Estimados foreros:
Me llamo Sergio, vivo en un pueblo de la periferia de Madrid, he cumplido los sesenta y creo que por mi formación y trayectoria vital podríais considerarme una persona digna de ser escuchada: estudié dos carreras (Derecho y Empresariales), fundé hace 30 años y dirijo una empresa en constante crecimiento que da empleo directo o indirecto a decenas de personas, mantengo una relación estable con mi pareja desde hace 44 años o he contribuido a la educación de 3 hijos que disfrutan de empleos estables y son mejores personas que yo.
Si me he dado de alta en este foro es porque pienso el camino que inicié hace años desde el ateísmo militante a la aceptación como verosímil de la puerta a la trascendencia que sostienen las religiones podría seros de alguna utilidad.
Desde un punto de vista estrictamente científico, podéis considerarme un agnóstico, en la medida en que –como todos vosotros- no puedo demostrar empíricamente ninguna de los escenarios que mi imaginación e intelecto pone a mi alcance. Por el mismo motivo, me cuesta mucho entender como nadie puede atreverse a defender ‘a capa y espada’ –como la única verdadera- una determinada posición: sea esta el ateísmo o una religión concreta.
Socialmente, soy un católico romano que admira e intenta (sin mucho éxito, dicho sea de paso) seguir los pasos de Jesucristo, no tanto porque piense que otras creencias son equivocadas, sino porque esos pasos son mi referente cultural, me parecen acertados y creo firmemente que es saludable para el hombre sujetarse a un cuadro externo de normas y principios para eludir o, al menos, aminorar los riesgos claros que tiene nuestro natural egocentrismo.
Por último, desde un punto de vista vital, intuyo cada vez con más fuerza que la posición más probable es la que defiende la existencia de un Plano Superior desde el que se gobierna todo en el universo y del que se espera que algunos seres humanos puedan llegar a formar parte. Pienso que esto es totalmente plausible y se demostrará el día que descubramos los errores que nos llevan hoy a las aparentes contradicciones entre la Física tradicional y la Física cuántica, revelándose la auténtica magnitud de la materia.
Como no tengo muy claro si –con estos antecedentes- voy a ser bien recibido en este espacio, agradeceré que hagáis algún tipo de ‘feedback’ a este mensaje.
Buen fin de semana.