Berzosa: 'Estoy recibiendo un acoso tremendo sin sentido y nada grato'
Berzosa asegura que tuvo enfrentar muchos problemas al acceder al cargo
No consideró el cierre de las capillas como algo primordial
El rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Carlos Berzosa, ha afirmado este lunes que minutos después de conocer las detenciones de cuatro miembros de la asociación 'Contrapoder', acusados de haber profanado una capilla de Somosaguas, intentó hablar con la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, para saber por qué la Policía Nacional practicó estos arrestos, que ha calificado de "desmesurados" y "que no hacían falta".
En una entrevista a la Cadena Ser Berzosa ha indicado que no pudo finalmente comunicarse con Valcarce puesto que se encontraba en la presentación de la nueva jefa de comisaría de Aranjuez. "Les pusieron en libertad y luego no me llamó", ha agregado.
El rector de la Complutense ha asegurado que ha recibido "muchas presiones" para denunciar a los estudiantes, entre ellas la petición para que cierre la asociación 'Contrapoder'.
"Estoy recibiendo un acoso que no tiene sentido y no es grato. Es un desprecio a la autoridad académica y universitaria muy grande. Hay un acoso realmente tremendo hacia mí", ha agregado. "He recibido presión de correos, con insultos porque decían que soy incapaz de denunciarlo, que si soy débil o condescendiente con estos grupos", ha proseguido.
Sin embargo y a pesar de todo, Berzosa he afirmado que iniciará un expediente en la Universidad para conocer estos hechos. Así, ha defendido que la institución que dirige "es autónoma y tiene sus propios instrumentos para llegar a una serie de conclusiones".
Diálogo sobre el cierre de las capillas
Berzosa ha indicado que no se arrepiente de no haber cerrado antes la capilla de la Facultad de Psicología, donde se produjeron los incidentes.
"Yo no tengo ninguna sospecha porque soy laico, soy una persona que no está a favor de que haya capillas en la Universidad. Pero yo no impongo mi opinión ni mis creencias hacia los demás", ha dicho.
Según ha explicado,
cuando llegó al Rectorado no había un debate sobre las capillas, "que son pocas y que realmente no habían creado ningún problema". "Yo soy respetuoso con las creencias y no lo consideraba un problema esencial de la universidad. Yo me enfrenté a muchísimas dificultades cuando llegué a rector. Tuve que afrontar la gestión de una universidad muy grande y compleja y complicada. Me he tenido que enfrentar a la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior con conflictos con los 'antibolonia' y
no me pareció prioritario lanzar un cierre que podía provocar muchos conflictos y tensiones", ha precisado.
Berzosa ha indicado que recibió recientemente una petición de la Facultad de Geografía e Historia para que se cerrara la capilla y que dijo que tendría que hablar con el Arzobispado para renegociar el convenio. Sin embargo, ha reconocido que aparcó el tema "el acoso tremendo que recibe de ciertos medios de comunicación y ciertas autoridades de la Comunidad de Madrid". "Les dije que me dieran un respiro porque si tomo medidas contra esto me vuelven a dar palos", ha apostillado.
De todas formas, el rector de la Complutense ha manifestado que
no le da "miedo" las consecuencias de un posible cierre de la capilla. "Discutámoslo con tranquilidad, sosiego, sin tensiones, sin conflictos, con respeto a todo el mundo. Que las juntas de facultad lo debatan y yo no tengo inconveniente de debatirlo en el Claustro y en el Consejo de Gobierno.
Que la Universidad exponga a través de estos cauces instituciones la opinión mayoritaria", ha indicado.
Por otro lado, y sobre los hechos que han generado esta polémica, Berzosa ha recordado que "pasaron desapercibidos" para la comunidad universitaria y cuando se conocieron los condenó rápidamente los incidentes porque no le parece "una buena manera de actuar". "La Conferencia Episcopal no lo ha denunciado. La única denuncia es del sindicato Manos Limpias", ha concretado.
Es más, el rector cree que la comunidad universitaria está "más tranquila" de lo que se ha reflejado en los últimos días. "En esta universidad tan grande hay ciertas tensiones. El acto de la cacerolada de hoy ha sido muy pacífico y los estudiantes se han portado muy bien", ha dicho.
Por último, ha agradecido al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, por defender su actuación en el Consejo de Universidades y "por condenarlo y abrir una investigación". "Allí estábamos todos los rectores de universidades, incluidas católicas, y nadie dijo nada de que hubiera que tomar más medidas", ha finalizado.
'Contrapoder cree que no habrá consecuencias legales'
En la misma entrevista ha participado Rita Maestre, una de las detenidas y miembro de 'Contrapoder'. Ha explicado que fue arrestada por pertenecer a esta asociación, que ha insistido en que no participó en los actos de la capilla.
"Creo que ninguna de las participantes eran conscientes de lo que estaban haciendo y de la gravedad de los hechos que posteriormente ha sido demostrada. Creo que fue un acto simbólico, no un error, que en ningún caso pretendía ofender el sentimiento religioso de nadie, que las participantes no eran conscientes de estar violando un derecho fundamental y si lo hubiesen sido probablemente hubiesen elegido otras formas de hacerlo", ha defendido.
En este sentido, Maestre ha apuntado que la acción no fue explicada bien. "Ha sido comprendida como una ofensa, pero no como una reivindicación simbólica. Quizás también porque las propias manifestantes no han explicado demasiado bien cómo era el sentido de la 'performance'", ha agregado.
Los detenidos están a la espera de lo que les diga el juez. Aunque Rita se ha mostrado "preocupada" del arresto por sus repercusiones por la carrera universitaria, cree que no serán condenadas por los hechos. "La Policía estaba sorprendida de haber tenido que tomar la decisión de la detención a la salida de los domicilios, algo que está reservado para hechos graves", ha aseverado.
"La Policía, que nos trató bien, estaba sorprendida, como si eso no fuese su trabajo ni tuviera base para hacerlo. Esto nos hace pensar que puede que no haya consecuencias legales, que en cualquier caso van a ser las que Manos Limpias pide, hasta 10 años de cárcel", ha destacado.