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Teocracia sin Dios

Publicado: Jue Ago 18, 2011 4:15 pm
por skeptic
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El ahora Benedicto XVI ha combatido con firmeza la Teología de la Liberación. O al menos la corriente que establece la lucha de clases entre pobres y ricos, en particular en América Latina.

El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los exponentes de esa teología, renunció al sacerdocio en 1992 después de sufrir sucesivas sanciones por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, entonces encabezada por el cardenal Joseph Ratzinger, ahora Papa Benedicto XVI.

El ex fraile franciscano fue condenado a un "silencio obsequioso" y luego se le prohibió dictar clases y se le separó de la editorial que dirigía en Brasil.

El periodista Ed Stourton, de la BBC, habló con Ratzinger sobre ese tema, en una entrevista realizada hace seis años y que hoy recobra actualidad.

Stourton: Una de las primeras tareas que usted encaró cuando asumió su posición al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe fue tratar la Teología de la Liberación en América Latina. ¿Cuál es la esencia de su desacuerdo con esa corriente?

Ratzinger: Lo crucial es que (la Teología de la Liberación) representa una visión política e ideológica sesgada que reduce la teología.

Por supuesto, todos coincidimos en que la Iglesia tiene la obligación de amar a los pobres primero que todo, y que no sólo tiene que amarlos sino luchar para cambiar su suerte.

La única cuestión es si (la Teología de la Liberación) se trata de la solución correcta. La Iglesia no debe convertirse en una institución política.

Puede inspirar la política pero a la vez respetar la autonomía de la política.

Después de todo, (la Teología de la Liberación) es una suerte de teocracia en la cual Dios prácticamente no juega ningún papel.

Su papel es reemplazado por los requerimientos ideológicos del marxismo.

Hubo lo que podría llamarse un fallo de racionalidad. Hubo un intento de encontrar soluciones basadas en la razón, y hubo un fallo de fe por el que la fe se transformó en política.

Hubo un intento de salvar la fe a través de las instituciones políticas. Eso es algo que tuvimos que corregir.

¿Qué pensaba conseguir cuando convocó a Boff a su presencia para examinar su pensamiento teológico?

El problema que teníamos que discutir con Boff no era estrictamente la Teología de la Liberación.

Él había escrito un libro en el que argumentaba a favor del relativismo eclesiástico.

En esencia él decía que todas las iglesias eran lo que él llamaba "fragmentos de la única y verdadera iglesia de Cristo".

Esto no es lo que el magisterio de la Iglesia enseña. El Concilio Vaticano estableció algo diferente.

Esto significa que ninguna iglesia es capaz de hacer un pronunciamiento definitivo porque ellas son sólo fragmentos que representan una parte del total.

Sobre esta cuestión eclesiástica fue de lo que hablamos. Cómo entender la Iglesia y cómo entender la relación entre la Iglesia y el resto de las iglesias.

Lo invitamos a que se contuviera de hablar de ese asunto por un año.

A que dedicara ese tiempo a meditar sobre el asunto porque pensamos que él podía mirar más profundamente la cuestión y que esto sería útil.