roget escribió:Quizás puedas darme luz porque no tengo ni idea de como funciona la pensión o si existe algún tipo de subsidio para creadores a parte de las pensiones mínimas garantizadas que ya sabemos que son eso, mínimas y paupérrimas. Es cierto que es evidente que están en desventaja aquellos que no tienen contrato laboral, ya que cualquier profesional puede firmar un contrato con una empresa y de la cotización continuada dependen subsidios de desempleo y pensión de jubilación, mientras un cantante o un escritor firman por un contrato de distribución de su obra pero no un contrato laboral. He oído hablar de la casa del actor, por ej, aunque como quien oye flautas pero no sabe de donde vienen, no se si me explico.
Pero me parecería igual de injusto que las pensiones de jubilación de un albañil dependiesen de un canon sobre el uso de las obras que haya realizado durante su vida y de la gestión de esos derechos se lo diesen a una organización privada del gremio de albañiles. Es evidente que si no tienen garantizada su derecho a percibir la remuneración por toda la vida de trabajo de una sociedad insolidaria, se negasen a que les quiten el canon y apoyarían sin dudarlo a una organización privada que se nutre precisamente de la falta de solidaridad ¿se ha entendido la similitud?
Quizás la trampa sea precisamente que sea una entidad de carácter privado (con ánimo de lucro por definición) quien gestione los derechos de autor o las reivindicaciones de los mismo por una falta de respeto social y educación a cambio de ampliar la cultura de un país. Es cierto que según la legislación actual es imposible otra alternativa, pero es que intentar demandar un cambio de legislación parece un atentado sacrílego que creo que sería de lo más sano.
Ni mucho menos la solución es la distribución gratuita, pero es una de las formas de protestas que se están produciendo.
Amiga Roget,
Realmente, poco más te puedo contar: los músicos cobran (cuando cobran) por los siguientes conceptos:
1. Cachet por concierto o actuación. Suele ser un tanto alzado, en función del renombre del artista y de su capacidad de convocatoria.
2. Royalties, devengados (pagados) por la(s) compañía(s) discográficas con la(s) que tiene relación contractual. Es un porcentaje del precio bruto del CD, habitualmente entre el 0.5 y el 3%.
3. Derechos de autor, (con una vigencia de 50 años una vez fallecido el autor) satisfechos por alguna sociedad de gestión de derechos, como la SGAE (pero no es la única, hay más)
Cuando la proyección del artista es internacional, entran en juego los convenios firmados con sociedades del o de los países implicados. El tema de los derechos de autor es tal vez el más complejo, ya que se cobra básicamente por 2 conceptos: la reproducción fono-mecánica, cuando un tema tuyo suena en Radio, p.e., o en TV. o aun en discotecas, pubs, bares, locales de ocio en general, etc...y la reproducción humana, cuando tú mismo o algún otro artista interpreta(s) tus temas, en concierto.
La cotización a la seguridad social la suele abonar el promotor del espectáculo. "Lógicamente" (sic), se cotiza por día trabajado, es decir por concierto, sin tener para nada en cuenta los ensayos, repeticiones, etc...El músico puede optar por constituirse en autónomo, pero eso supone unos gastos fijos que muchos no están en condiciones de afrontar.
Es por ello que un artista con una proyección media, vamos a decir, del orden de 60 conciertos por año, de media, cotiza oficialmente por 60 días. El resto del año, es como si no hubiera trabajado.
Como comprenderás, aquellos que "triunfan", y se forran, no tienen problema. Pero esto depende muchísimo, como puedes suponer, más de la suerte y del ansia de la persona en cuestión que de su valia artística. Pero esto es otro tema. En cualquier caso, los oropeles y abalorios que brillan mucho desde fuera no se corresponden con la realidad de muchos músicos, que malviven de su arte toda su vida.
Cuando a un músico le llega la edad de la jubilación, más le vale que se haya cubierto las espaldas, porque si no...
Estos últimos tiempos, las cosas se han puesto MUY complicadas: se conjugan los factores negativos:
La baja cultura musical del público, y su bajísima exigencia de calidad, tanto en la forma como en el fondo, con, de un lado, las macrooperaciones de marketing como OTo Eurovisión y del otro el mp3 (esto último es LO PEOR que le pudo pasar a la música estos últimos tiempos);
La facilidad de copia y de propagación de la misma, con los sistemas digitales de audio (y vídeo) e Internet, e-Mule, etc...
Y en menor medida, el Top-Manta.
Chungo chungo.
Te aseguro que es un panorama MUY sombrío para la creación artística en general, y la musical en particular.