JohnyFK escribió:Bah, tenemos una forma muy efectiva de autorregular nuestro crecimiento demográfico: las guerras mundiales. Y mientras no nos carguemos el planeta al intentar matarnos entre nosotros, como especie somos capaces de diezmarnos muy eficientemente para controlar nuestra población
.
Las medidas de control de población serían lo idóneo para refrenar nuestro crecimiento exponencial, pero aplicarlas de forma eficaz es prácticamente imposible.
No son medios de control lo que faltan, supongo que te refieres a eso. Falta voluntad política en los países en donde el índice de natalidad es demasiado alto, faltan coberturas sociales que garanticen la vejez, y falta sanidad que baje drásticamente la tasa de mortandad infantil, otra de las razones por las que se tienen tantos hijos. Pero sobre todo falta libertad y cultura y sobran religiones. Si la ONU es literalmente incapaz de poner los medios para ir solucionando las cosas, será porque a algunos países les interesa que la cosa siga igual. Ya sabemos qué países son -el nuestro entre ellos- y qué intereses tienen: los de sus grandes empresas y corporaciones.
JohnyFK escribió:En cuanto a lo de los famosos apoyando causas... ayer vi como en el telediario ponían a madonna a dar su opinión acerca del asunto de las tres chicas rusas que cantaron contra Putin en la iglesia ortodoxa aprovechando que estaba de gira en el país. No se desde cuando ser una cantante famosa te hace tan experta en conflictos políticos, religiosos y legales como para que los periodistas crean interesante pedir tu opinión.
Los actores españoles apoyando a los saharauis me causan la misma sensación. Apoyar esas causas puede ser lo correcto, pero no creo que por ser famosos les convierta en las personas más adecuadas para entender, exponer y explicar este tipo de conflictos, y si no nos damos cuenta quiere decir que nuestra inteligencia como especie no dista tanto de la de los monos.
No aguanto a Madonna por muchas razones, pero no veo por qué no habría de opinar sobre el trato que se está dando a unas chicas que, salvando todas las distancias que quieras, son colegas suyas. Y aunque no lo fueran, la opinión es libre. Además no hace falta ser un experto para criticar el trato que Putin está dando a unas chicas acusándoles de blasfemia, y más cuando la razón del castigo no es tanto la blasfemia en sí -que igualmente no debería estar penada- como la denuncia que hicieron las chicas de la alianza entre la iglesia ortodoxa y Putin, que la cosa tiene gracia.
En cuanto a los actores, estoy de acuerdo en que su opinión no debería influir tanto en la opinión pública, y tienes razón: no nos diferenciamos tanto de nuestros primos. Si todos tuviéramos criterio propio, no le daríamos más peso a lo que piensa Woody Allen, por poner un ejemplo, que a lo que piensa la vecina de enfrente. Pero es lo que hay.
Los actores, presentadores o personas de la profesión que sea, que usan su fama para canalizar la simpatía de la gente hacia una causa que hacen suya, no hacen una mala labor después de todo, ya que gracias a ellos las denuncias por situaciones indeseables llegan a todo el mundo. Siempre que sean sinceros y no esté ocurriendo a la inversa, o sea, que se muestren públicamente favorables a una causa que saben que tiene simpatía popular para dar una imagen de altruistas que es falsa, algo que también ocurre.
Pero en el primer caso, por qué no habrían de hacerlo? Sobre todo si ayudan, como es el caso muy a menudo. Incluso los hay que hacen de las causas humanitarias el centro de sus vidas, y dedican su trabajo, tiempo y dinero a apoyar a gente oprimida y denunciar abusos. Ellos aportan la ventaja de que lo que dicen sale en los medios de comunicación, cosa que no nos ocurre a todos tan fácilmente.
Dicho esto, es imprescindible que quien apoya públicamente algo esté bien informado. Temo que en esta campaña lo que se está pidiendo no es que no se tire pescado por la borda, sino que se amplíen o eliminen las cuotas. Es una campaña emocional y manipuladora, como poco. No entro en si tienen o no razón porque los datos y argumentos brillan por su ausencia. Sin embargo dicen que tienen más de ochocientas mil firmas, y, si las han conseguido con esta campaña, me parece una lamentable vergüenza y una muestra de lo manipulables que somos cuando nos tocan la fibra emocional.