Lo suyo sería que fueran recetas con ingredientes no demasiado extravagantes o locales, que casi cualquiera pudiera acceder a ellos.
Y como siempre digo, ¿para muestra qué mejor que un botón?
-Carne picada (a elegir, vaca o mezcla de cerdo y vaca, cantidad al gusto)
- miga de pan (1/4 de la cantidad de carne que tengamos, a ojo y por volumen)
- leche
- 1 huevo
- ajo (dos cabezas)
- perejil (un puñado)
- pan rallado
- 2 pastillas de caldo de carne (Avecrem o cosas por el estilo, dependiendo de la zona)
- Harina (media cucharada sopera)
- patatas (valen congeladas)
- sal
- pimienta cayena (guindillas enteras secadas)
Preparación:
Albóndigas:
Antes de nada, para los menos duchos, decir que se venden ya hechas en muchas carnicerías, por si queréis ahorraros este paso.
Se pone la miga de pan a remojar en la leche durante unos minutos, tras lo cual se escurre y se deshace. Se mezcla en un cuenco junto a la carne picada, el huevo ya batido y una pizca de sal, amasándolo todo con las manos.
Una vez hecho se coge un poco y con las manos se le da forma redonda (tamaño, como una pelota de ping-pong).
Opcionalmente se puede introducir en el centro de la albóndiga un cuadradito de queso (ya sea queso tipo suizo, azul o lo que sea, según gusto), que da buen sabor.
Una vez hechas todas, en un plato se pone el pan rallado y se pasa las albóndigas por él hasta que queden recubiertas con una capa de este (que tengan pan por toda su superficie sin necesidad de que sea una cobertura perfecta).
Se fríen en abundante aceite no demasiado caliente (para que no se quemen por fuera y queden crudas por dentro, el aceite tiene que freir pero no demasiado, o sea, el fuego no tiene que estar a tope) durante unos minutos. No buscamos hacerlas del todo en el aceite, o sea que si nos quedan un poco crudas no pasa nada. Una vez hechas se apartan en un plato.
Salsa verde:
Se cogen las cabezas de ajo. Para pelarlas, se les da un golpe con la mano sobre una superficie dura, se corta con el cuchillo la parte dura de abajo y el piquito de arriba, y ya sale fácil la "piel". Una vez hecho esto se cortan en daditos pequeños.
El perejil se pica para que quede en trozos no muy grandes, o si se prefiere se venden botes de perejil donde las especias en cualquier supermercado que ya viene picado.
Se coge la pimienta cayena (dependiendo del gusto, mínimo una, para que la salsa quede picante dos y muy picante cuatro) y se corta por la mitad.
Se coge la sartén y se echa un chorro de aceite, suficiente para cubrir toda la superficie, y cuando esté caliente se echan los daditos de ajo, media cuchara sopera de harina y se deja freir unos segundos mientras se remueve (no demasiado, unos diez o quince). Tras ello se echa los trozos de guindilla y se echa agua. La cantidad de agua marcará la cantidad de salsa que saldrá, pero para unas quince albóndigas va bien con tres o cuatro vasos de agua.
Se echa el perejil y las dos pastillas de caldo de carne (se pueden partir en trocitos para que se deshagan más rápido) y se remueve todo hasta que las pastillas se disuelvan.
Una vez hecho esto, se echa la salsa en una cazuela puesta a fuego lento y se introducen las albóndigas en ella. Las dejamos así aproximadamente treinta minutos, pero si las dejamos un poco más no pasa nada.
Las patatas se fríen y, aunque es opcional, aconsejo una vez fritas meterlas en la misma cazuela de las albóndigas, para que tomen el sabor de la salsa, quedan muy ricas.
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Y listo. Todo el proceso no lleva más de cuarenta o cuarenta y cinco minutos si se tienen los ingredientes a mano, y aunque escrito puede ser mucha letra, en realidad es muy fácil de hacer. Así al menos quien no esté acostumbrado a cocinar tendrá para llevarse al buche una comida decente y sabrosa, fuera de las comidas precocinadas.
Venga, que alguien se anime y ponga alguna recetila fácil.