La BBC sobre el robo de niños en España: “La Iglesia Católic

[skeptic]

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Ruth Toledano

Que, presuntamente, muera María Gómez Valbuena, alias sor María, y cunda la duda sobre la veracidad de la noticia da una idea del grado de descreimiento al que nos han llevado en este país. Sor María, principal imputada en la causa de los bebés robados, no fue a declarar el pasado 18 de enero por problemas de salud, según su abogado, y eso fue lo último que supimos de ella. Unos días más tarde, las monjitas de la Caridad anunciaron que estaba muerta y enterrada, y, entre sobres con la paga B, duques empalmados, fotos falsas en primera plana y columnistas de palo, lo primero que surgió fue la sospecha: qué casualidad que haya ido a morir justo ahora.

Así que comprobamos que somos un país en el que a pocos les extrañaría que María Gómez Valbuena (sor María, la caritativa que, presuntamente, robaba sus hijos a las solteras y a las adúlteras, la caritativa que, presuntamente, mentía a las madres diciéndoles que habían muerto sus bebés recién nacidos) no hubiera ido al infierno sino que hubiera sido trasladada a otro convento, a una clase de celda que no es la que merece quien, presuntamente, hace algo así; a una clase de clausura que no es, precisamente, voluntaria. Cómo nos va a extrañar, acostumbrados como estamos a los más oscuros sótanos del Vaticano; a esta corte borgiana (de Borgia, no de Borges) donde caben toda clase de crímenes; a este mundo al revés al que el poeta José Agustín Goytisolo puso un espejo casi naif: “Érase una vez / un lobito bueno / al que maltrataban / todos los corderos. / Y había también / un príncipe malo, / una bruja hermosa / y un pirata honrado. / Todas esas cosas / había una vez / cuando yo soñaba / un mundo al revés”.

Que haya muerto María Gómez Valbuena, alias sor María, es un jarro de agua fría sobre las esperanzas de las familias afectadas por sus delitos, aunque SOS Bebés Robados ya ha anunciado que seguirá adelante para desmontar el entramado que, están seguros, había detrás de la caritativa, y sobre el que se habrían sostenido sus robos; un entramado que sería un cruel negocio (los padres adoptivos pagaban por recibir niños) basado en el dolor ajeno. Habría ambición económica, pero no solo: también un modelo moral que despreciaba al máximo (hasta robar a sus bebés) a las mujeres que tenían hijos solas, solteras o fuera del matrimonio. Y ese modelo es el que sigue defendiendo la Conferencia Episcopal, el que sigue defendiendo un Rouco Varela que alerta contra la destrucción de la familia y, en el colmo del intervencionismo más oscurantista y retrógrado, veta a los ponentes de las jornadas de Escuelas Católicas, es decir, a la la Federación de Religiosos de la Enseñanza (FERE-CECA). El modelo que sigue defendiendo la caverna conservadora y católica que llevó al Tribunal Constitucional la reforma de la ley del matrimonio, que permite en nuestro país que se casen personas del mismo sexo y puedan formar una familia. El modelo que defiende también el Papa de Roma, como demostró en su discurso navideño a los cardenales, en el que calificó estos matrimonios como un atentado a la familia.

La diferencia entre nuestro Estado aconfesional y otros Estados es que en Holanda, por ejemplo, ese discurso homófobo ha provocado que miles de católicos se hayan desvinculado de la iglesia. Se desvinculan de verdad, no de boquilla, quizá porque su conciencia ciudadana está más desarrollada que la nuestra, y lo hacen a través de una página (http://www.ontdopen.nl" onclick="window.open(this.href);return false;) que gestiona las apostasías. No son los únicos que han reaccionado ante escándalos de esta institución tan familiar, escándalos que incluyen el encubrimiento de sus abusos sexuales, sufridos por miles de niños, y la discriminación sistemática de mujeres y homosexuales: miles de católicos y no católicos de otros países han secundado la propuesta holandesa (según se cuenta en http://www.dosmanzanas.com" onclick="window.open(this.href);return false;, en Argentina el lema es: “Respeto tus creencias, pero pagátelas vos”). Desvincularse, es decir, apostatar, significa que dejas de formar parte de sus estadísticas, que ya no puedan contarte como uno de ellos para hacer presión política a los gobiernos de los que viven en los Estados a los que secularmente roban.

Roban, sí. Bebes, presuntamente. Vidas. Libertad. Amor diverso. Pero también dinero. Ante todo, dinero. En España sus privilegios son los de una empresa que no tiene la obligación de pagar impuestos. El Gobierno decidió que la Iglesia no pagara el IBI por sus propiedades inmobiliarias, lo que podría suponer unos ingresos de 2.500 millones de euros. Casi nada. Ni siquiera hay aún un censo de tales propiedades. Tanto el PSOE como el PP han ido permitiendo estos privilegios, refrendados por la Ley de Mecenazgo y por las exenciones fiscales a entidades sin fines lucrativos, es decir las ONG, entre las que se (auto)inscribe la Iglesia. Una ONG como las del duque. Por suerte, parece que va triunfando la razón y esta semana la buena noticia de nuestra hoja parroquial es que un alcalde ha logrado que la justicia obligue a la Iglesia a pagar el IBI en Allariz, Ourense, pues no ha podido probar que sea una entidad sin ánimo de lucro, como pretendía el obispado. Teniendo en cuenta que la Iglesia es la mayor propietaria de bienes inmuebles del Estado español, desfachatez no falta a los obispos.

El alcalde de Allariz, Francisco García, del BNG, considera que la medida crea un precedente. Ojalá se sumen muchos otros ayuntamientos. Hasta en Italia se ha exigido a la Iglesia el pago de impuestos. Aquí, sin embargo, los servicios públicos, recortados; las familias (las suyas y las de los demás), asfixiadas; los pequeños y medianos empresarios, ahogados. Pero la Iglesia católica, homófoba y misógina, subvencionada. ¿Qué clase de justicia es esa? Será la divina porque la humana, desde luego, no. Y los políticos, untados. Y los duques, empalmados. Y las fotos, falsas. Y las firmas, también. Así no hay quien se crea nada. Ni siquiera que haya muerto María Gómez Valbuena, alias sor María.

[Vitriólico]

Excelente artículo.
Respecto a esta parte:

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La diferencia entre nuestro Estado aconfesional y otros Estados es que en Holanda, por ejemplo, ese discurso homófobo ha provocado que miles de católicos se hayan desvinculado de la iglesia. Se desvinculan de verdad, no de boquilla, quizá porque su conciencia ciudadana está más desarrollada que la nuestra, y lo hacen a través de una página (http://www.ontdopen.nl" onclick="window.open(this.href);return false;) que gestiona las apostasías.
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Desvincularse, es decir, apostatar, significa que dejas de formar parte de sus estadísticas, que ya no puedan contarte como uno de ellos para hacer presión política a los gobiernos de los que viven en los Estados a los que secularmente roban.

... aclarar que es la principal razón por la que la Iglesia Católica en España no sólo no tiene ningún procedimiento claro y establecido para apostatar, sino que lía y obstaculiza todo lo que puede al que quiere hacerlo sin que quede claro el fin de tal declaración de apostasía.

Y es que una de las primeras reivindicaciones laicistas es precisamente esa: que haya un procedimiento reglado y público para gente que quiera desvincularse de su adscripción a un grupo religioso.

[jasimotosan]

A mi no me extrañaría lo más mínimo que a esta esposa del señor la hayan "ayudado" a reunirse con su esposo, no sería la primera vez y va en consonancia con su moral: Muerto el perro se acabó la rabia.

Me imagino a políticos, jueces y fiscales frotándose las manos.

¿Hay alguien que crea que tantos niños durante tanto tiempo ha sido cosa de una sola monja?

[Shé]

José Carreras se suma a la iniciativa sobre los niños robados del franquismo y protagonizará la ópera que narra este drama
Con música del austríaco Christian Kolonovits y libreto de Angelika Messner, se estrenará el 26 de abril del 2014 en el teatro Arriaga de Bilbao

José Carreras. EFE (Archivo)

A. MOYA | 09/06/2013

La dura historia de los bebés robados en España durante el franquismo hasta los años 90 es el argumento central de El juez, los niños perdidos una ópera protagonizada por el tenor José Carreras que se estrenará el 26 de abril del 2014 en el teatro Arriaga de Bilbao. “La idea partió del compositor austríaco Cristian Kolonovits quien se la planteó a José Carreras. A Carreras le entusiasmó y así nació esta ópera”, ha explicado a ELPLURAL.COM Emilo Sagi el director artístico del Arriaga y director de escena de El Juez. Con esta obra vuelve a la ópera escenificada el tenor José Carreras, que interpreta el papel de juez. (su actividad está centrada desde hace años en los recitales)

Una novela como la vida misma
La ópera no pretende ser un documento histórico sino que se plantea como una trama novelada. Explica Sagi que “el protagonista es un juez al que interpreta José Carreras quien resulta ser uno de los niños que no tuvieron familia y desaparecieron en un orfanato. Aunque no lo sabe, tiene un hermano que es un cantautor de canciones protesta de los años 60 y 65 que intenta localizar a su hermano. Resulta que es el juez al que le obligan a cerrar los archivos de un convento… Todo está novelado. La protagonista femenina es una presentadora de televisión que prepara un reportaje sobre los niños desaparecidos cuyo paradero desconocen los padres. El argumento se refiere a años 60 y 70 y se ciñe a la realidad de la época.

Idea de un compositor austríaco
“La idea parte del compositor Christian Kolonovits que conocía el tema porque aunque vive en Austria, pasa mucho tiempo en España y se pone de acuerdo con Angelika Messner autora del libreto. Ellos hablan con Carreras y desde el primer momento hay sintonía entre ellos sobre esta obra. Después se pone en contacto conmigo para saber si quería dirigir el espectáculo. Yo conozco mucho a Carreras y al maestro Giménez, director musical de la obra. Me gustó mucho la música y decidí hacerla aquí en el Arriaga y en todos los sitios donde se lleve”, continuó Sagi.

La ópera, un género de denuncia
En cuanto a la vertiente de denuncia y actualidad del argumento de El Juez. Los niños perdidos, afirma Sagi: “Hay muchas óperas de denuncia, las óperas históricas tienen un componente del que se habla poco, pero es eminentemente de denuncia. Ahí está Nabuco de Verdi que trata sobre la opresión del imperio austriaco. Todas tienen alguna consecuencia, no son un mero espectáculo, al menos la mayoría denotan una denuncia inmensa de la injusticia, de la opresión. Yo creo que todas las óperas y sobre todo, las contemporáneas, tratan temas de denuncia, de opinión sobre lo que ocurre”.

Una música para el gran público
La partitura se está componiendo. Christian Kolonovits aún no ha empezado a orquestar. David Giménez Carreras, director musical de El juez comentó a ELPLURAL.COM: “hemos oído una reducción al piano, duetos, algunas escenas… Es una música muy bien pensada para las voces porque es importante escribir para las voces, que puedan sentirse cómodas y dar lo mejor de sí. Es fundamental conocer el instrumento vocal y él lo conoce bien. Es una música completamente tonal con un estilo más bien del postromanticismo tardío, llevando la tonalidad muy a los límites con muchísimos cromatismos. No es vanguardista, está pensada para un público muy amplio”.

Mirada hacia el poder judicial
Opina David Giménez que el tema que trata la ópera es muy de actualidad porque “aparte del asunto de los niños robados, trata de los jueces, del poder judicial. Creo que a pesar de que el argumento se centra en España, la situación que se plantea puede funcionar en muchos países. Por algún motivo al compositor le gustó mucho este tema. Creo que se debe a que es muy dramático. Las óperas, si no son cómicas, necesitan un tema fuerte, importante en que puede volcar su inspiración el compositor.

A Carreras le entusiasmó
¿Cómo se lo planteó el tenor José Careras? “Sé que le gustó mucho el tema, pienso que por ese dramatismo y por eso ha aceptado esta producción. –Afirma David Giménez- Se trata de algo que a poco tenga que se tenga sensibilidad te llena la imaginación. Sólo hay que pensar en la situación de esas familias y de los niños. Y Carreras siempre ha dado muestras de enorme sensibilidad”. Sobre el personaje del juez que interpreta el tenor, dice David Giménez que no se ha inspirado en ningún Juez en especial. De hecho el caso que lleva este juez no es un caso paralelo ni a otros de delitos fiscales, ni de otro tipo. Va a ser el segundo juez que interprete José Carreras. Ya interpreto Stiffelio de Verdi, un pastor protestante equiparable a la figura de un juez y se encontró muy a gusto en ese papel”.

El gran tenor vuelve al escenario
Para los aficionados, el estreno de esta ópera tiene un atractivo añadido: la vuelta a la ópera escenificada de uno de los grandes tenores del mundo, el barcelonés José Carreras). “No es necesario señalar la gran importancia que este regreso tiene para el mundo de la lírica, resaltan en el teatro Arriaga, un centro que busca habitualmente salir de lo convencional y en el terreno de la lírica conseguir un tono renovado, un punto de originalidad. “El Juez. Los niños perdidos” ha sido coproducida por el propio teatro y el Festival austriaco del Tirol, Tiroler Festpiel ERL. Se podrá ver en el Arriaga los días26 y 29 de abril y 2 de mayo del 2014.

El equipo
En cuanto al equipo que hará posible la realización de esta obra, la música es de Christian Kolonovits; el libreto de Angelika Messner; la dirección musical corresponde a David Giménez Carreras y la dirección escénica a Emilio Sagi. La escenografía corre a cargo de Daniel Bianco, el vestuario a Pepa Ojanguren y realiza la iluminación Eduardo Bravo. Los intérpretes son José Carreras, Ana Ibarra, Mª José Suárez, Milagros Martín, Manel Esteve. Dirige el coro Rossini Gerardo Carbajo. Con todos ellos, la Orquesta Sinfónica de Bilbao.

El Plural, 9 de junio 2013