Noticia completaEl Papa vincula el laicismo de Zapatero con el anticlericalismo de la República
Benedicto XVI aterriza en Santiago, donde le reciben los Príncipes de Asturias.- El Pontífice expresa su preocupación por el "laicismo agresivo" que existe en España.- Unas 200 personas han dormido al raso en la capital gallega para conseguir un asiento.
MIGUEL MORA/ MARÍA PAMPÍN - Santiago - 06/11/2010
En medio de una niebla intensa y con bastante frío, el avión del papa Benedicto XVI ha aterrizado en aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela, donde ha sido recibido por los Príncipes de Asturias y una multitud de cientos de fieles, entre gritos de "¡Viva el Papa!". Durante el vuelo, el Sumo pontífice se ha mostrado preocupado por la existencia en España de un "laicismo agresivo" y ha establecido una relación directa entre el actual choque entre fe y laicismo en la España de Zapatero y el anticlericalismo de la Segunda República, durante los años treinta.
El Papa Benedicto XVI se dirige a los periodistas durante su vuelo entre Roma y Santiago de Compostela.- AP
La cara de Zapatero no hay quien la lave a estas alturas, pero Ratzinger le hace un favor con estas declaraciones.
Esto, a pesar de haber manifestado el gobierno a bombo y platillo a través de Jáuregui que la Ley de Libertad Religiosa va a dormir el sueño de los justos sine die, noticia de la que todos los medios se han hecho eco estos días como para echar un caramelo a la cohorte celestial justo antes de la visita.
Lo que aparenta no entender este gaznápiro con faldas es que la gente que piensa libremente y decide que es un catamañanas charlatán y estafador entre otras muchas -y peores- cosas, no necesita a un jefe de gobierno ni a lider ninguno para reivindicar el laicismo.
Su hegemonía en este país, aunque invierta parte de lo que nos roba en "dicasterizarnos", está tocando a su fin.
En menos de una década, el número de ateos habrá aumentado, según todas las previsiones, lo suficiente como para que el gobierno que sea tenga la obligación de reformar la Ley, y este país sea de facto, laico, como corresponde. En esto empujan hasta los cristianos de base, que no sé si son unos nuevos cátaros o simplemente están empalagados por el fausto de la jefatura.
Lo que nos jugamos es importante, porque no se trata solo de lo que regalamos a la Iglesia, sino de lo que habrá que regalar a otras confesiones para no caer en la discriminación.