Admitamos que no es posible una imparcialidad completa a la hora de informar -porque habría que empezar por la imparcialidad a la hora de seleccionar qué noticias sacar, siempre una pequeña parte de lo que ocurre-.
Si el medio pertenece a un interés privado puede ser que lo tenga como negocio únicamente, y no como medio de propaganda o adoctrinamiento para sus intereses. Aún así, evitará una línea editorial que perjudique sus otros intereses.
Si es un medio público habría que garantizar mediante una ley de protección como la de 2010 que está a salvo de injerencias partidistas por parte del partido dominante. Pero claro, esa ley no protegió a los medios públicos de su propia eliminación por parte del PP cuando llegó al poder.
Recientemente se tergiversaron las palabras de Pablo Iglesias, cuando al decir que habría que proteger la libertad de los periodistas impidiendo que fueran censurados por el poder de medios de comunicación privados con intereses ajenos a la propia información, mediante leyes que les protegieran, se le (mal)parafraseó diciendo que Pablo Iglesias propugnaba que el Estado interviniera y censurara la información de los medios privados.
Esa reacción fue una muestra de cómo los periodistas al servicio de intereses privados generalmente ocultos o en muy segundo plano, se revuelven para defender, no la libertad de expresión, sino los intereses del amo que les da de comer -o los suyos propios-.
El sesgo informativo tendría mucho menos efecto adoctrinador si el lector/oyente/espectador supiera a quién pertenece la voz de quien se expresa. El accionariado de cada medio debería aparecer declarado en cada medio escrito o en los títulos de crédito de cada cadena o programa producido. Y desde luego, el fin de los medios públicos debería ser informativo y formativo, favoreciendo el espíritu crítico y dando al ciudadano herramientas para formar su propia opinión: para eso se necesita una población madura capaz de poner en el gobierno a políticos honestos dispuestos a contribuir al progreso de su país, algo, en mi opinión, imposible hoy por hoy en el nuestro.
Este cuadro se publicó aquí, pero no he conseguido encontrarlo aunque extraje en su momento el enlace. Es de 2012, y no parece haberse actualizado desde entonces. Quien debería mantenerlo actualizado y publicado es el gobierno, ya que no hay ministerio competente. Debe ser porque el mercado se regula solo, cada gremio cumple perfectamente con su razón de ser, otrora llamada "misión social", y este planeta es el país de las maravillas gracias a la LIBERTAD -de momento la de más o menos el 1% de la población-.
