Mitraísmo: el verdadero origen de la Semana Santa
Publicado: Mar Mar 26, 2013 8:24 am
Ya está aquí la Semana Santa y, con ella, toda la parafernalia católica de costumbres ancestrales, misas solemnes y procesiones multitudinarias. Pero… ¿son estas celebraciones de origen puramente cristiano? Pues... la respuesta es un no rotundo.
De hecho, el nacimiento de la liturgia de la Semana Santa la encontramos en el año 360 d.C., tras el Concilio de Laodicia, cuando la jerarquía eclesiástica decidió ritualizar la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth haciéndola coincidir con la celebración de la pasión muerte y resurrección de otras dos divinidades totalmente distintas: Mitra y Osiris. Para ello, se escogió como fecha la primera luna llena después del equinoccio de primavera y, como en el caso de las otras dos celebraciones de origen oriental que hemos mencionado, se colocaron cuarenta días de abstinencia previa, la Cuaresma, como preparación para una festividad tan solemne.
Pero las semejanzas entre el mitraísmo y el cristianismo son mucho más numerosas aún. Pues Mitra, al igual que Cristo, también representa para sus seguidores una divinidad heroica, sufriente y salvadora, tras resucitar tres días después de su muerte. Y, por si eso fuera poco, también forma parte de una trinidad sagrada. Además, entre los ritos mitraicos encontramos otros muchos paralelismo con las costumbres cristianas: un bautismo purificador de los pecados para sus iniciados, un rito “eucarístico” protagonizado por el pan y el vino como centro de su liturgia dominical (y no sabática, como la judía), la celebración durante el 25 de diciembre (solsticio de invierno) del nacimiento de su dios salvador…
Tan evidentes fueron estas semejanzas que incluso renombrados pensadores cristianos de la Antigüedad, como Tertuliano y Justino, no tuvieron más remedio que justificarlas de algún modo y, evidentemente, optaron por la solución más fácil y recurrente: la intervención diabólica. Un razonamiento sobrenatural y cogido por los pelos que no explica un hecho mucho más humano, simple y demoledor: que el mitraísmo es muy anterior al cristianismo.
Así que, intervenciones diabólicas aparte… que cada cual reflexione y saque sus propias conclusiones.
De hecho, el nacimiento de la liturgia de la Semana Santa la encontramos en el año 360 d.C., tras el Concilio de Laodicia, cuando la jerarquía eclesiástica decidió ritualizar la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth haciéndola coincidir con la celebración de la pasión muerte y resurrección de otras dos divinidades totalmente distintas: Mitra y Osiris. Para ello, se escogió como fecha la primera luna llena después del equinoccio de primavera y, como en el caso de las otras dos celebraciones de origen oriental que hemos mencionado, se colocaron cuarenta días de abstinencia previa, la Cuaresma, como preparación para una festividad tan solemne.
Pero las semejanzas entre el mitraísmo y el cristianismo son mucho más numerosas aún. Pues Mitra, al igual que Cristo, también representa para sus seguidores una divinidad heroica, sufriente y salvadora, tras resucitar tres días después de su muerte. Y, por si eso fuera poco, también forma parte de una trinidad sagrada. Además, entre los ritos mitraicos encontramos otros muchos paralelismo con las costumbres cristianas: un bautismo purificador de los pecados para sus iniciados, un rito “eucarístico” protagonizado por el pan y el vino como centro de su liturgia dominical (y no sabática, como la judía), la celebración durante el 25 de diciembre (solsticio de invierno) del nacimiento de su dios salvador…
Tan evidentes fueron estas semejanzas que incluso renombrados pensadores cristianos de la Antigüedad, como Tertuliano y Justino, no tuvieron más remedio que justificarlas de algún modo y, evidentemente, optaron por la solución más fácil y recurrente: la intervención diabólica. Un razonamiento sobrenatural y cogido por los pelos que no explica un hecho mucho más humano, simple y demoledor: que el mitraísmo es muy anterior al cristianismo.
Así que, intervenciones diabólicas aparte… que cada cual reflexione y saque sus propias conclusiones.