Eso, que vendan la Barbie al peso, a ver a cuánto sale el Kg.
Ojalá fueran sólo los juguetes. Cantidad de productos se embalan con un exceso de material únicamente para resultar más atractivos, y a menudo, lo que es mucho peor, para ocupar más espacio en las estanterías de los comercios para ser más visibles por un lado y para eliminar productos competidores por otro.
Hace años, en países como Suiza o Alemania, en donde el reciclado de basura era una pesadilla y su incumplimiento gravemente penado, era normal depositar en la caja de los supermercados el exceso de embalaje, ya fuera cartón o plástico. El primer beneficio de hacer esto es que la compra ocupa mucho menos.
Esta sería una excelente manera de presionar a los fabricantes, pues las quejas de los comercios les obligarían bien pronto a reducir la cantidad superflua de cartón, con sus decoraciones, tintes, plastificados, etc., como ya ocurrió hace años en esos países.