Estoy segura de que se habrían opuesto a la rueda, ese invento de satanás, de haber existido la ICAR entonces.
Recuerdo el caso de este niño, y creo recordar que amenazaron con la excomunión, pero supongo que no la llevarían a efecto.
En cambio, sí que recuerdo algo mejor otro caso: un padre violó a su hija de nueve años en Brasil. La madre la llevó al médico, y como la niña quedó embarazada, le practicaron un aborto. Excomulgaron a la madre (lo que no recuerdo es si también a los médicos y a la niña), pero al padre no. Violar a una hija de nueve años es menos delito para la ICAR que salvarle de daños graves previsibles con un embarazo a los nueve años, y de cargar con una criatura toda su vida.
Hacer un recopilatorio sería como ir colocando un oceáno en otro sitio, gota a gota.
Con el tiempo se les va ganando la batalla, pero el daño que hacen mientras tanto es enorme. Y si no que se lo pregunten a cualquier persona joven en silla de ruedas por un accidente, si diez o veinte años de retraso son importantes. O a todos los que han sufrido una agonía larga, dolorosa e indigna, situación frecuente y agravada en Madrid desde la acusación al Dr. Montes.
Parece mentira que tanta gente católica pero no practicante, y tantos no creyentes sean incapaces de ver el daño objetivo que hace la ICAR con la influencia que mencionas sobre las costumbres y sobre todo las leyes.