FuentePablo Blanco, biógrafo de Benedicto XVI: "Para el Papa Ratzinger, la bestia negra es el activismo"
Este jueves se cumplen cuatro años de la muerte de Juan Pablo II. Y el 19 de abril, Benedicto XVI cumplirá cuatro años a la cabeza de la Iglesia Católica. Un tiempo que ha visto a Joseph Ratzinger en el ojo del huracán. El levantamiento de la excomunión a obispos lefebvristas, el sentido del ecumenismo y las supuestas crisis de comunicación al interior del Vaticano son algunos de los problemas.
"La meta del Papa es el ecumenismo y la unidad de la Iglesia. De manera que hay que dar pasos en esta dirección no sólo con anglicanos y protestantes, sino también con ortodoxos y lefebvrianos", señala Pablo Blanco, biógrafo de Benedicto XVI.
-¿Piensa usted que se evaluó equivocadamente el levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvristas?
-Si el Papa impone una excomunión, se le critica, y si la levanta, lo critican también. ¿En qué quedamos? Benedicto XVI ha querido tener un gesto de perdón y misericordia. Los lefebvrianos deberán dar pasos en este mismo sentido.
-Hay quienes dicen que la decisión respecto de los lefebvristas fue tomada sin consulta.
-Sería muy raro. El Papa tiene un genuino estilo alemán: concienzudo, detenido; lento, pero seguro. Durante los años de prefecto en la Congregación de la Doctrina de la Fe, consultaba siempre a todo su equipo. ¿Por qué iba a hacer ahora algo distinto?
-¿A Benedicto XVI le afecta no tener el carisma de Juan Pablo II?
-Me parece que no. No ha sido actor ni es el "atleta de Dios", como llamaban a Juan Pablo II. Además, ha sido elegido con veinte años más de edad. Benedicto XVI no intentó ni copiar ni emular al Papa polaco, sino que imprimió su propio estilo.
-Se lo considera un Papa conservador. ¿Esto es una limitante?
-Sí, es la imagen que se ha difundido. Cuando fue nombrado obispo, sin embargo, se le consideraba progresista. Son etiquetas.
-¿Ser un Papa intelectual no lo aleja de la gente y a la vez de la contingencia?
-Puede ser, pero el Papa no tiene por qué ser siempre alguien sumergido en baños de multitudes.
-A su juicio, ¿cuáles son los grandes aportes de este pontificado?
-Me explico. Para el Papa Ratzinger, la bestia negra es el activismo: el hacer sin interioridad y sin referencias a Dios. Lo fundamental en el centro de la Iglesia es rezar y pensar, hablar con todos y celebrar bien la liturgia, dialogar y difundir el mensaje de Jesucristo. El Papa actual piensa que, para llenar las calles de sentido cristiano, se debe ir primero a adorar a las iglesias.
-¿Qué piensa de la iglesia alemana, que hace algunas semanas decía estar disconforme con Benedicto XVI?
-No debemos olvidar que Alemania es también la tierra de Lutero. Los alemanes tienen la virtud de ser profundamente críticos, y esta actitud se manifiesta también con el Papa.
-Hay quienes acusan a Benedicto XVI de estar haciendo una Iglesia preconciliar. ¿Qué piensa de esto?
-Seamos serios: si hay alguien que conoce el Concilio Vaticano II, ése es Joseph Ratzinger. Fue un activo perito y colaborador durante él.
-¿Qué opina el Papa en relación con la vida contemplativa? Muchos aseguran que está ahí la verdadera defensa de la Iglesia.
-Hay un cierto tono benedictino -ora et labora- en todas las palabras del Papa. Benedicto XVI -como hemos dicho- es un decidido opositor del activismo, del hacer sin pensar ni rezar. Cree firmemente que la oración y la contemplación deben ir por delante.
-¿Y respecto de los sacerdotes más combativos, aquellos cercanos a posiciones de izquierda?
-No sé, los sacerdotes no hacemos política; si alguno la hiciera, sería bastante falible, pues el sacramento que recibimos no es para eso.
Nada que no sepamos. Saludos.