HEBDOMARIO 5 - EL TRABAJO
Publicado: Sab Feb 27, 2010 3:06 pm
En esta ocasión, empezaré por cagarme en la leche que le dieron al que inventó la semana laboral. El muy cabrón tergiversó mi valiosísima enseñanza y condenó a la humanidad a la esclavitud durante seis días a la semana. Yo no hice la creación en seis días y descansé el séptimo, sino que descansé el séptimo y todos los siguientes. La diferencia es notable, y hay que ser muy cortito para no darse cuenta del error.
Y lo mismo pasa con eso de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. La metáfora era bien clara: Ganarás el pan haciendo trabajar a las neuronas, llegando incluso a sudar un poco en la frente debido al calor generado por la actividad de tu cerebro; pero te abstendrás en todo lo posible de cualquier actividad física fatigosa, que no sea la que tú y yo estamos pensando.
Para colmo, los pocos mortales que han comprendido el mensaje correctamente y siguen mi ejemplo con devoción, suelen ser tachados de parásitos inútiles por sus congéneres. Y digo yo: ¿A caso, no es la vagancia el motor de la civilización y el progreso? Si los romanos hacían acueductos era porque les tocaba los cojones tener que ir a por agua al río. Entonces, ¿no han sido los vagos quienes os sacaron de las cavernas y os dieron todos los avances y el confort que hoy disfrutáis? ¿Es qué no os dais cuenta que ofendiendo a estos iluminados me ofendéis a mi?
Newton estaba TUMBADO, cuando le cayó la manzana que le hizo descubrir la Ley de la Gravedad. Sí, ya sé que se pasó con el nombre. Tendría que llamarse Ley de la Levedad. Si le hubiese caído un ladrillo, sí sería grave, pero sólo fue una manzana. El caso es que el bueno de Newton era muy aprensivo y bastante exagerado.
Así mismo, Arquímedes iba a TUMBARSE en la bañera, cuando observó que estaba poniendo perdido el suelo del cuarto baño y llegó a la conclusión de que necesitaba crear la fregona para recoger el agua más cómodamente. Sin embargo, luego se distrajo con no sé qué principio, y se le olvidó por completo el inventó. Podría llenar páginas con las valiosísimas aportaciones de esta gran estirpe, pero me fatigaría mucho y traicionaría mis propias enseñanzas.
Lo cierto es que la humanidad se pervirtió hace mucho. En todas las civilizaciones, los poderosos siempre se han empeñado en impedir que los demás disfruten del ocio, obligándoles a hacer cosas tan absurdas como levantar pesados monolitos o edificar pirámides, etc. ¿Habrá algo más inútil y fatigoso que edificar una pirámide?
En la actualidad, adoráis a deportistas, pero no a cualquier clase de deportista (como por ejemplo un maestro del ajedrez); no, vosotros adoráis a individuos que corren y sudan dando patadas a un balón o haciendo burradas por el estilo. También cometéis sacrilegio cuando dedicáis vuestras horas libres o las vacaciones a pintar la casa, reparar el auto, etc. Debe quedar claro que el descanso es sagrado. Y, si la pereza es la madre de todos los vicios, como madre que es, hay que respetarla.
Estoy realmente enojado con vosotros. El problema es que, como soy de color rojo, nadie se entera cuando me encolerizo. Pero, si os libráis de un castigo divino, es porque soy mucho más perezoso que el dios de la competencia; ese al que se le va la pinza y se pone a destruir y a masacrar como loco. Luego dicen que Él es Amor, supongo que será porque lo deja todo bien “jodido” cada vez que se encabrona.
También es justo reconocer que algunos grupos humanos sí merecen toda mi simpatía y aprecio. Los orientales, sin ir más cerca, respetan y hasta veneran a personas que se pasan todo el día sin hacer absolutamente nada. ¿Y que decir de todos esos millones de individuos que han alcanzado un nivel evolutivo superior, y que a diario me honran, practicando el noble arte de la siesta? Ellos son mis devotos seguidores, aun cuando todavía no me conocen y, muy a su pesar, no pueden adorarme como quisieran. Precisamente, para evitar esta lamentable situación, voy a lanzar una gran campaña publicitaria con la que espero que colaboren todos los lectores.
Por un mínimo de coherencia, no voy a pediros que os fatiguéis yendo de puerta en puerta para evangelizar al mundo. Gracias a internet es posible realizar esta labor de una forma mucho más descansada. Desde vuestros ordenadores podéis enviar mi sagrada palabra a todos vuestros contactos. Y no olvidéis adjuntar la siguiente imagen que, para ser venerada correctamente, ha de ser colocada en el techo del dormitorio o en otro lugar en el que pueda ser vista desde la cama, sin realizar ningún esfuerzo o adoptar incómodas posturas.
Mientras las misas de otras religiones parecen clases de aerobic (de rodillas, en pie, podéis sentaros…) o se hartan de hacer abdominales en dirección a la Meca, el reficulismo solo exige a sus fieles que se tumben lo más cómodamente posible.
Si te conviertes, tendrás una excusa respetable para pasar en la cama tanto tiempo como desees. No haces el vago, cumples con los preceptos de tu nueva religión. No eres un parásito inútil, sino un ser superior que no necesita manifestar su energía potencial para sentirse realizado. Eres un creyente que ejerce la libertad de culto. El devoto reficuliano/a, se merece toda la consideración que, hasta ahora, sus familiares, amigos, compañeros y el sistema, en general, le han negado tan injustamente.
Y lo mismo pasa con eso de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. La metáfora era bien clara: Ganarás el pan haciendo trabajar a las neuronas, llegando incluso a sudar un poco en la frente debido al calor generado por la actividad de tu cerebro; pero te abstendrás en todo lo posible de cualquier actividad física fatigosa, que no sea la que tú y yo estamos pensando.
Para colmo, los pocos mortales que han comprendido el mensaje correctamente y siguen mi ejemplo con devoción, suelen ser tachados de parásitos inútiles por sus congéneres. Y digo yo: ¿A caso, no es la vagancia el motor de la civilización y el progreso? Si los romanos hacían acueductos era porque les tocaba los cojones tener que ir a por agua al río. Entonces, ¿no han sido los vagos quienes os sacaron de las cavernas y os dieron todos los avances y el confort que hoy disfrutáis? ¿Es qué no os dais cuenta que ofendiendo a estos iluminados me ofendéis a mi?
Newton estaba TUMBADO, cuando le cayó la manzana que le hizo descubrir la Ley de la Gravedad. Sí, ya sé que se pasó con el nombre. Tendría que llamarse Ley de la Levedad. Si le hubiese caído un ladrillo, sí sería grave, pero sólo fue una manzana. El caso es que el bueno de Newton era muy aprensivo y bastante exagerado.
Así mismo, Arquímedes iba a TUMBARSE en la bañera, cuando observó que estaba poniendo perdido el suelo del cuarto baño y llegó a la conclusión de que necesitaba crear la fregona para recoger el agua más cómodamente. Sin embargo, luego se distrajo con no sé qué principio, y se le olvidó por completo el inventó. Podría llenar páginas con las valiosísimas aportaciones de esta gran estirpe, pero me fatigaría mucho y traicionaría mis propias enseñanzas.
Lo cierto es que la humanidad se pervirtió hace mucho. En todas las civilizaciones, los poderosos siempre se han empeñado en impedir que los demás disfruten del ocio, obligándoles a hacer cosas tan absurdas como levantar pesados monolitos o edificar pirámides, etc. ¿Habrá algo más inútil y fatigoso que edificar una pirámide?
En la actualidad, adoráis a deportistas, pero no a cualquier clase de deportista (como por ejemplo un maestro del ajedrez); no, vosotros adoráis a individuos que corren y sudan dando patadas a un balón o haciendo burradas por el estilo. También cometéis sacrilegio cuando dedicáis vuestras horas libres o las vacaciones a pintar la casa, reparar el auto, etc. Debe quedar claro que el descanso es sagrado. Y, si la pereza es la madre de todos los vicios, como madre que es, hay que respetarla.
Estoy realmente enojado con vosotros. El problema es que, como soy de color rojo, nadie se entera cuando me encolerizo. Pero, si os libráis de un castigo divino, es porque soy mucho más perezoso que el dios de la competencia; ese al que se le va la pinza y se pone a destruir y a masacrar como loco. Luego dicen que Él es Amor, supongo que será porque lo deja todo bien “jodido” cada vez que se encabrona.
También es justo reconocer que algunos grupos humanos sí merecen toda mi simpatía y aprecio. Los orientales, sin ir más cerca, respetan y hasta veneran a personas que se pasan todo el día sin hacer absolutamente nada. ¿Y que decir de todos esos millones de individuos que han alcanzado un nivel evolutivo superior, y que a diario me honran, practicando el noble arte de la siesta? Ellos son mis devotos seguidores, aun cuando todavía no me conocen y, muy a su pesar, no pueden adorarme como quisieran. Precisamente, para evitar esta lamentable situación, voy a lanzar una gran campaña publicitaria con la que espero que colaboren todos los lectores.
Por un mínimo de coherencia, no voy a pediros que os fatiguéis yendo de puerta en puerta para evangelizar al mundo. Gracias a internet es posible realizar esta labor de una forma mucho más descansada. Desde vuestros ordenadores podéis enviar mi sagrada palabra a todos vuestros contactos. Y no olvidéis adjuntar la siguiente imagen que, para ser venerada correctamente, ha de ser colocada en el techo del dormitorio o en otro lugar en el que pueda ser vista desde la cama, sin realizar ningún esfuerzo o adoptar incómodas posturas.
Mientras las misas de otras religiones parecen clases de aerobic (de rodillas, en pie, podéis sentaros…) o se hartan de hacer abdominales en dirección a la Meca, el reficulismo solo exige a sus fieles que se tumben lo más cómodamente posible.
Si te conviertes, tendrás una excusa respetable para pasar en la cama tanto tiempo como desees. No haces el vago, cumples con los preceptos de tu nueva religión. No eres un parásito inútil, sino un ser superior que no necesita manifestar su energía potencial para sentirse realizado. Eres un creyente que ejerce la libertad de culto. El devoto reficuliano/a, se merece toda la consideración que, hasta ahora, sus familiares, amigos, compañeros y el sistema, en general, le han negado tan injustamente.