Foro de Iniciativa Atea

En la actualidad el onanismo o masturbación sigue siendo visto como un tabú y tachado como una actividad vergonzante, pero no toda la vida fue así. En la antigüedad era un acto común, personal y privado (la mayoría de veces), pero jamás denigrante ni prohibido por ninguna ley. No está muy claro desde cuando empezó a ser condenada y vista como algo perverso y amoral, pero de lo que si estamos seguros, es que gran parte de la culpa fue de la iglesia.

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Para el Siglo XV, el teólogo Jean Gerson en su modelo penitencial De Confessione Mollities, aleccionaba a los sacerdotes sobre cómo inducir a las mujeres y a los hombres a confesar "ese detestable pecado". Gerson sugería guiarlos con una inocente pregunta así: "Amigo, ¿recuerda haber tenido el pene erecto durante su niñez, alrededor de los 10 o 12 años?" Luego, sugería pasar a preguntarle directamente al penitente si se había tocado o eyaculado.

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Pues desde el siglo XV poco han cambiado sus prácticas de confesión. En mi colegio de monjas, cuando me mandaron a confesar antes de la misa del miércoles de ceniza, el cura me preguntó si me masturbaba y a continuación empezó a decir que era normal a mi edad pero que no teníamos que estar como animales ni ser como ovejas descarriadas etc.

No sé por qué se usa "onanismo" como sinónimo de "masturbación", cuando lo que hacía Onán en realidad era interrumpir el coito para no dejar embarazada a la mujer de su difunto hermano y no perder así los derechos del primogénito que ahora recaían en él.

En mi opinión, onanismo y masturbación no tienen nada que ver, salvo en que en los dos casos se eyacula sin una finalidad reproductiva. Eso lo que se condena en la Ley Judía y, por herencia, la Iglesia católica, que hace extensiva la condena a cualquier práctica sexual que impida la deposición del semen en la vagina (por ejemplo: el uso de preservativo) o cualquier acción artificial que anule la concepción.

Sin embargo, como la jodienda no tiene enmienda, la Iglesia admite como lícitos moralmente los métodos naturales de control de natalidad, como abstenerse de practicar sexo en los días fértiles de la mujer (véase la encíclica Humanae Vitae), con lo que, en puridad, incurre en un atentado contra el sagrado mandato de multiplicarse cuanto más mejor, sin que importe para nada que los niños se mueran de hambre después.

Reficul escribió:No sé por qué se usa "onanismo" como sinónimo de "masturbación", cuando lo que hacía Onán en realidad era interrumpir el coito para no dejar embarazada a la mujer de su difunto hermano y no perder así los derechos del primogénito que ahora recaían en él.

Es un ejemplo más de cómo se intenta neutralizar la enorme ventaja que supone para el ser humano el lenguaje, con el fin de poder llamarnos borregos. Beee!

La utilidad del lenguaje para compartir y potenciar el conocimiento, se ve así mermada por estos intentos de desvirtuar el significado de las palabras y arrastrarnos a un terreno particular de ignorancia y estupidez, el mejor caldo para el cultivo de la fe.

Onanismo y masturbación son dos cosas distintas, como dices, no solo dos términos distintos. Que para la iglesia suponga una afrenta similar ante el mandato de procrear como bacterias no debería implicar que se confundan los términos. Una vez más, la RAE se muestra -asquerosamente- incompetente.