De La Religión...Vaya Timo" de G. Puente Ojea
Publicado: Lun Dic 09, 2013 11:38 pm
"...Adolf Grünbaum, en su brillante ensayo The pseudo-problem of Creation in physical Cosmology (1989), distingue escrupulosamente la cuestión de un origen temporal de la de una creación desde la nada de un universo, y concluye que
"el problema genuino del origen del universo, o de la materia en él, ha sido ilícitamente transmutado en el pseudo-problema de la creación del universo o de su materia por una causa externa".
Esta ineludible desteologización del tema por este convincente razonamiento dice así:
Si la teoría del Big Bang —tal como ha sido modificada por consideraciones de teoría cuántica que rigen los estados de vacío contiguos a la fase del Big Bang (Hawking, 1988, cap. 8)— es verdadera, no suministra ningún soporte a la vieja doctrina filosófica de san Agustín sobre la creación divina desde la nada (ex nihilo). Y si, alternativamente, la teoría del estado estacionario (steady state) hubiera sido verdadera, no habría provisto de ningún apoyo a la pretensión de que el incremento "no-conservador" de materia, que la teoría afirma, exige una "causa externa" tal que Dios estaría ocupado creando átomos de hidrógeno minuto tras minuto durante toda la eternidad pasada y futura. Por lo mismo, si hubiera formación de energía no-conservadora en un universo inflacionario, mientras que la densidad de energía permaneciese constante, no podría legitimarse ninguna causa externa, no digamos ya sobrenatural. En el caso de la teoría del Big Bang, la lectura creacionista de ésta es, por supuesto, que el Big Bang mismo siguió justamente a un estado de una así llamada "nada". En lugar de ella, esta transición no pudo haber ocurrido de modo totalmente natural, sino que requirió una "causa externa" proporcionada sólo por Dios. Según esta opinión, Dios mismo habría estado desocupado desde entonces, por así decir, durante 12.000 millones de años aproximadamente, pues el modelo del Big Bang de la teoría general de la relatividad destaca la acción de la "ley de conservación energía-materia", la cual impide obviamente toda formación no-conservadora de entidades físicas.
Después de examinar el argumento creacionista tradicional, el nuevo argumento creacionista pre-cuántico y el argumento creacionista desde la mecánica cuántica, Grünbaum rechaza con un non sequitur todas las hipótesis de la creatio ex nihilo propiamente dicha. El universo entero emerge, siguiendo el modelo inflacionario, "como una gigante fluctuación virtual mecánica cuántica del vacuum" escriben por su parte J. D. Barrow y E J. Tipler, advirtiendo que
"el retrato moderno del vacío cuántico difiere radicalmente del significado cotidiano y clásico de un vacío —nada—. El principio de incertidumbre de la mecánica cuántica nos prohibe la completa información que necesitaríamos para hacer tal afirmación dogmática sobre una región de espacio-tiempo. Los estados de vacuum cuántico (o vacuos, ya que pueden existir muchos) [...] no son definidos simplemente como mínimos locales o globales de energía".
Pese al regusto metafísico de esta noción, los autores precisan oportunamente que
"la microestructura del vacío cuántico se concibe como un mar de pares de partículas-antipartículas que se crean y aniquilan continuamente y existen para tiempos At" (The Anthropic Cosmological Principie, 1986).
Grünbaum llega a la misma conclusión:
"Precisamente por las razones que desarrollé a propósito del clásico Big Bang en t=0, no hay justificación alguna para invocar una causa externa —no digamos ya divina— para el vacuum inicial".
Hawking (1988) alcanza la misma conclusión de que no hay ningún problema de creación, porque en esta etapa la distinción misma entre espacio y tiempo se hace musgosa (mushy), como ocurre con la noción de un instante inicial singular de tiempo (lo que aconteció en el intervalo entre el tiempo cero y las diez milésimas de segundo o 0,0001 segundos (el universo muy primitivo), en la forma de una teoría conocida como inflación, expansión exponencial). A fortiori, no hay ninguna justificación para buscar una causa externa de cualquier tipo para efectuar las varias transiciones sucesivas desde el vacuum verdadero al falso, luego a la expansión inflacionaria y finalmente a la lenta expansión más familiar que caracteriza a las formaciones esquematizadas anteriormente. Después de todo, todas estas transiciones son materias de las leyes naturales...."
Tomado de G. Puente Ojea "La Religión... ¡Vaya timo"
"el problema genuino del origen del universo, o de la materia en él, ha sido ilícitamente transmutado en el pseudo-problema de la creación del universo o de su materia por una causa externa".
Esta ineludible desteologización del tema por este convincente razonamiento dice así:
Si la teoría del Big Bang —tal como ha sido modificada por consideraciones de teoría cuántica que rigen los estados de vacío contiguos a la fase del Big Bang (Hawking, 1988, cap. 8)— es verdadera, no suministra ningún soporte a la vieja doctrina filosófica de san Agustín sobre la creación divina desde la nada (ex nihilo). Y si, alternativamente, la teoría del estado estacionario (steady state) hubiera sido verdadera, no habría provisto de ningún apoyo a la pretensión de que el incremento "no-conservador" de materia, que la teoría afirma, exige una "causa externa" tal que Dios estaría ocupado creando átomos de hidrógeno minuto tras minuto durante toda la eternidad pasada y futura. Por lo mismo, si hubiera formación de energía no-conservadora en un universo inflacionario, mientras que la densidad de energía permaneciese constante, no podría legitimarse ninguna causa externa, no digamos ya sobrenatural. En el caso de la teoría del Big Bang, la lectura creacionista de ésta es, por supuesto, que el Big Bang mismo siguió justamente a un estado de una así llamada "nada". En lugar de ella, esta transición no pudo haber ocurrido de modo totalmente natural, sino que requirió una "causa externa" proporcionada sólo por Dios. Según esta opinión, Dios mismo habría estado desocupado desde entonces, por así decir, durante 12.000 millones de años aproximadamente, pues el modelo del Big Bang de la teoría general de la relatividad destaca la acción de la "ley de conservación energía-materia", la cual impide obviamente toda formación no-conservadora de entidades físicas.
Después de examinar el argumento creacionista tradicional, el nuevo argumento creacionista pre-cuántico y el argumento creacionista desde la mecánica cuántica, Grünbaum rechaza con un non sequitur todas las hipótesis de la creatio ex nihilo propiamente dicha. El universo entero emerge, siguiendo el modelo inflacionario, "como una gigante fluctuación virtual mecánica cuántica del vacuum" escriben por su parte J. D. Barrow y E J. Tipler, advirtiendo que
"el retrato moderno del vacío cuántico difiere radicalmente del significado cotidiano y clásico de un vacío —nada—. El principio de incertidumbre de la mecánica cuántica nos prohibe la completa información que necesitaríamos para hacer tal afirmación dogmática sobre una región de espacio-tiempo. Los estados de vacuum cuántico (o vacuos, ya que pueden existir muchos) [...] no son definidos simplemente como mínimos locales o globales de energía".
Pese al regusto metafísico de esta noción, los autores precisan oportunamente que
"la microestructura del vacío cuántico se concibe como un mar de pares de partículas-antipartículas que se crean y aniquilan continuamente y existen para tiempos At" (The Anthropic Cosmological Principie, 1986).
Grünbaum llega a la misma conclusión:
"Precisamente por las razones que desarrollé a propósito del clásico Big Bang en t=0, no hay justificación alguna para invocar una causa externa —no digamos ya divina— para el vacuum inicial".
Hawking (1988) alcanza la misma conclusión de que no hay ningún problema de creación, porque en esta etapa la distinción misma entre espacio y tiempo se hace musgosa (mushy), como ocurre con la noción de un instante inicial singular de tiempo (lo que aconteció en el intervalo entre el tiempo cero y las diez milésimas de segundo o 0,0001 segundos (el universo muy primitivo), en la forma de una teoría conocida como inflación, expansión exponencial). A fortiori, no hay ninguna justificación para buscar una causa externa de cualquier tipo para efectuar las varias transiciones sucesivas desde el vacuum verdadero al falso, luego a la expansión inflacionaria y finalmente a la lenta expansión más familiar que caracteriza a las formaciones esquematizadas anteriormente. Después de todo, todas estas transiciones son materias de las leyes naturales...."
Tomado de G. Puente Ojea "La Religión... ¡Vaya timo"