Como muchos otros, recibí una educación en que se daba mucho peso a la mitología cristiana/catolica; fui a catequesis, hice la comunión, la confirmación... visto en retrospectiva, nunca llegué a creer realmente, pero cometí el error de no dar importancia al tema y me dejé llevar por lo que se suponía que debía hacerse, lo que mi familia esperaba.
Seguí sin darle importancia hasta que salí del armario mas o menos a los 18-19 años; hasta entonces pensaba que la religión era una lacra que se borraba lentamente, un recuerdo del pasado, aún molesto, pero a punto de acabar. Pero al salir, empezar a trabajar en el mundo del activismo GLBT, prestar más atención a la realidad de esta organización (la iglesia), sus declaraciones en relación a temas como la sexualidad, el aborto, la vida conyugal, los anticonceptivos y demás, vi claramente que no había bastante con sentarse a esperar que muriera por si misma; que el daño que estaba haciendo era demasiado grave como para ello. Que aún lograba mantener engañada a demasiada gente, que conseguía que sus transgresiones pasaran demasiado desapercibidas, y que des de la tribuna de su autoatorgada superioridad moral seguía intentando manipular la sociedad en temas muy graves sin tener la menor idea de lo que estaban hablando. Y de ahí que esté ahora registrado aquí
De momento mi primer paso es apostatar de una vez, cosa que he retrasado demasiado por presiones familiares, pero que ya no puede esperar mas.
