie ignorado de finales del XVIII y hubiera generado un yo napoleónico, las batallas contra su yo original estarían a cargo del duque de Wellinton. Y si por ser un chamán del amazonas hubiera generado un otro yo jaguar, a saber qué otro animal de la selva tendría el yo original como enemigo. Y si fuera un muchacho que ha generado un otro yo supermánico, habría criptonita por todos lados. Las tentaciones y hostigamientos están siempre presentes en estas fracturas para purificar el yo y que el otro yo pueda hacerse cargo de la situación.
Una fractura de yo parece el último recurso de la identidad humana ante situaciones que la sobrepasen. Y no se si las creencias religiosas socialmente aceptadas le dan a los yo dañados más posibilidades de salir adelante, creo que sí porque sus delirios serán más aceptados y su lastimado yo no sufrirá nuevos daños que sumar, pero en general no creo que ese beneficio compense los tantísimos daños que causan esos cuentitos.