Creo que lo que Alain de Botton pretende es que hayan más ateos. Y para tal propone usar algunas "herramientas" que normalmente usan las religiones, como dar guía, ayuda, asistencia, consuelo, repetir constantemente los hallazgos para que no se olviden o se den por hechos, hacer un calendario de temas para asegurarse que todos los conceptos relevantes sean tocados en determinado periodo de tiempo, ser convincente al hablar, involucrar el cuerpo con las ideas, usar el arte como una forma de propganda, formar instituciones que conecten a las personas unas con otras para que no se sientan solas, tener una identidad clara y no me acuerdo más.
Pero ojo Vitriólico, no me he comprado ese rollo para nada, simplemente me pareció un enfoque interesante, aunque no lo comparto. Creo que el sentido del ateísmo es la libertad de pensamiento y como tal asumir lo que venga con ella, que es precisamente una vida sin cultos y sin propaganda. Si algún día los ateos vamos el club ateo para buscar consuelo ante la muerte de un familiar, guía moral ante una situación complicada, pintar cuadros en los que vemos a Darwin triunfar sobre los religiosos de su tiempo, bailar y cantar a voz en cuello "Imagine" de Lennon, recordar los nacimientos y muertes de Galileo, Einstein, Dawkins y etc, etc, pues habremos dejado de ser ateos para convertirnos en rotarios o en masones o en leones.
Para mí, el ateísmo es no ser "algo". Es, precisamente, no serlo, es decir sólo ser una persona con conciencia de sí mismo y con conocimiento de su propia contingencia y mortalidad. Esa idea de que los seres humanos "necesitamos conectar con algo más grande", "necesitamos sermones" a mí me repele. Un ateo que siente que su ateísmo lo agobia, que lo hace sentir solo, sin guía moral, aburrido y que "necesita algo más" pues me da muchas dudas de que sea un ateo.
Pero dicho eso, creo que, como humanista, como persona que apuesta por un mundo secular (que es algo distinto de ser ateo), es válido defender pública y políticamente la separación entre creencias irracionales institucionalizadas y modos de administración de la cosa pública. Hay un rol social ahí, una agenda, un calendario, una propuesta propagandística, pero muy bien delimitada y que no pretende "conectarnos con algo más grande" sino simplemente defender nuestro derecho a no conectar con nada que no nos salga del forro. Por ahí me parece interesante lo de De Botton, pero no más que eso.