Mi árbol genealógico
Publicado: Jue Jul 30, 2009 8:45 pm
Ya os he hablado de mi familia. Ahora, amiguit@s, os voy a hacer una breve semblanza de mis más ilustres antepasados.
Australopithecus Saganensis: Declara que las herramientas de piedra no sirven para nada y abandona su tribu en África del Este con muchos seguidores. Resultan extinguidos al fracasar su nueva industria de instrumentos de arcilla.
Homo Saganae: Al caer un rayo en un árbol, descubre la manera de producir incendios forestales. Gracias a sus descendientes casi desaparecen las selvas del Mioceno.
Homo Neandersaganensis: Alarmado por pinturas que él considera “obscenas” de toros copulando en su cueva de Perpignan, ordena taparlas con pintura. Afortunadamente, sus parientes de Altamira no siguen su ejemplo.
Tut Ankh Saganón: Faraón que habiendo oído a los sacerdotes hablar de la “fertilidad” del Nilo, ordena arrojar al río todas las reservas de trigo. Al año siguiente, su enfurecido pueblo, medio muerto de hambre, lo arroja al Nilo a él.
Arsubanisagal I: Declara que los caracteres cuneiformes son ininteligibles, y deroga su uso, con lo cual los asirios y sumerios se fagocitan comercialmente su imperio.
Kagalanda Saganbalanda: Místico hindú que postula la teoría que es imposible progresar en la rueda del Karma, con lo cual las castas inferiores no tienen posibilidad de reencarnar en una casta superior. La muchedumbre enfurecida trata de lincharlo, pero logra huir a Europa, donde funda la secta de los Hare Saganbalanda.
Yoshinori Sagalayama: Samurai nipón. Fallece trágicamente, desangrado al intentar utilizar una Katana de su invención (sin empuñadura).
Marcvs Sagvnalvs: Gladiador romano considerado invencible puesto que los leones se niegan rotundamente a comérselo.
Jötun Sagibalix: Guerrero celta alistado en una expedición Wyking. En el saqueo de Lindisfarne (Irlanda) intenta usar el hechizo nórdico de los berserkers para convertirse en lobo, pero dado su desconocimiento del idioma lo hace mal y se convierte en oveja, siendo devorado esa noche por sus camaradas.
Menelandolo Sagabalón: Su esposa es raptada y llevada a una ciudad llamada Truyo. Construye un burro gigante de madera para esconderse con sus soldados, pero los de Truyo creen que es un adorno de carnaval y le prenden fuego con todos dentro.
Sir William Sagalace: Caballero cruzado oriundo de Escocia. Participó en la primera cruzada y encontró el Santo Grial, pero como lo ignoraba, lo dejó en una taberna de la isla de Malta, donde su rastro se pierde para siempre.
Fray Eamonn Sabalus: Predicador irlandés que quería evangelizar a los bárbaros nórdicos. Partió hacia Escandinavia, pero las corrientes lo arrastraron y fué a parar al río Congo, donde los baluba lo devoraron.
Giaccomo Sagalatto: Pintor siciliano. Decoró el exterior de la capilla Sixtina con imponentes frescos a la acuarela, pero nada más terminar sus meses (veraniegos) de trabajo, llovió sin parar y la obra se borró.
Dominique Sagalèe: Encargado de una guillotina durante la Revolución Francesa. Un condenado le sugirió que probara él mismo el filo del artefacto y se decapitó.
John Sagalaw: Magnate inglés y fervoroso calvinista. Convencido de que las máquinas de vapor eran un invento de Satanás, siguió con sus telares manuales en Manchester. La competencia lo liquidó, y se ahorcó con una soga hecha por él mismo.
Vladimir Sagapopov: Comunista fanático, le reprochó a Stalin su plan agrario. Se desconoce el paradero de su tumba, en algún lugar de Siberia.
Lech Sagaaloswki: General de paracaidistas polaco. Debía tomar, en la acción del Puente de Arnhem, durante la segunda guerra mundial, un pequeño destacamento SS. La noche anterior estuvo todo el rato bebiendo vodka de 120 grados con sus hombres, y al día siguiente sus “cálculos” le hicieron errar el rumbo. Intentó tomar por asalto el cuartel general de la Gestapo en Berlín. Su rastro se pierde en algún lugar de Alemania.
Joe Sagannaly: Primer astronauta yankee, ocultado por la NASA durante años. Iba a la Luna, pero se perdió. Aún anda dando vueltas por el sistema solar, y de vez en cuando se le oye repetir débilmente “Houston, Houston, tenemos un problemita”
Yo: Nunca hice nada reseñable.
Australopithecus Saganensis: Declara que las herramientas de piedra no sirven para nada y abandona su tribu en África del Este con muchos seguidores. Resultan extinguidos al fracasar su nueva industria de instrumentos de arcilla.
Homo Saganae: Al caer un rayo en un árbol, descubre la manera de producir incendios forestales. Gracias a sus descendientes casi desaparecen las selvas del Mioceno.
Homo Neandersaganensis: Alarmado por pinturas que él considera “obscenas” de toros copulando en su cueva de Perpignan, ordena taparlas con pintura. Afortunadamente, sus parientes de Altamira no siguen su ejemplo.
Tut Ankh Saganón: Faraón que habiendo oído a los sacerdotes hablar de la “fertilidad” del Nilo, ordena arrojar al río todas las reservas de trigo. Al año siguiente, su enfurecido pueblo, medio muerto de hambre, lo arroja al Nilo a él.
Arsubanisagal I: Declara que los caracteres cuneiformes son ininteligibles, y deroga su uso, con lo cual los asirios y sumerios se fagocitan comercialmente su imperio.
Kagalanda Saganbalanda: Místico hindú que postula la teoría que es imposible progresar en la rueda del Karma, con lo cual las castas inferiores no tienen posibilidad de reencarnar en una casta superior. La muchedumbre enfurecida trata de lincharlo, pero logra huir a Europa, donde funda la secta de los Hare Saganbalanda.
Yoshinori Sagalayama: Samurai nipón. Fallece trágicamente, desangrado al intentar utilizar una Katana de su invención (sin empuñadura).
Marcvs Sagvnalvs: Gladiador romano considerado invencible puesto que los leones se niegan rotundamente a comérselo.
Jötun Sagibalix: Guerrero celta alistado en una expedición Wyking. En el saqueo de Lindisfarne (Irlanda) intenta usar el hechizo nórdico de los berserkers para convertirse en lobo, pero dado su desconocimiento del idioma lo hace mal y se convierte en oveja, siendo devorado esa noche por sus camaradas.
Menelandolo Sagabalón: Su esposa es raptada y llevada a una ciudad llamada Truyo. Construye un burro gigante de madera para esconderse con sus soldados, pero los de Truyo creen que es un adorno de carnaval y le prenden fuego con todos dentro.
Sir William Sagalace: Caballero cruzado oriundo de Escocia. Participó en la primera cruzada y encontró el Santo Grial, pero como lo ignoraba, lo dejó en una taberna de la isla de Malta, donde su rastro se pierde para siempre.
Fray Eamonn Sabalus: Predicador irlandés que quería evangelizar a los bárbaros nórdicos. Partió hacia Escandinavia, pero las corrientes lo arrastraron y fué a parar al río Congo, donde los baluba lo devoraron.
Giaccomo Sagalatto: Pintor siciliano. Decoró el exterior de la capilla Sixtina con imponentes frescos a la acuarela, pero nada más terminar sus meses (veraniegos) de trabajo, llovió sin parar y la obra se borró.
Dominique Sagalèe: Encargado de una guillotina durante la Revolución Francesa. Un condenado le sugirió que probara él mismo el filo del artefacto y se decapitó.
John Sagalaw: Magnate inglés y fervoroso calvinista. Convencido de que las máquinas de vapor eran un invento de Satanás, siguió con sus telares manuales en Manchester. La competencia lo liquidó, y se ahorcó con una soga hecha por él mismo.
Vladimir Sagapopov: Comunista fanático, le reprochó a Stalin su plan agrario. Se desconoce el paradero de su tumba, en algún lugar de Siberia.
Lech Sagaaloswki: General de paracaidistas polaco. Debía tomar, en la acción del Puente de Arnhem, durante la segunda guerra mundial, un pequeño destacamento SS. La noche anterior estuvo todo el rato bebiendo vodka de 120 grados con sus hombres, y al día siguiente sus “cálculos” le hicieron errar el rumbo. Intentó tomar por asalto el cuartel general de la Gestapo en Berlín. Su rastro se pierde en algún lugar de Alemania.
Joe Sagannaly: Primer astronauta yankee, ocultado por la NASA durante años. Iba a la Luna, pero se perdió. Aún anda dando vueltas por el sistema solar, y de vez en cuando se le oye repetir débilmente “Houston, Houston, tenemos un problemita”
Yo: Nunca hice nada reseñable.