Su actual papa sigue predicando la elevada moralidad católica, dando lecciones a diestro y siniestro desde el púlpito vaticano, aunque una cosa es predicar y otra dar trigo; por un lado, predica la excelsa caridad católica hacia pobres y refugiados sin distinción, pero miran hacia otro lado cuando desde la fortaleza del vaticano se presenta la oportunidad de ser caritativos: con gitanos rumanos? no gracias; en todo caso, quinientos euros y, venga, de devuelta para vuestro país.
Amigo Benedicto, ejemplo de alma caritativa cristiana con cruz gamada tras su paso por las juventudes hitlerianas, por qué en vez de lavar los pies a tus curas, no les lavas los pies a los gitanos rumanos que viven a la intemperie en las puertas de tu templo de 'dios es amor'?.
Tras la protesta de las ongs y repercusión en los medios, ha mandado a Cáritas que los 'albergue': sácame de la casa de nuestro señor a los pobres, que a parte de molestar, huelen como 'gitanos'.
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Bertrand Russell expresó, muy sabiamente, que los cristianismos habían mejorado su discurso y práctica gracias a la crítica de ateos/as. Parece que, después de 100 años de su afirmación, hay que seguir dándoles caña para que sean más humanos aquellos que se consideran referente de moralidad.
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