Sobre aquellos que reniegan de la religión católica para abrazar el laicismo, dijo:
"se contentan con seguir las corrientes de moda y se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos"
Y, en alusión al creciente número de agnósticos y ateos españoles, desbarró:
"...hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos"... "Desearían decidir por si solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quien es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias".
No merece la pena rebatir tal sarta de sandeces, pero no deja de ser alucinante que este señor, jefe de un estado antidemocrático, venga a mi país y se permita el lujo de insultarme públicamente. Y, lo que es peor, que se le ría la gracia desde casi todos los ámbitos.