Al final, una ruina económica que se traduce en paro y "gasto" público, porque el dinero que se llevan los altos cargos se sigue pagando aunque se despida a media plantilla, y la facturación por trabajos o servicios inútiles y mediocres ni mejoran la audiencia ni los resultados económicos. Y aguanta encima las conclusiones cínicas de los neoliberales cuando dicen que la televisión es otro lujo del estado de bienestar que no se puede mantener.
En mi opinión, iviríamos mejor sin televisión, así que no es que la defienda. Pero no deja de ser un servicio público pagado con dinero público que el PP siempre ha utilizado para su propio beneficio, y cuyos agujeros económicos caen como pirañas, igual que los de las Radiales, las Cajas de Ahorros o Instituciones igual de mal gestionadas, en los bolsillos de los ciudadanos.
Encima, por si todo esto fuera poco, se pliega ideológicamente al servicio de la iglesia para satisfacción de cuatro gatos histéricos pero a costa de todos los bolsillos:
El Plural, 3 de abril 2014Somoano ‘contribuye’ con ‘sus especiales’ a hundir las audiencias de TVE: su especial del Papa se queda en un 5,6 de share
El director de Informativos presenta cada mes un programa de información 'light' que ha ido perdiendo seguidores en cada una de sus ediciones hasta no tener ni un millón de espectadores
F. GÁLVEZ | 03/04/2014
Julio Somoano quería hacerse un hueco en la pantalla de TVE. En Telemadrid era uno de ‘los rostros de Aguirre’, y llegó con la intención de seguir ese camino. De hecho, según explican en Torrespaña, al principio consideró incluso ‘auto elegirse’ para presentar el telediario de la noche. Pero eso recordaba demasiado el ‘modelo Urdaci’. Y se lo prohibieron.
‘Ley Echenique’: los directivos, fuera de pantalla
Para echar candado al tema, seguramente bajo ‘sugestión’ de Moncloa (oficina de la vicepresidenta, que es desde donde ‘se dirige’ Prado del Rey), el presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, estableció una ‘ley’ prohibiendo que los directivos de la televisión pública pudieran presentar programas. Una ‘ley’ que llevó, por ejemplo, a que Jesús Álvarez, para gran disgusto suyo, cuando fue nombrado director del área de deportes tuvo que dejar la pantalla.
Bien es verdad que a partir de ese momento, Álvarez comenzó una campaña de acoso y derribo tan ‘seria’ al presidente, que acabó por lograr torcer su voluntad y, sin dejar de ser directivo, regresar a los platós. Una quiebra en ‘la ley Echenique’ por la que tan pronto como pudo se coló el propio Somoano. Es verdad, que no para cumplir su sueño de presentar el TD 2, pero sí para poder imponer un programa mensual, “La noche de…”, que se reserva para su ‘lucimiento’.
‘La cuenta atrás’ de las audiencias del programa de Somoano
Aunque por los resultados de audiencias, el experimento no le está saliendo como debió soñar. Y es que si la primera edición del programa, ‘La noche de JFK’, emitida el pasado noviembre, tuvo un aceptable share para la cadena, 10.7, y 1.337.000 espectadores, desde entonces inició una cuenta atrás al parecer imparable que ha llevado a que ‘La noche de Francisco’ emitida este miércoles noche, las cifras iniciales hayan quedado casi en la mitad: share de 5.6, muy por debajo de la media de la cadena, y 845.000 espectadores.
Somoano presentando 'La noche de... Francisco', que se ha quedado en un 5,6 de share. Captura del programa de TVEEn medio, siguiendo esa ‘cuenta atrás’ que comentábamos, en diciembre Somoano presentó ‘La noche de Suárez’, con 1.483.000 espectadores y un share del 7,8; en enero ‘La noche de Dali’, con 1.022.000 espectadores y un 7.0 de cuota, y en marzo, ‘La noche de los telediarios’, aprovechando que presentaban el nuevo decorado de los TD, que se quedó en 1.146.000 espectadores y un 7,2 de share. Y este mes de abril, como decimos, ‘La noche del Papa’ ha bajado a los 845.000 televidentes y un 5.6.
Huyendo de la información ‘caliente’ en la televisión pública
Quizás en el fracaso del programa haya podido intervenir el muy discutible ‘gancho’ de los temas elegidos: información muy ‘light’, y muy alejada de la actualidad ‘caliente’.
Es decir, Somoano en ‘sus especiales’ evita cualquier tema polémico, siguiendo las instrucciones que ha recibido de ‘mantener un perfil bajo’. Como se ve por el ‘temario’ que ha tratado hasta el momento, resulta bastante inverosímil pensar que pudiera hacer, por ejemplo, una ‘Noche de…’ Cataluña; la reforma educativa; Bárcenas; el futuro de la monarquía; la contestación a las políticas del Gobierno en las calles; las fronteras de Ceuta y Melilla… Temas todos con innegable mayor gancho, de mucho mayor interés para una televisión pública y más demandados por los espectadores.., pero claro, mucho más incómodos para quienes eligieron a Julio Somoano.
