Mis definiciones favoritas de Ambrose Bierce
Publicado: Vie Jun 10, 2011 4:25 pm
El libro se llama "Diccionario del diablo".
Aborígenes, s. Seres de escaso mérito que entorpecen el suelo de un país recién descubierto. Pronto dejan de entorpecer; entonces, fertilizan.
Abstemio, s. Persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer.
Aburrido, adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche.
Adherente, s. Secuaz que todavía no ha obtenido lo que espera.
Admiración, s. Reconocimiento cortés de la semejanza entre otro y uno mismo.
Afroamericano, s. Negro que vota por nuestro partido.
Ambidextro, adj. Capaz de robar con igual habilidad un bolsillo derecho que uno izquierdo.
Amnistía, s. Magnanimidad del Estado para con aquellos delincuentes a los que costaría demasiado castigar.
Año, s. Período de trescientos sesenta y cinco desengaños.
Armadura, s. Vestimenta que usa un hombre cuyo sastre es un herrero.
Arquitecto, s. El que construye nuestra casa y derrumba nuestras finanzas.
Audacia, s. Una de las cualidades más evidentes del hombre que no corre peligro.
Belleza, s. Don femenino que seduce a un amante y aterra a un marido.
Boticario, s. Cómplice del médico.
Bruto, s. Ver Marido.
Cañón, s. Instrumento usado en la rectificación de las fronteras.
Capital, s. Sede del desgobierno.
Carne, s. Segunda Persona de la Trinidad secular.
Celoso, adj. Indebidamente preocupado por conservar lo que sólo se puede perder cuando no vale la pena conservarlo.
Cleptómano, s. Ladrón rico.
Col, s. Legumbre similar en tamaño e inteligencia a la cabeza de un hombre.
Cómplice, s. Abogado.
Conocido, s. Persona a quien conocemos lo bastante para pedirle dinero prestado, pero no lo suficiente para prestarle.
Cónsul, s. Persona que no habiendo podido obtener un cargo público por elección del pueblo, lo consigue del gobierno a condición de abandonar el país.
Convencido, adj. Equivocado a voz en cuello.
Corsario, s. Político de los mares.
Cristiano, s. El que sigue las enseñanzas de Cristo en la medida que no resulten incompatibles con una vida de pecado.
Deber, s. Lo que nos impulsa inflexiblemente en la dirección del lucro, por la vía del deseo.
Degenerado, adj. Menos admirable que sus antepasados.
Desposada, s. Mujer que tiene a su espalda una brillante perspectiva de felicidad.
Desprecio, s. Sentimiento que experimenta un hombre prudente ante un enemigo demasiado temible para hacerle frente sin peligro.
Destino, s. Justificación del crimen de un tirano; pretexto del fracaso de un imbécil.
Deuda, s. Ingenioso sustituto de la cadena y el látigo del negrero.
Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.
Distancia, s. Único bien que los ricos permiten conservar a los pobres.
Disuadir, v. t. Proponer a otro un error mucho más grande que el que está por cometer.
Educación, s. Lo que revela al sabio y esconde al necio su falta de comprensión.
Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí. Adj. Sin consideración por el egoísmo de los demás.
Exiliado, s. El que sirve a su país viviendo en el extranjero, sin ser un embajador.
Famoso, adj. Notoriamente miserable.
Fanático, adj. Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.
Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin paralelo.
Fotografía, s. Cuadro pintado por el sol.
Frontera, s. Línea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una, de los derechos imaginarios de la otra.
Futuro, s. Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.
Glotón, s. Persona que escapa a los riesgos de la moderación.
Hipócrita, s. El que profesando virtudes que no respeta se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.
Historiador, s. Chismoso de trocha ancha.
Homeópata, s. Humorista de la medicina.
Humildad, s. Paciencia para planear una venganza que valga la pena.
Humillación, s. Actitud en presencia del dinero o el poder.
Yo, s. Primer objeto de afecto.
Imparcial, adj. Incapaz de percibir ventaja personal en la adhesión a uno de los bandos de una controversia.
Ineficaz, adj. Dícese de lo que no está calculado para favorecer nuestros intereses.
Ladrón de cadáveres, s. El que provee a los médicos jóvenes lo que los médicos viejos han provisto al enterrador.
Loco, adj. Dícese de quien está afectado de un alto nivel de independencia intelectual.
Matar, v. t. Crear una vacante sin designar un sucesor.
Moda, s. Déspota a quien los sabios ridiculizan y obedecen.
Oratoria, s. Conspiración entre el lenguaje y la acción para defraudar al entendimiento.
Paciencia, s. Forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud.
Patriotismo, s. Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso.
Piel roja, s. Indio norteamericano cuya piel no es roja, al menos por afuera.
Plaga, s. En la antigüedad, castigo colectivo infligido a los inocentes para iluminar a sus gobernantes.
Plebiscito, s. Votación popular para establecer la voluntad del amo.
Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.
Rabdomante, s. El que con una varita adivinatoria busca metales preciosos en el bolsillo de un tonto.
Rapacidad, s. Poder ejercido económicamente.
Razonable, adj. Accesible al contagio de nuestras opiniones.
Receta, s. Adivinanza realizada por el médico de lo que prolongará la situación con menor daño para el paciente.
Reconsiderar, v. t. Buscar una excusa para una decisión ya tomada.
Reposar, v.i. Dejar de fastidiar.
Residente, s. y adj. El que no puede irse.
Respetabilidad, s. Fruto amoroso de una calva y una cuenta bancaria.
Resultado, s. Tipo particular de desengaño.
Retaguardia, s. Parte expuesta del ejército que se encuentra más cerca del Congreso.
Reverencia, s. Actitud espiritual de un hombre frente a un dios, y de un perro frente a un hombre.
Rezar, v. i. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un solo peticionante, confesadamente indigno.
Riqueza, s. Ahorros de muchos en las manos de uno.
Sabiduría, s. Tipo de ignorancia que distingue al estudioso.
Sagrado, adj. Capaz de inspirar pensamientos y emociones solemnes. Por ejemplo: el Dalai Lama del Tibet; los Monos en Ceilán; la Vaca en la India; el Cocodrilo, el Gato y la Cebolla del antiguo Egipto, etc.
Santo, s. Pecador fallecido, revisado y editado.
Saquear, v.t. Tomar la propiedad de otro sin observar las reticencias acostumbradas en el robo.
Sobre, s. Ataúd de un documento.
Solo, adj. En mala compañía.
Suficiente, adv. Todo lo que hay en el mundo.
Ganar, v.t. Hacerse de un enemigo.
Teléfono, s. Invención del demonio que suprime las ventajas de mantener distancia.
Urbanidad, s. La forma más aceptable de la hipocresía.
Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente.
Aborígenes, s. Seres de escaso mérito que entorpecen el suelo de un país recién descubierto. Pronto dejan de entorpecer; entonces, fertilizan.
Abstemio, s. Persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer.
Aburrido, adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche.
Adherente, s. Secuaz que todavía no ha obtenido lo que espera.
Admiración, s. Reconocimiento cortés de la semejanza entre otro y uno mismo.
Afroamericano, s. Negro que vota por nuestro partido.
Ambidextro, adj. Capaz de robar con igual habilidad un bolsillo derecho que uno izquierdo.
Amnistía, s. Magnanimidad del Estado para con aquellos delincuentes a los que costaría demasiado castigar.
Año, s. Período de trescientos sesenta y cinco desengaños.
Armadura, s. Vestimenta que usa un hombre cuyo sastre es un herrero.
Arquitecto, s. El que construye nuestra casa y derrumba nuestras finanzas.
Audacia, s. Una de las cualidades más evidentes del hombre que no corre peligro.
Belleza, s. Don femenino que seduce a un amante y aterra a un marido.
Boticario, s. Cómplice del médico.
Bruto, s. Ver Marido.
Cañón, s. Instrumento usado en la rectificación de las fronteras.
Capital, s. Sede del desgobierno.
Carne, s. Segunda Persona de la Trinidad secular.
Celoso, adj. Indebidamente preocupado por conservar lo que sólo se puede perder cuando no vale la pena conservarlo.
Cleptómano, s. Ladrón rico.
Col, s. Legumbre similar en tamaño e inteligencia a la cabeza de un hombre.
Cómplice, s. Abogado.
Conocido, s. Persona a quien conocemos lo bastante para pedirle dinero prestado, pero no lo suficiente para prestarle.
Cónsul, s. Persona que no habiendo podido obtener un cargo público por elección del pueblo, lo consigue del gobierno a condición de abandonar el país.
Convencido, adj. Equivocado a voz en cuello.
Corsario, s. Político de los mares.
Cristiano, s. El que sigue las enseñanzas de Cristo en la medida que no resulten incompatibles con una vida de pecado.
Deber, s. Lo que nos impulsa inflexiblemente en la dirección del lucro, por la vía del deseo.
Degenerado, adj. Menos admirable que sus antepasados.
Desposada, s. Mujer que tiene a su espalda una brillante perspectiva de felicidad.
Desprecio, s. Sentimiento que experimenta un hombre prudente ante un enemigo demasiado temible para hacerle frente sin peligro.
Destino, s. Justificación del crimen de un tirano; pretexto del fracaso de un imbécil.
Deuda, s. Ingenioso sustituto de la cadena y el látigo del negrero.
Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.
Distancia, s. Único bien que los ricos permiten conservar a los pobres.
Disuadir, v. t. Proponer a otro un error mucho más grande que el que está por cometer.
Educación, s. Lo que revela al sabio y esconde al necio su falta de comprensión.
Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí. Adj. Sin consideración por el egoísmo de los demás.
Exiliado, s. El que sirve a su país viviendo en el extranjero, sin ser un embajador.
Famoso, adj. Notoriamente miserable.
Fanático, adj. Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.
Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin paralelo.
Fotografía, s. Cuadro pintado por el sol.
Frontera, s. Línea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una, de los derechos imaginarios de la otra.
Futuro, s. Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.
Glotón, s. Persona que escapa a los riesgos de la moderación.
Hipócrita, s. El que profesando virtudes que no respeta se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.
Historiador, s. Chismoso de trocha ancha.
Homeópata, s. Humorista de la medicina.
Humildad, s. Paciencia para planear una venganza que valga la pena.
Humillación, s. Actitud en presencia del dinero o el poder.
Yo, s. Primer objeto de afecto.
Imparcial, adj. Incapaz de percibir ventaja personal en la adhesión a uno de los bandos de una controversia.
Ineficaz, adj. Dícese de lo que no está calculado para favorecer nuestros intereses.
Ladrón de cadáveres, s. El que provee a los médicos jóvenes lo que los médicos viejos han provisto al enterrador.
Loco, adj. Dícese de quien está afectado de un alto nivel de independencia intelectual.
Matar, v. t. Crear una vacante sin designar un sucesor.
Moda, s. Déspota a quien los sabios ridiculizan y obedecen.
Oratoria, s. Conspiración entre el lenguaje y la acción para defraudar al entendimiento.
Paciencia, s. Forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud.
Patriotismo, s. Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso.
Piel roja, s. Indio norteamericano cuya piel no es roja, al menos por afuera.
Plaga, s. En la antigüedad, castigo colectivo infligido a los inocentes para iluminar a sus gobernantes.
Plebiscito, s. Votación popular para establecer la voluntad del amo.
Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.
Rabdomante, s. El que con una varita adivinatoria busca metales preciosos en el bolsillo de un tonto.
Rapacidad, s. Poder ejercido económicamente.
Razonable, adj. Accesible al contagio de nuestras opiniones.
Receta, s. Adivinanza realizada por el médico de lo que prolongará la situación con menor daño para el paciente.
Reconsiderar, v. t. Buscar una excusa para una decisión ya tomada.
Reposar, v.i. Dejar de fastidiar.
Residente, s. y adj. El que no puede irse.
Respetabilidad, s. Fruto amoroso de una calva y una cuenta bancaria.
Resultado, s. Tipo particular de desengaño.
Retaguardia, s. Parte expuesta del ejército que se encuentra más cerca del Congreso.
Reverencia, s. Actitud espiritual de un hombre frente a un dios, y de un perro frente a un hombre.
Rezar, v. i. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un solo peticionante, confesadamente indigno.
Riqueza, s. Ahorros de muchos en las manos de uno.
Sabiduría, s. Tipo de ignorancia que distingue al estudioso.
Sagrado, adj. Capaz de inspirar pensamientos y emociones solemnes. Por ejemplo: el Dalai Lama del Tibet; los Monos en Ceilán; la Vaca en la India; el Cocodrilo, el Gato y la Cebolla del antiguo Egipto, etc.
Santo, s. Pecador fallecido, revisado y editado.
Saquear, v.t. Tomar la propiedad de otro sin observar las reticencias acostumbradas en el robo.
Sobre, s. Ataúd de un documento.
Solo, adj. En mala compañía.
Suficiente, adv. Todo lo que hay en el mundo.
Ganar, v.t. Hacerse de un enemigo.
Teléfono, s. Invención del demonio que suprime las ventajas de mantener distancia.
Urbanidad, s. La forma más aceptable de la hipocresía.
Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente.
