Abandonado me tenéis al hombre, con el juego que da.
El Papa vaticina «una nueva primavera del cristianismo en Europa»
Su optimismo se apoya en tres datos empíricos y la superioridad del humanismo cristiano
http://www.abc.es/20121016/sociedad/abc ... 61311.html
En un desafío al cliché del declive religioso de Europa, Benedicto XVI se manifiesta convencido de que «estamos ante una nueva primavera del cristianismo» en una entrevista del documental «Bells of Europe», que incluye testimonios de todos los grandes lideres religiosos del Viejo Continente, incluidos el patriarca Kiril I de Moscú, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, el primado anglicano Rowan Williams, así como una selección de estadistas e intelectuales.
Como antiguo profesor en varias universidades alemanas, Benedicto XVI expone sistemáticamente los tres motivos que le llevan a esta visión optimista sobre el futuro religioso y cultural de Europa. «El primer motivo de mi esperanza», afirma «consiste en que el deseo de Dios, la búsqueda de Dios está profundamente escrita en toda alma humana, y no puede desaparecer». De hecho, cada generación la busca una y otra vez a lo largo de toda la historia.
El segundo motivo de su esperanza es, según el Papa, «el hecho de que el Evangelio de Jesucristo, la fe en Cristo es sencillamente verdadera, y lo verdadero no envejece». En cambio, «las ideologías tienen su tiempo contado. Parecen fuertes, irresistibles, pero después de un cierto tiempo se agotan, pierden su fuerza interior porque les falta una verdad profunda». El nazismo y el comunismo, que parecían invencibles en Europa, han caído en la papelera de la historia.
«El tercer motivo empírico», según Benedicto XVI, «lo vemos en el hecho de la inquietud que actúa en la juventud. Los jóvenes han visto muchas cosas, han visto todas las ofertas de la ideología y del consumismo, y se dan cuenta de su vacío, de su insuficiencia».
La persona humana ha sido creada para el infinito, «y por eso vemos como esta inquietud se despierta precisamente en las nuevas generaciones, y se ponen en camino». Es el fenómeno evidente en el éxito de cada JMJ por contraste con el predominio de los discursos pesimistas.
Después de examinar esos tres motivos de esperanza, el Papa estudia un problema serio de Europa: «el hecho de que hoy tenemos dos almas» contrapuestas. Existe, «un alma racional abstracta, anti-histórica, que quiere dominarlo todo porque se cree por encima de las culturas», de la que el Papa cita como exponente claro «la primera sentencia de Estrasburgo, contraria al Crucifijo».
Pero existe al mismo tiempo «otra alma, que podemos llamar cristiana, abierta a todo lo racional, que ha creado la audacia de la razón y la libertad de una razón critica». Sólo esta alma, enraizada en la cultura, puede dialogar con las otras culturas.
El Papa ve en esta línea muchos «valores positivos que abren el camino hacia el futuro», al tiempo que confía en la fuerza interna de «un humanismo que brota de la gran idea de que el hombre es imagen y semejanza de Dios».