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El teléfono móvil, posible causa de cáncer cerebral según la OMS

La OMS alerta de los posibles riesgos cancerígenos de las radiaciones móviles. La agencia de la ONU avisa de que no hay estudios definitivos, pero sitúa las radiaciones en el grupo de riesgo 2B junto al plomo o el cloroformo

Efe.31-05-2011

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) vincularon hoy el uso de teléfonos celulares con un "posible" riesgo de cáncer cerebral en seres humanos. Ambas organizaciones anunciaron en Lyon (sureste de Francia) que los campos electromagnéticos generados por las radiofrecuencias de ese tipo de dispositivos se consideran "posiblemente carcinogénicos para los humanos" y se clasifican, por ello, en la categoría "2B".

La OMS y la IARC basaron su decisión de esa clasificación en las evidencias obtenidas sobre el impacto de esos campos electromagnéticos en el origen de gliomas, un tipo maligno de cáncer cerebral. Aunque no cuantificó el riesgo, el grupo de trabajo OMS-IARC se refirió a que un estudio, con datos hasta 2004, detectó un incremento del 40 % en el riesgo de gliomas entre los usuarios más frecuentes de celulares, es decir, los que los empleaban de media treinta minutos al día en un período de diez años.

No obstante, matizó que las evidencias del riesgo de glioma y de neuroma acústico son "limitadas" para los usuarios de celulares, lo que significa que hay una "asociación positiva" creíble entre la exposición al agente y el cáncer, pero que no se pueden excluir otros factores en el desarrollo de éste.

El responsable del grupo de trabajo constituido por la OMS y la IARC, Jonathan Samet, de la University of Southern California, declaró que las pruebas reunidas hasta ahora "son lo suficientemente sólidas (...) para la clasificación del tipo '2B'". Esta categoría es una de las que la IARC utiliza para identificar los factores medioambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer en seres humanos y entre los que hay sustancias químicas, exposiciones laborales y agentes físicos y biológicos, entre otros.

Desde 1971, la IARC ha analizado más de 900 agentes, de los cuales unos 400 han sido identificados como carcinógenos o potencialmente carcinógenos para los seres humanos. El grupo "2B" incluye los agentes de los que se tiene una "evidencia limitada de carcinogénesis en humanos" y el "2A" aquellos que son "probablemente carcinógenos" para los humanos. En el primer grupo, el "1", la IARC incluye a los agentes para los que se tiene "evidencia suficiente" de que son carcinógenos para los seres humanos.

La conclusión del grupo de trabajo que hoy expuso sus resultados en Lyon es que "podría haber algún riesgo y que, por lo tanto, tenemos que vigilar de cerca el vínculo entre los celulares y el riesgo de cáncer", añadió Samet.

Christopher Wild, director de la IARC, añadió que, "dadas las potenciales consecuencias de estos resultados y de esta clasificación para la salud pública, es importante que se investigue más a largo plazo el uso intensivo de celulares". "A falta de esa información, es importante tomar medidas pragmáticas para reducir la exposición a aparatos como los manos libres o de envío de mensajes de texto", agregó Wild.

Ya podemos preguntarnos por qué el autor del informe más serio y contundente sobre los peligros del teléfono móvil, Repacholi, está hoy defendiendo su uso, en su evolución de "científico" a "vendido".

Repacholi hizo este estudio, universalmente aceptado como científicamente correcto en 1994, si no recuerdo mal en la Universidad de Adelaida, en Australia. De entrada, tardó casi dos años en hacerlo público, puesto que se había comprometido a esperar a hacerlo si el resultado era negativo -como lo era- hasta que la compañía telefónica estatal hubiera sido privatizada. Hablo de memoria, así que es posible que algún dato sea incorrecto, pero a grandes líneas es lo que ocurrió entonces.

Utilicé este estudio en 1996 para convencer a mis vecinos de la no conveniencia de colocar una antena repetidora de telefonía móvil en el edificio en donde tenía mi vivienda, un ático. No deseaba que se me "friesen" constantemente todos los aparatos electrónicos, por no hablar de mis propias neuronas.

Sorprendentemente, Repacholi se convirtió con el tiempo en un defensor a ultranza de la telefonía móvil, y, por lo que sé, está a sueldo de la OMS.

Para lanzar ahora esta "información" sobre los efectos negativos del uso del móvil -antigua y conocida- a la primera plana, una de dos: o el escándalo para la salud es imposible de esconder, o tienen preparado algo que nos van a vender echando leches.

Cada vez me parece que nos parecemos más a una granja de chinches pastoreada por las hormigas.

Solo que a las chinches las cuidan mejor, las hormigas.

Shé, hay una diferencia entre los teléfonos móviles y las antenas de telefonía móvil.

El teléfono móvil te lo pones pegado a la oreja, y aunque su potencia es muy escasa la corta distancia que te separa de él hace que te afecte igualmente.

Las antenas, sin embargo, están a una considerable distancia de tí, aunque vivas en el piso que está inmediatamente bajo ella, y con su baja potencia (no recuerdo exactamente, pero creo que no llegaban a los 50 W) no pueden hacerte nada.

Por ponerte un ejemplo, las antenas de donde trabajo, que emiten radiofrecuencia con una potencia de 10.000 W, tienen un límite de seguridad de cincuenta metros. Dentro de ese límite se puede estar pero se recomienda no permanecer durante tiempos prolongados. Fuera del límite puedes estar indefinidamente. Donde paso la mayor parte del tiempo estoy rodeado de cuarenta de esas antenas (en el centro de todas ellas), situadas todas en un radio de menos de un kilómetro, y no sufro ni sufriré ningún efecto perjudicial.
En los buques las antenas radian con una potencia de 1.000 W y tampoco pasa absolutamente nada, incluso tras décadas de exposición.

Te expones diariamente a radiaciones muchísimo más peligrosas que las antenas de telefonía móvil, pues de estas, a menos que subas a la terraza, cojas una escalera y te encarames en ella para ponerte al lado de la parte emisora, no te llegará radiación ninguna.

Esto es una parte de una información que se publicó en su día :

La proliferación de la telefonía móvil y sus efectos colaterales han alertado a la comunidad científica sobre los peligros que se pueden generar por el uso reiterado de nuevos aparatos que utilizan el sistema digital de transmisión de señales GSM, por medio del cual se emiten señales de baja potencia pero de alta frecuencia. Parece comprobado que tanto los teléfonos móviles como las antenas reemisoras de señales que utilizan el sistema GSM crean a su alrededor campos electromagnéticos en contacto con los cuales se emiten radiaciones nocivas para la salud humana al generar campos de exoposición electromagnéticos.

Numerosas publicaciones tanto de tipo convencional como a través de Internet están avisando desde hace algunos años sobre los peligros que puede originar el uso generalizado de la telefonía móvil, tanto para el propio usuario como para las personas de su inmediato entorno, ya que la creación de los ya señalados campos magnéticos se extiende en un radio que se ha cifrado recientemente en alrededor de unos noventa metros desde el emisor-receptor.

Algunos sitios en Internet están alertando sobre dichos efectos nocivos para la salud. Por ejemplo, el grupode trabajo de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza, cuyas acciones se dirigen en la actualidad a solucionar el problema de la proliferación de las antenas para la telefonía móvil y a los riesgos que entrañan las radiaciones procedentes de éstas.

Existe ya una entidad que coordina las acciones contra las líneas de alta tensión e instalaciones de transformación cuya página se encuentra en la dirección genérica http://www.terra.es/personal/kirke1" onclick="window.open(this.href);return false; desde la cual se accede a otras en las que se denuncian tanto los posibles efectos perniciosos como las acciones para paliar los efectos del uso de la telefonía móvil por medio de la utilización de otro tipo de tecnología digital que no conlleve la constante ionización a que se encuentra expuesta una parte importante de la población mundial.

Mucho me temo que todo esto tiene más de espectáculo y de noticia creada que de realidad.

En días como hoy - Los móviles, "posiblemente cancerígenos"

3 minutos de audio http://media4.rtve.es/resources/TE_SENT ... 769250.mp3" onclick="window.open(this.href);return false;

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado los móviles como "posiblemente cancerígenos para el hombre". Basa su decisión en las evidencias obtenidas sobre el impacto de campos electromagnéticos en el origen de gliomas, un tipo maligno de cáncer cerebral. Sin embargo, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Emilio Alba, afirma que se trata de una advertencia general en la que hay que profundizar (01/06/11).

Un equipo de la Universidad de Alberta, en Canadá, publica hoy en Science Translational Medicine los resultados de un estudio en el que se ha trabajado sobre 49 glioblastomas.Evangelos Michelakis, autor principal, ya había descubierto en el año 2007 que el DCA revierte el crecimiento tumoral in vitro y en determinados modelos no humanos.

Este efecto se producía gracias a una alteración del metabolismo del cáncer: modificando la forma en la que el tumor adquiere nutrientes, especialmente azúcares, la molécula era capaz de debilitarlo hasta romper su resistencia a la muerte celular. Desde entonces se ha tratado de progresar en esta línea, confirmándose desde diferentes grupos internacionales las teorías de Michelakis, hasta que ahora se ha podido demostrar que el DCA es también útil en los pacientes.

Alteración sobre las CM
El estudio de las 49 muestras minutos después de su resección quirúrgica ha permitido corroborar que los tumores responden al fármaco gracias a una alteración de su metabolismo. Con estos datos sobre la mesa, los investigadores trataron a cinco pacientes afectados de glioblastoma avanzado y tomaron muestras antes y después de la terapia con el DCA.

La comparación de los tejidos confirmó punto por punto lo establecido por los ensayos in vitro y aportó aún más información: los cambios que la molécula provoca en el metabolismo del glioblastoma afectan a sus células madre, las responsables de las recurrencias.En estos cinco pacientes la molécula tardó tres meses en alcanzar niveles en sangre lo suficientemente altos como para alterar el metabolismo tumoral. No se han observado apenas efectos secundarios, salvo en ciertos casos en los que se han utilizado dosis muy altas, en los que hay problemas nerviosos como entumecimiento de los dedos de pies y manos.

En algunos pacientes se observaron mejoras clínicas, ya que se vio que el tumor menguaba o no crecía durante 18 meses. Los autores del trabajo creen que apenas pueden sacarse conclusiones clínicas debido al escaso número de afectados tratados con el DCA, pero valoran los datos y piden esfuerzos para promocionar ensayos clínicos con esta prometedora molécula.

http://oncologia.diariomedico.com/2010/ ... oma-humano

Wilalgar escribió:Shé, hay una diferencia entre los teléfonos móviles y las antenas de telefonía móvil.

Ya lo sé. El estudio de Repacholi se realizó sobre el uso del teléfono móvil, no sobre las antenas. No habiendo podido entoncies encontrar ningún estudio sobre antenas, y siendo imposible que los técnicos de la compañía de teléfonos nos facilitasen datos técnicos de la antena que querían instalar, usé el de Repacholi y algo de información/estimación que me facilitó un físico experto.

Wilalgar escribió:El teléfono móvil te lo pones pegado a la oreja, y aunque su potencia es muy escasa la corta distancia que te separa de él hace que te afecte igualmente.

Las antenas, sin embargo, están a una considerable distancia de tí, aunque vivas en el piso que está inmediatamente bajo ella, y con su baja potencia (no recuerdo exactamente, pero creo que no llegaban a los 50 W) no pueden hacerte nada.

Ese era precisamente el problema, que no había datos. Entonces me hubiera fiado si me los hubieran dado. Hoy no.

Tienes suerte si conoces con exactitud la potencia de las antenas que te rodean y su influencia, porque aunque hoy sí debe haber una reglamentación, dudo que las compañías de teléfonos la respeten (sería lo único que respetan).

Creo que la influencia es inversamente proporcional al cubo de la distancia, por lo que si la antena estuviera lo suficientemente alejada de la vivienda más cercana no habría ningún problema en principio.

De todas maneras, la cuestión es el cambio radical que ha dado el Sr. Repacholi, ya que aunque hoy los teléfonos móviles emiten menos radiación que entonces, su uso es escandalosamente masivo, los llevamos siempre encima -o casi- y están constantemente comunicando aunque no llamemos.

Yo no me opongo a usarlo, ni al WIFI, ni a nada por principio. Pero me toca las narices que sea tan difícil obtener información fiable porque en esto, como en todo, si hay negocio éste se protege antes que la salud de los ciudadanos.

Además hay que tener en cuenta que hay personas más sensibles que otras, y cuando alguien se ve negativamente influenciado por las radiaciones se tarda eones en diagnosticar el problema -suponiendo que se diagnostique- porque prácticamente no hay formación médica en este terreno: solo se niega la mayor.

Noticias que indican que podría haber un problema salen constantemente. Y motivos para dudar de la honestidad de las compañías a la hora de colaborar por la salud pública hay de sobra.

http://www.lavozdegalicia.es/pontevedra ... 2C5991.htm" onclick="window.open(this.href);return false;

http://www.europapress.es/salud/noticia ... 15606.html" onclick="window.open(this.href);return false;

http://ania.urcm.net/spip.php?article34572" onclick="window.open(this.href);return false;

Desgraciadamente, los antecedentes de litigios entre ciudadanos y fabricantes de productos nocivos no aconsejan a estas alturas otra actitud que la de la cautela más exquisita. Si dañan, la única manera de saberlo es ganar un juicio cuando el daño ya está hecho. Y no todos nos enteramos, porque estas noticias no suelen salir en primera página. Una cosa es una alerta general, muy del gusto actual para llamar la atención, y otra muy distinta una información científica y real que habitualmente se nos escatima.

Menos mal que siempre podemos recurrir a las pulseras magnéticas que equilibren las frecuencias naturales de los pulsos electromagnéticos de nuestro organismo.

Eso sí.

Además puedes enganchar el collar del perro en la pulsera. Como el perro va descalzo, te hace de toma de tierra.

¿Qué significa pertenecer al Grupo 2B?

Esto significa que hay ciertas pruebas que vinculan los teléfonos móviles con el cáncer, pero que son demasiado débiles para sacar alguna conclusión sólida. Específicamente, el panel del IARC dijo que las pruebas de que los móviles suponen un riesgo para la salud se “limitaba” a dos tipos de tumores cerebrales – el glioma y el neuroma acústico – y son “insuficientes” cuando se trata de otros tipos de cáncer.

El Presidente del grupo, el Dr. Jonathan Samet, dijo que: “La conclusión significa que podría haber algún riesgo, y por tanto tenemos que mantener un ojo sobre el vínculo entre teléfonos móviles y riesgo de cáncer”.

El IARC clasifica distintas cosas de acuerdo a si es probable que causen cáncer, desde el tabaco o virus a ciertos trabajos. Hay unas reglas de oro para este tipo de cosas. Existen cinco posibles categorías de riesgo:

Grupo 1 es el mayor, reservado para cosas como fumar, asbestos, alcohol etc. Significa que hay pruebas extremadamente sólidas de que la cosa en cuestión provoca cáncer.

El Grupo 2A incluye cosas que son “probablemente carcinógenas para los humanos”. Aquí, las pruebas son “limitadas” para los humanos, pero “suficientes” en estudios con animales.

El Grupo 2B – éste es el grupo donde se encuentran ahora los teléfonos móviles – y se agrupan cosas que son “posiblemente carcinógenas para los humanos”. Significa que hay “pruebas limitadas” de que algo provoca cáncer en la gente, e incluso las pruebas en estudios con animales son “menos de lo suficiente”. El grupo 2B indica que hay ciertas pruebas de riesgo, pero nada convincente. Este grupo termina siendo una especie de cajón de sastre, e incluye todo desde la carpintería al cloroformo.

El grupo 3 indica que algo “no es clasificable como carcinógeno para los humanos”. Esto significa que las pruebas son “insuficientes” en humanos o “insuficientes o limitadas” en animales. Normalmente, simplemente no hay suficientes estudios para posicionarse.

El grupo 4 indica algo que probablemente no provoca cáncer en humanos. Hasta el momento, sólo hay un compuesto químico – caprolactama – en este grupo. La gente bromea con esto diciendo que todo provoca cáncer, pero simplemente refleja el hecho de que el IARC centra su atención en cosas que podrían suponer, potencialmente, un riesgo para la salud.

¿De dónde proceden las pruebas?

Incluso aunque este tema consigue una gran atención de los medios, se han realizado relativamente pocos estudios sobre teléfonos móviles y cáncer. La mayor parte de ellos son “estudios de caso-control – comparan gente que ya tiene cáncer (casos) con personas sanas (controles), y les preguntan sobre su uso de teléfonos móviles en el pasado. Estos estudios incluyen el estudio InterPhone, una colaboración internacional de científicos de 13 países, y el trabajo del grupo de Lennart Hardell en el Hospital Universitario de Orebro.

Hasta el momento, sólo un estudio danés ha seguido realmente a un grupo de personas sanas (alrededor de 420 000) para ver si su uso de los teléfonos móviles afectaban a un riesgo futuro de cáncer.

¿Qué dicen las pruebas?

Un menor número de publicaciones, mayormente del grupo de Hardell, han encontrado asociaciones entre teléfonos móviles y riesgo de cáncer cerebral. Pero la mayor parte de los artículos, incluyendo los de Interphone y el estudio Danés, han encontrado que el uso de los teléfonos móviles no incremental el riesgo de cáncer cerebral, o cualquier otro tipo de cáncer, durante al menos 10 años de uso.

Para darte una idea de las pruebas hasta la fecha, aquí tienes dos imágenes que representan los estudios sobre teléfonos móviles y cáncer cerebral de glioma hasta 2009 (tomado de éste artículo). La imagen de arriba muestra el efecto de uso a corto plazo (menos de cinco años), y la de abajo trata del uso a largo plazo (más de 5 años). Cada punto muestra el resultado de un único estudio. Si está en la línea horizontal, no hay efecto. Si está por encima o debajo de la línea, sugiere que los teléfonos móviles podrían incrementar o reducir el riesgo de cáncer, respectivamente.

Las barras por encima y debajo de los puntos son importantes – representan el “intervalo de confianza”, el cual indica cómo de fiable es el resultado. Si las barras cruzan la línea horizontal, esto significa que el resultado no es estadísticamente significativo. Podría deberse a la casualidad, o a un sesgo. Como puedes ver, sólo uno de los 14 estudios encontró que los teléfonos móviles afectaban significativamente al riesgo de cáncer.

El punto que está segundo por la derecha (etiquetado con “pooled estímate”) representa los resultados combinados de todos los estudios. De nuevo, puedes ver que está casi encima de la línea, lo que sugiere que los teléfonos móviles no afectan al riesgo de cáncer.

¿Podría provocar cáncer los teléfonos móviles?

Ésta es una pregunta importante. Los científicos tienen confianza en que el tabaco, alcohol o los asbestos pueden provocar cáncer debido a que pueden explicar cómo afectan estas cosas a la forma en que funcionan nuestras células. Estas explicaciones se conocen como “mecanismos biológicos” – desempeñan un papel vital en establecer que algo provoca cáncer.

Hasta el momento, nadie ha sido capaz de proporciona un buen mecanismo biológico para el vínculo entre teléfonos móviles y cáncer. La cuestión del “cómo” aún sigue abierta. Los teléfonos emiten radiación de microondas, pero es millones de veces inferior a la energía de, pongamos, un rayo-X y no es lo bastante potente para dañar nuestro ADN. Calientan suavemente el cuerpo, pero de nuevo, no lo suficiente para que suponga un riesgo para la salud. Se han propuesto otras sugerencias, pero ninguna está respaldada por pruebas sólidas.

¿La tasa de cáncer se está elevando?

Si los teléfonos móviles incrementan el riesgo de cáncer cerebral, la tasa de esta enfermedad debería estar disparándose dado que el uso de los teléfonos móviles ha aumentado drásticamente en las últimas décadas.

Pero estudios en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia no han encontrado tales tendencias. En el Reino Unido, la incidencia del cáncer cerebral se ha mantenido estable durante las últimas décadas. Un reciente estudio ingles concluye que: “el mayor uso de los teléfonos móviles entre 1985 y 2003 no ha llevado a un aumento notable en la incidencia del cáncer cerebral el Inglaterra entre 1998 y 2007”.

Los cánceres de cerebro necesitan muchos años para desarrollarse, por lo que es posible que estas tendencias sólo empezaran a aumentar tras más tiempo.

Es importante citar la fuente cuando se copian textos.

A mí me va a salir un tumor cerebral con el teléfono portátil pero no por las radiaciones, sino por las horas que me paso escuchando tonterías.

Tenéis razón, he olvidado la fuente del articulo, es lo primero que copié pero no sé por qué no se ha copiado todo.

Artículo publicado por Ed Yong el 31 de mayo de 2011 en Cancer Research UK

¿Y qué hay del resto de emisiones electromagnéticas?

Desde hace décadas estamos rodeados de aparatos. Cualquier motor eléctrico emiten ondas, pero nadie huye de su lavadora como alma que lleva el diablo.

¿Y qué me dicen del chispazo de las bujías? Éste puede ser captado por un receptor de radio a más de 100 metros. Sin embargo, a nadie le molesta ser bombardeado por estas ondas 12.000 veces por minuto estando a un metro de distancia.

Creo que hay mucha tomadura de pelo y mucho negocio sucio tras estos temas.

Yo suelo poner el portátil en el regazo, sobre todo cuando al mismo tiempo veo la tele ¿es malo doctor?

Pastranec escribió:Yo suelo poner el portátil en el regazo, sobre todo cuando al mismo tiempo veo la tele ¿es malo doctor?

El móvil no se sabe muy bien.

Pero la tele es, probablemente, lo peor que hay en una casa, incluyendo la comida "light" de la nevera, si la hubiera.

Uno de mis compañeros de Karate durante años, Alejandro, es un investigador del Ramón y Cajal que trabaja en los daños producidos por las radiaciones, me dijo en una ocasión que las microondas no eran peligrosas más que por el efecto de la energía, es decir, porque te "cocinan", el ha trabajado en este informe:

http://ocw.unican.es/ensenanzas-tecnica ... ctura2.pdf" onclick="window.open(this.href);return false;

Según la mayoría de los artículos, los campos de radiofrecuencias, y en
particular las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, no son
genotóxicas: no inducen efectos genéticos in vitro [en cultivos
celulares] e in vivo [en animales], por lo menos bajo condiciones no
térmicas [condiciones que no producen calentamiento], y no parecen
ser teratogénicas [causar malformaciones congénitas] o inducir cáncer.
Podría haber, únicamente, sutiles efectos indirectos en la replicación
y/o transcripción de los genes bajo condiciones de exposición
relativamente restringidas que se alejan de las condiciones reales.
Puede decirse como conclusión que, en general, los estudios de
promoción del cáncer a las intensidades encontradas en la vida real no
han demostrado que los CEM “no ionizantes” sean agentes o
promotores del proceso cancerígeno.

Las antenas repetidoras de telefonía trabajan normalmente con potencias muy bajas, de 4W o menos, lo que hace que sean poco peligrosas y las antenas de los móviles se rediseñaron en los 90 para cambiar los patrones de radiación y hacer que incidiera menor cantidad de energía en la cabeza.

Los transmisores de los móviles tienen muy poca potencia y además se ajustan para emitir con la mínima potencia posible para aumentar la vida de la batería, eso junto a las nuevas antenas hacen que la potencia radiada a la cabeza sea ínfima, de millonésimas de vatio, claramente insuficiente para producir algún daño.

Si las ondas de radio produjeran cáncer o fueran teratógenas estaríamos todos muertos, porque estamos constantemente atravesados por ondas de radio de todo tipo.

En la segunda guerra mundial, los técnicos descubrieron que se podía calentar el café delante de las antenas de radar, fue eso lo que llevó a Raitenon a fabricar los microondas al finalizar la guerra para aprovechar las fábricas de magnetrones, aquellos primeros de 2Ghz (ahora se usan Klistrones de 20Ghz), por supuesto que las ondas electromagnéticas producen un calentamiento de los tejidos si te atraviesan y seguro que eso no es bueno, pero no es lo mismo meter la cabeza en un horno a 600 grados que acercarte una cerilla a la oreja.

En cualquier caso las ondas electromagnéticas no producen cambios en el ADN de las células, sólo las calientan. No digo que se imposible que eso termine causando un cáncer en algunas personas con predisposición al cáncer y que abusen del móvil, porque podría ser como tener una inflamación o fiebre constante, pero tengo la sensación de que es poco menos que imposible separar el efecto de los móviles de otros factores que producen cáncer.

Por ejemplo, está el caso del aspartamo que parece haberse obviado a pesar de ser mucho más evidente que en el caso de los móviles:
http://www.ecocaja.com/blog/?p=143" onclick="window.open(this.href);return false;

Pero estudios en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia no han encontrado tales tendencias. En el Reino Unido, la incidencia del cáncer cerebral se ha mantenido estable durante las últimas décadas. Un reciente estudio ingles concluye que: “el mayor uso de los teléfonos móviles entre 1985 y 2003 no ha llevado a un aumento notable en la incidencia del cáncer cerebral el Inglaterra entre 1998 y 2007”.

Esta es la conclusión del informe publicado por Ed Yong el 31 de mayo de 2011 en Cancer Research UK, como vemos no hay un aumento de cáncer en la población que habitualmente usa los móviles.

No obstante, cuanto menos hablemos será mejor, para el bolsillo y para el calor cerebral