La institución del papado bajo la luz de la historia
Publicado: Jue Ene 10, 2013 8:05 am
Aquí os dejo el texto de la entrada que he publicado hoy en mi blog http://www.narrandobajolalluvia.com. Espero que os resulte interesante.
La institución del papado bajo la luz de la historia: “Sobre estas mentiras edificaré mi Iglesia”.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificará mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de Dios y cuanto ates en la tierra quedará atado en los cielos y cuanto desates en la tierra quedará desatado en los cielos.”
Aunque la Iglesia católica siempre ha insistido en este famoso pasaje del Evangelio para justificar la institución del papado, cabe decir, en primer lugar, que todo señala a que dicho texto fue añadido en el siglo IV; fecha en la que el cristianismo se convirtió en una religión libre e institucional y en la que diversos obispos, entre ellos el de Roma, pugnaban por hacerse con el control último de una poderosa comunidad de creyentes en expansión. De hecho, antes de esta fecha, no encontramos ningún rastro histórico de la palabra “papa” (o un término similar) en ningún texto, ni cristiano ni no cristiano y, sin embargo, sí que encontramos a diversos obispos a la cabeza de diferentes comunidades cristianas dispersas tanto por Occidente como por Oriente y que se acusan mutuamente de diversas herejías e iniquidades.
Pero volvamos al principio de este asunto. ¿Fue Pedro el primer papa cristiano? La tradición católica así lo afirma y relata incluso su papel como obispo de Roma, donde, según se cuenta, fue ejecutado y enterrado. Sin embargo, existen diversos argumentos que contradicen esta leyenda. Una leyenda que la propia Iglesia católica ha alimentado durante siglos y que hasta novelas y películas de nuestro tiempo, como “Quo vadis?”, han ayudado a difundir.
En primer lugar, resulta más que dudoso que Pedro, un pescador galileo sin instrucción académica y que no sabía hablar latín, viajara a Roma y, mucho menos, que fuera nombrado obispo de esa ciudad. Para empezar, porque en las diversas cartas del Nuevo Testamento que Pablo (contemporáneo de Pedro) dirige a esa comunidad no se le nombra. Y eso que Pablo dedica unas cuantas líneas iniciales a saludar a todos los miembros más destacados en cada una de sus misivas.
En segundo lugar, y como apuntábamos al principio, fueron los dirigentes cristianos de la Roma del siglo IV quienes elaboraron esta leyenda y quienes, aprovechando el ansia por encontrar reliquias sagradas de la influyente cristiana Helena, madre del emperador Constatino, se apresuraron a encontrar la tumba del apóstol Pedro junto al Circo Vaticano, que hacía tiempo que estaba en desuso y se había transformado en un cementerio. Sobre ese lugar se construyó la primera Basílica de San Pedro en el siglo IV y, posteriormente, durante el Renacimiento, la colosal construcción que todos conocemos en la actualidad y que quiso recordar a los protestantes, con su imponente arquitectura, el “Primado de Pedro”. Y, sin embargo, cuando los presuntos restos del “primer papa” fueron analizados muchos siglos después por un antropólogo, resultó que pertenecían a tres personas distintas y, entre ellas, a una mujer anciana.
Así que, si queremos buscar los orígenes de la institución del papado, debemos fijarnos en el siglo IV, momento en el que el cristianismo entró en contacto con las estructuras de poder del Imperio romano y en que se contagió de sus estrategias de propaganda y control, como prueba, por ejemplo, que la distribución en “provincias eclesiásticas” de la Iglesia católica sea prácticamente un calco de la distribución en provincias del sistema imperial de entonces.
La institución del papado bajo la luz de la historia: “Sobre estas mentiras edificaré mi Iglesia”.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificará mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de Dios y cuanto ates en la tierra quedará atado en los cielos y cuanto desates en la tierra quedará desatado en los cielos.”
Aunque la Iglesia católica siempre ha insistido en este famoso pasaje del Evangelio para justificar la institución del papado, cabe decir, en primer lugar, que todo señala a que dicho texto fue añadido en el siglo IV; fecha en la que el cristianismo se convirtió en una religión libre e institucional y en la que diversos obispos, entre ellos el de Roma, pugnaban por hacerse con el control último de una poderosa comunidad de creyentes en expansión. De hecho, antes de esta fecha, no encontramos ningún rastro histórico de la palabra “papa” (o un término similar) en ningún texto, ni cristiano ni no cristiano y, sin embargo, sí que encontramos a diversos obispos a la cabeza de diferentes comunidades cristianas dispersas tanto por Occidente como por Oriente y que se acusan mutuamente de diversas herejías e iniquidades.
Pero volvamos al principio de este asunto. ¿Fue Pedro el primer papa cristiano? La tradición católica así lo afirma y relata incluso su papel como obispo de Roma, donde, según se cuenta, fue ejecutado y enterrado. Sin embargo, existen diversos argumentos que contradicen esta leyenda. Una leyenda que la propia Iglesia católica ha alimentado durante siglos y que hasta novelas y películas de nuestro tiempo, como “Quo vadis?”, han ayudado a difundir.
En primer lugar, resulta más que dudoso que Pedro, un pescador galileo sin instrucción académica y que no sabía hablar latín, viajara a Roma y, mucho menos, que fuera nombrado obispo de esa ciudad. Para empezar, porque en las diversas cartas del Nuevo Testamento que Pablo (contemporáneo de Pedro) dirige a esa comunidad no se le nombra. Y eso que Pablo dedica unas cuantas líneas iniciales a saludar a todos los miembros más destacados en cada una de sus misivas.
En segundo lugar, y como apuntábamos al principio, fueron los dirigentes cristianos de la Roma del siglo IV quienes elaboraron esta leyenda y quienes, aprovechando el ansia por encontrar reliquias sagradas de la influyente cristiana Helena, madre del emperador Constatino, se apresuraron a encontrar la tumba del apóstol Pedro junto al Circo Vaticano, que hacía tiempo que estaba en desuso y se había transformado en un cementerio. Sobre ese lugar se construyó la primera Basílica de San Pedro en el siglo IV y, posteriormente, durante el Renacimiento, la colosal construcción que todos conocemos en la actualidad y que quiso recordar a los protestantes, con su imponente arquitectura, el “Primado de Pedro”. Y, sin embargo, cuando los presuntos restos del “primer papa” fueron analizados muchos siglos después por un antropólogo, resultó que pertenecían a tres personas distintas y, entre ellas, a una mujer anciana.
Así que, si queremos buscar los orígenes de la institución del papado, debemos fijarnos en el siglo IV, momento en el que el cristianismo entró en contacto con las estructuras de poder del Imperio romano y en que se contagió de sus estrategias de propaganda y control, como prueba, por ejemplo, que la distribución en “provincias eclesiásticas” de la Iglesia católica sea prácticamente un calco de la distribución en provincias del sistema imperial de entonces.