Foro de Iniciativa Atea

Tomás es un ateo que, como cualquiera, tiene sus creencias. Cree por ejemplo que existe el ateísmo, una palabra que suena incómoda para los creyentes pero que sustancialmente no dice nada. ¿Quién sería el inadvertido ateo que se le ocurrió este término? Pues, contrario al recto uso del sufijo ismo para darle a los ateos una significación a su comunidad hizo todo lo contrario; es decir, el mal uso del sufijo en cuestión hizo indicar lo que el ateísmo no es: no es una doctrina, no es un sistema, tampoco una escuela y mucho menos un movimiento. El ateo Tomás sigue creyendo en el inexistente ateísmo.

Tomás cree que los ateos han contribuido a la humanidad y entonces, con el pecho henchido de orgullo, nombra a Carl Sagan y a Richard Dawkins. El distraído Tomás no se percata que las contribuciones de Carl Sagan fueron como astrónomo y astrofísico, y que Richard Dawkins hizo lo propio como etólogo, zoólogo o teórico evolutivo. Bueno, es que Tomás cree que ateo es un título universitario de alguna imaginaria disciplina científica.

Tomás también cree que la Teoría del Big-Bang es la verdad del origen del universo, cuando en realidad es sólo una teoría, una suposición, una creencia científica, como otras aunque menos aceptadas. Es que Tomás se ha convertido en un testigo de esa teoría, en un ateo que manifiesta su fe en las creencias de los científicos, en un suscrito testigo de la ciencia que nos recuerda a esos otros testigos cristianos. Lo que sucede es que a Tomás le pasa como a los católicos: los científicos son para Tomás como los teólogos son para los católicos.

El ateo Tomás cree que sus pensamientos son un producto electroquímico de su físico cerebro. Así es, Tomás ha abrazado el materialismo como un fervoroso cristiano abraza su Biblia, inclinado y de rodillas. Tomás ha reducido su consciencia, su yo, a una reacción química que produce microvoltios, tal cual una pila electroquímica. Quizás, el ateo Tomás, cree ver los pensamientos producidos por las pilas de su juego electrónico de bolsillo en una pequeña pantalla de colores y en alta resolución.

Tomás se mantiene en su incansable tarea de combatir la creencia de que existe una divinidad llamada Jehová, que también es conocida como Yahvé, pero que todos sus fieles lo llaman Dios. Tomás ha invertido una gran cantidad de tiempo encorvándose frente a la pantalla de su desgastada computadora, golpeteando su tableta de botones, atropellándose con las palabras y maltratando el idioma, en su afán por negar la existencia de lo que no existe. Sí, no lo dije mal: niega la existencia de lo que no existe. O sea, en cristiano, Tomás niega la existencia del inexistente Dios.

¡Ah, pero el ateo Tomás no se ha limitado solo a la negación, también combate cualquier organización religiosa! Talvez sea una reacción desde las profundidades de su subconsciente que se resiste a aceptar que es un creyente modificado, un creyente moderno. Para Tomás la ciencia es su dios omnipotente, omnipresente y omnisciente. Cada renombrado científico ateo es el mesías que reescribe su Nuevo Testamento. Cada teoría científica del origen del universo y de la vida se convierte en su Génesis. Tomás es un creyente evolucionado, un creyente que mantiene al día su materialista Biblia Digital Atea.

El ateo Tomás debería estar agradecido de que se mantenga la creencia en cualquier divinidad, pues de la negación de ellas depende su existencia como ateo. No quiere decir que, acabada la creencia en los dioses, el ateo Tomás desaparezca de forma física, o se convierta en algún tipo de energía como resultado de la colisión de una partícula divina con una partícula atómica, sino que le sucedería como a los guerreros entregados a las batallas heroicas, una vez acabada la guerra viene la paz, pero también viene el aburrimiento y el hastío: la paz es la peor agonía para estos guerreros. ¡Pobre del ateo Tomás cuando desaparezcan las religiones!

Enrique Orellana
[url]http:/ /enrique-opina.blogspot.com/2012/05/el-ateo-tomas.html[/url]

¡Otro defendiendo que es lo mismo creer que eres idiota que creer en Dios! Y que mi creencia de que es idiota es igual que su creencia en Dios.

¡¡¡No aprenden!!!

El autor del artículo simplemente ha hecho una caricatura de un ateo, utilizando los clichés típicos que nos asocian. La intención que veo detrás del artículo es criticar a los ateos flojos de personalidad que se toman el ateísmo como una cruzada para evangelizar a la gente cual religión, y que para adquirir algún tipo de identidad como ateos necesitan adherirse por ejemplo a las corrientes de ateos modernos que le meten mas chicha al asunto y así sentir que están metidos en algún movimiento, creyendo que todo eso es ser ateo. Nada más lejos de la realidad.

El ateísmo es una condición, no un movimiento, ni una creencia, ni un grupo social. No marca pautas de comportamiento ni da formulas para ser feliz en la vida o comportarte con el mundo. Es simplemente un rechazo a la idea de lo sobrenatural al que se llega por puro razonamiento. Luego ya cada persona vive su vida a su manera.

Lo que si puede considerarse un movimiento es el laicismo. Por lógica un ateo debería apoyar el laicismo, pero no tiene por qué. Y también se puede ser creyente y apoyar el laicismo. El problema es que la opinión general suele cometer el error de poner a todo el mundo en un paquete.

Si los ateos nos juntamos para hablar de nuestras cosas y nos organizamos de alguna manera, como es el caso de esta asociación, es para poder defender nuestros derechos en un mundo en el que la opinión pública nos rechaza y denunciar las barbaridades que se cometen contra los no creyentes, a parte de contarnos nuestras penas, claro . SI esto no fuera así, asociarnos no tendría ningún sentido. SI alguien lo hace por otra cosa... creo que anda bastante equivocado.

Estoy de acuerdo con el artículo por dicha crítica, pero en algunos párrafos tiene ciertos aries agnósticos que no me convencen, la verdad.

No le déis vueltas.

El Ateo Tomás, igual que dios, no existe. Únicamente habita en la mente de un creyente que, como suele ocurrir, no sabe observar la realidad a fuerza de escudriñar fuera de ella en pos de sus cosas de creyente. De otro modo ya se habría dado cuenta de que los ateos no combatimos la creencia que otros tienen en Jehová -o en Visnú, Ra o Thor- porque precisamente pensamos que cada uno es libre de pensar y creer si le apetece en lo que mejor le parezca.

También se habría dado cuenta de no somos los ateos, precisamente, quienes maltratamos el idioma.

A mí no me parece, JohnyFK, que ese texto tenga la intención de criticar a un determinado tipo de ateo, como por ejemplo el que tú describes. Lo cual, si así fuera, me parecería estupendo, porque considero que la autocrítca es un ejercicio enormemente saludable y, sin ir más lejos, yo mismo me he ocupado de criticar en algunos lugares de la red las actitudes y planteamientos de algunos ateos. Pero lo que yo veo en ese texto, decía, no es eso, sino una crítica al ateísmo en sí mismo y de manera general, que parte de una incomprensión y desconocimientno absolutos de lo que es semejante condición (y hasta incluye errores lógicos de cajón). Para entender mejor las intenciones del amigo Enrique, me he metido en su blog, a ver si podía averiguar de qué pie cojea, pero no hay ninguna información que nos diga nada al respecto.

Dejando aparte cuestiones de contenido, hay que decir, Enrique, que la creación literaria no es lo tuyo. Si me diera por ejercer de corrector de estilo, te indicaría unos cuantos defectos gramaticales y sintácticos, pero no trabajo gratis.

Tomás se mantiene en su incansable tarea de combatir la creencia de que existe una divinidad llamada Jehová, que también es conocida como Yahvé, pero que todos sus fieles lo llaman Dios. Tomás ha invertido una gran cantidad de tiempo encorvándose frente a la pantalla de su desgastada computadora, golpeteando su tableta de botones, atropellándose con las palabras y maltratando el idioma, en su afán por negar la existencia de lo que no existe. Sí, no lo dije mal: niega la existencia de lo que no existe. O sea, en cristiano, Tomás niega la existencia del inexistente Dios.

La tontería esa de combatir una creencia lo dejamos para más adelante. Pero... ¿Qué es eso de maltratar el idioma? ¿Desde cuando negar la existencia de algo que no existe es maltratar el idioma? Si yo digo que papá noel no existe ¿Estoy cometiendo algún tipo de error?

Espero que esto sea una caricatura como ha dicho JohnyFK , porque me daría mucha pereza tener que corregir las mismas estupideces de siempre. Al tal Tomás ateo solo le ha faltado zamparse un niño crudo para desayunar.