Toc, toc...¿Se puede?
Publicado: Vie Abr 15, 2011 5:51 pm
Llego a vosotros por la prensa, despues de leer lo que está pasando en Madrid en relación a la mani y es que estoy indignada ante tanta tropelía absurda. que los creyentes se sientan insultados con lo que ha llovido desde que el mundo es mundo y las burradas que se siguen haciendo en nombre "de".
Me presento pues. Por adelantado, pido disculpas por mis carencias en esto de la expresión escrita, redacto bastante mal y suelo olvidar los acentos.
Mi ateismo se dió por partes. Me crié en un barrio de la periferia de Madrid, durante la infancia sufrí al típico cura integrista, entonces nos llevaban en fila india a la iglesia los miercoles de ceniza y como regalo, por pronunciar mucho la ese, recibía reglazos en las manos, a Don Manuel le molestaba mi ese y que cuando le veía en la calle me escondiera y no fuese a besar su mano, tan llena de anillos que parecia que llevaba un puño de estos que utilizaban los ultras para machacar a sus enemigos.
En un barrio de gente obrera podeís imaginar que la mayoria eran ateos y rojos, a los ojos del poder político de la época. Don Manuel hacía una buena "labor social", entraba en nuestras casas y soltaba largas charlas moralizantes. Recuerdo que teniamos un gran patio, y un arbol que daba una floro fruto, la llamabamos pan con quesito, era comestible, ummm. Cuanto tengo que agradecer la presencia del arbol, cuando el cura aparecía me subia en mi arbol y observaba, un día presencié como mi abuelo se levantaba de su silla, tiraba el cigarro y cogía al de la sotana por la pechera, mi abuela y mi madre sugetaban al abuelo y lloraban............Desde ese día fuí más consciente de la hostilidad del clero hacia toda persona que no comulgase con sus ideas.
Según cumplía años la información que recababa, por ser muy curiosa y preguntona, iba abriendo todo un mundo ante mis ojos. Supe que esas visitas de mis tios, que se prolongaban durante días, no eran simples visitas, mi casa les servía de escondite, y date aguacate, es que eran activistas rogelios. Mi hermano mayor fue la fuente d einformación y quién me enseño donde escondían los ejemplares de El Mundo Obrero. Esa apasionada clandestinidad me llevó a querer saber más y más, a escuchar a escondidas las conversaciones de los mayores sobre política y religión y a que me pillaran infraganti una noche........
Ahí terminó el lado inocente de mi infancia, supe del odio de Don Manuel hacia el abuelo, de la persecución a la que era sometida mi familia y de que la "labor social" de la iglesia se ceñia a tener controlado al pueblo y favorecer a aquél gobierno ilegítimo.
Lo primero que tuve claro es que era y soy anticlerical. En la adolescencia ya intentaba leer todo lo que encontraba sobre religión, sobre cualquiera de ellas, y cuanto más leía más veía el engaño y la manipulación. ¿Creer en dios?, creo en lo que veo, creo en las personas, luego creo. ¿Y despues de la muerte?, un cuerpo sin vida, inerte, y el fin.
Si me dan a elegir entre cielo e infierno, me quedo con este último, como decía mi padre, -los curas dicen que el infierno está lleno de borrachos, putas, maricones, ladrones y que en el cielo están los santos, a mi me aburren los santos hija mia, tu padre irá al inexistente infierno-.
Saludazos a todos y me alegra haberos encontrado
Me presento pues. Por adelantado, pido disculpas por mis carencias en esto de la expresión escrita, redacto bastante mal y suelo olvidar los acentos.
Mi ateismo se dió por partes. Me crié en un barrio de la periferia de Madrid, durante la infancia sufrí al típico cura integrista, entonces nos llevaban en fila india a la iglesia los miercoles de ceniza y como regalo, por pronunciar mucho la ese, recibía reglazos en las manos, a Don Manuel le molestaba mi ese y que cuando le veía en la calle me escondiera y no fuese a besar su mano, tan llena de anillos que parecia que llevaba un puño de estos que utilizaban los ultras para machacar a sus enemigos.
En un barrio de gente obrera podeís imaginar que la mayoria eran ateos y rojos, a los ojos del poder político de la época. Don Manuel hacía una buena "labor social", entraba en nuestras casas y soltaba largas charlas moralizantes. Recuerdo que teniamos un gran patio, y un arbol que daba una floro fruto, la llamabamos pan con quesito, era comestible, ummm. Cuanto tengo que agradecer la presencia del arbol, cuando el cura aparecía me subia en mi arbol y observaba, un día presencié como mi abuelo se levantaba de su silla, tiraba el cigarro y cogía al de la sotana por la pechera, mi abuela y mi madre sugetaban al abuelo y lloraban............Desde ese día fuí más consciente de la hostilidad del clero hacia toda persona que no comulgase con sus ideas.
Según cumplía años la información que recababa, por ser muy curiosa y preguntona, iba abriendo todo un mundo ante mis ojos. Supe que esas visitas de mis tios, que se prolongaban durante días, no eran simples visitas, mi casa les servía de escondite, y date aguacate, es que eran activistas rogelios. Mi hermano mayor fue la fuente d einformación y quién me enseño donde escondían los ejemplares de El Mundo Obrero. Esa apasionada clandestinidad me llevó a querer saber más y más, a escuchar a escondidas las conversaciones de los mayores sobre política y religión y a que me pillaran infraganti una noche........
Ahí terminó el lado inocente de mi infancia, supe del odio de Don Manuel hacia el abuelo, de la persecución a la que era sometida mi familia y de que la "labor social" de la iglesia se ceñia a tener controlado al pueblo y favorecer a aquél gobierno ilegítimo.
Lo primero que tuve claro es que era y soy anticlerical. En la adolescencia ya intentaba leer todo lo que encontraba sobre religión, sobre cualquiera de ellas, y cuanto más leía más veía el engaño y la manipulación. ¿Creer en dios?, creo en lo que veo, creo en las personas, luego creo. ¿Y despues de la muerte?, un cuerpo sin vida, inerte, y el fin.
Si me dan a elegir entre cielo e infierno, me quedo con este último, como decía mi padre, -los curas dicen que el infierno está lleno de borrachos, putas, maricones, ladrones y que en el cielo están los santos, a mi me aburren los santos hija mia, tu padre irá al inexistente infierno-.
Saludazos a todos y me alegra haberos encontrado