Sórdido caso de explotación sexual en Curacaví:
En prisión sacerdote y su pareja acusados de abuso de menores
Párroco de Melipilla, Ricardo Muñoz, mantenía una increíble doble vida. Tiene dos hijos.
Tras una audiencia de formalización que se extendió por cerca de dos horas, quedó en prisión preventiva el párroco de la iglesia Santa Teresa de Melipilla, Ricardo Muñoz Quinteros (55), quien fue detenido el martes último por la Policía de Investigaciones junto a su pareja Pamela Ampuero Escobar (33), acusados de pagar a niñas que eran reclutadas por la mujer, para mantener relaciones sexuales con el sacerdote en moteles de la zona occidente de la capital.
La jefa de la Fiscalía Regional Occidente, Solange Huerta, y el fiscal del caso, Cristián Cáceres, formalizaron al religioso por los delitos de explotación sexual, en el caso de dos menores de 16 y 17 años, y por abuso sexual en contra de la hija no reconocida de Muñoz con Ampuero, cuando ésta tenía 4 años.
Además, Ampuero fue acusada de facilitación a la prostitución.
El fiscal Cáceres planteó que la sórdida historia del sacerdote con las adolescentes L.S.B.D. (17) y J.C.G.V. (16) se remonta a agosto de 2008 cuando Ampuero se las presentó, tras conocerlas porque cuidaban a los hijos de ambos de 9 y 5 años, a los que el sujeto visitaba tres veces por semana en la población Padre Hurtado de Curacaví.
La mujer las engañó señalándoles que era "Albert", un hermano gemelo de su pareja, y les ofreció $30 mil para que mantuvieran relaciones sexuales con él. Luego, Muñoz les dio $20 mil más después de llevarlas a diferentes moteles.
Incluso, según el persecutor, mantuvo relaciones con ambas adolescentes a la vez. Por ello, la joven de 16 años habría quedado embarazada del religioso y hoy tiene una hija de seis meses.
A ello se suma que la imputada sacaba fotos a su hija mayor -de otra pareja- y se las vendía a Muñoz. Ello quedó en evidencia en una interceptación telefónica presentada en la audiencia, en la que se oye a la mujer ofreciendo las imágenes al imputado para luego extorsionarlo.
La fiscal regional dijo que se indaga si el religioso produjo pornografía infantil, y que se solicitó que el tribunal de familia tome las medidas necesarias para los hijos de la pareja.
También se indicó que Muñoz tenía dos cédulas de identidad, una en que aparecía de sacerdote, y otra, de civil.
El defensor penal público del religioso, Nicolás Orellana, planteó que éste no sabía que las adolescentes eran menores y que no está claro si les pagó. Dijo estar en desacuerdo con la acusación de abuso sexual por el caso de la menor de 4 años, ya que sólo se trataba de una relación de padre e hija. La fiscalía tiene 90 días para indagar.
Obispo decide suspenderlo
Drásticas medidas adoptó ayer el obispo de Melipilla, monseñor Enrique Troncoso, con el párroco Ricardo Muñoz, luego de la investigación judicial en su contra por explotación sexual de menores. "Con estupor me he enterado de las acusaciones que se le formulan", dijo. Según planteó, no hubo denuncias en la parroquia en contra del acusado por lo que "los hechos imputados nos causan gran desconcierto".
No obstante, adelantó que colaborarán con la justicia y respetarán su dictamen. "Sin perjuicio de lo anterior, y dada la gravedad de las situaciones que se han divulgado públicamente, abriremos una investigación causa canónica, conforme al ordenamiento jurídico particular de la Iglesia", explicó el obispo.
Añadió que Muñoz queda suspendido de sus funciones sacerdotales para facilitar la acción de la justicia. En su opinión, la acusación de pedofilia es grave para un clérigo. "En la Iglesia no hay lugar para quienes abusan sexualmente de menores", afirmó.
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La frase de cierre de la noticia es un chiste. Uno malo, por cierto.
